La Sucre Big Band Jazz despega
Puño y Letra conversa con Marcelo Murillo, músico experimentado de nuestra capital y creador de la Sucre Big Band Jazz, un proyecto que ha juntado tanto músicos profesionales como estudiantes jóvenes en torno a una sola voluntad, seguir mejorando el ambiente musical de nuestra ciudad.
Puño y Letra conversa con Marcelo Murillo, músico experimentado de nuestra capital y creador de la Sucre Big Band Jazz, un proyecto que ha juntado tanto músicos profesionales como estudiantes jóvenes en torno a una sola voluntad, seguir mejorando el ambiente musical de nuestra ciudad.
P. El lanzamiento de la Big Band Jazz en Sucre fue un acontecimiento para la ciudad. Nos llamó mucho la atención el ensamble de los muchachos de colegio. ¿Crees que la educación es el principal aporte de la Big Band?
R. El lanzamiento del proyecto Sucre Big Band Jazz viene a ser un proceso de formación en varios aspectos, como la creación de nuevos públicos hacia un género de música no muy conocida en nuestra ciudad como es el jazz, públicos de diferentes edades que en algún momento puedan reconocer estas melodías que indirectamente las han ido escuchado en películas, animes, spots, etc. La idea en un principio es acercarnos al público con un repertorio posiblemente “más comercial” o accesible entre los varios estilos que comprende el jazz.
La creación de un nuevo producto cultural, abriendo los sentidos hacia otras latitudes artístico musicales, hace que Sucre se proyecte hacia el mundo como una ciudad culturalmente diversa. Esto posiblemente podrá marcar un cambio.
El objetivo más importante de este proyecto viene a ser el área de formación musical para nuestros jóvenes talentos, estos provenientes de distintos colegios fiscales, habiendo sido preseleccionados en una audición lanzada el 2018 participando casi diez colegios fiscales de nuestra ciudad, los mismos fueron becados con un programa de estudios, con una duración de 18 meses en los cuales se los capacita con un sistema de formación musical completa, siendo la Big Band un producto y resultado de este proceso.
P. ¿Cuál es tu principal técnica de enseñanza con los más jóvenes? ¿Qué crees que es lo que puede llevar a un músico que está iniciando al próximo nivel?
R. Somos solamente una herramienta y un medio más para que ellos puedan desarrollar y descubrir sus potenciales, no solamente en la música sino también como seres humanos íntegros, que puedan aportar a la sociedad, la paciencia y la perseverancia son las técnicas claves que se necesitan para seguir avanzando hacia otros niveles. Tratamos de que nuestros alumnos aprendan de forma conjunta y evaluamos cada seis meses logrando un avance equilibrado, hacia otra etapa. Materias como rítmica, solfeo, lectura y escritura musical, armonía, técnica instrumental, interpretación e improvisación son materias con las cuales vamos complementando la educación de los alumnos, en base a programas tomados de conservatorios y escuelas oficiales de formación. Una de las herramientas fundamentales del jazz “la improvisación” es una forma de expresión infinita, en la que se reflejan sensaciones, sentimientos, sensibilidades etc. Este importante elemento también es parte de estudio en nuestro programa de formación, herramientas con las que nuestros alumnos pueden expresarse a través de este tipo de sensibilidades.
P. ¿Crees que los colegios y las escuelas están mejorando en cuanto a su oferta educativa musical?
R. Hace años atrás no se contaba en la ciudad con tantas bandas colegiales, en la actualidad vemos que casi todos los establecimientos educativos cuentan con una, me parece un aporte muy grande no solo de los directores de colegios, sino también de los profesores e instructores de música el alentar y promover las mismas. Solamente que este entusiasmo acaba cuando el colegio concluye por ende muchos dejan también el instrumento. El proyecto Sucre Big Band propone un estudio más profundo para estos jóvenes instrumentistas, abriendo sus sentidos hacia diversos estilos y géneros musicales, llevándolos a ser apasionados de sus instrumentos, y continuar con el mismo viendo la música desde otra perspectiva más amplia, direccionando a nuestros alumnos hacia el estudio profesional de la música dentro o fuera del país, o siendo la misma, una herramienta de trabajo hacia un futuro próximo.
P. ¿Qué viene luego de esta primera etapa de la Big Band? Tomando en cuenta que tienes una formación de músicos maduros, más allá de los clásicos que sonaron en el Mariscal, ¿se animarán con otras partituras? ¿Lo nacional y local, sirven para un formato como la Big Band? ¿Hay un nivel de exploración más allá del repertorio propuesto en esta primera etapa?
R. También contamos con otra Big Band que nosotros internamente la denominamos senior, ya que está compuesta por profesores de música e instructores de bandas, todos experimentados, los mismos en el concierto interpretaron arreglos musicales con un tipo de dificultad técnica media-alta, arreglos muy conocidos en el ámbito jazzístico, entre las metas propuestas, también es ir progresivamente creciendo y subiendo de nivel para que posteriormente podamos interpretar arreglos musicales más complejos en cuanto a técnica e interpretación se refieren. El repertorio para big bands, viene por épocas, es muy extenso.
Otro de nuestros objetivos importantes es hacer arreglos de melodías y músicas tradicionales locales y nacionales, adecuarlas a un formato de big band, de tal manera que podamos marcar una diferencia y rescatemos nuestras melodías con un toque capaz más jazzístico.
Pretendemos presentar más actividades entre conciertos y talleres musicales, promocionando cupos para nuevos alumnos, los conciertos están pensados estratégicamente para marcar diferencia del uno al otro, Frank Sinatra será uno de los personajes que tomaremos como referente en nuestro siguiente concierto, este personaje que marcó una época importante en el desarrollo del jazz vocal. Posteriormente diferentes personajes del mundo del latín jazz como Tito Puente, Paquito de Rivera, Arturo Sandoval entre otros.
P. ¿Puede una Big Band ser un proyecto exitoso económicamente en una ciudad como Sucre? Es decir, ¿puede lograr su sostenimiento más allá de las ayudas institucionales que como sabemos siempre son problemáticas?
R. Sin lugar a dudas el solo haber producido este proyecto ha sido ya un desafío bastante fuerte; el ICBA SUCRE ha sido la institución que desde en un inicio apoyo este proyecto poniendo su infraestructura a disposición, las clases teórico practicas se desarrollan en sus ambientes, la Secretaria de Cultura del GAMS, también nos abrió escenarios en espacios abiertos en el área urbana para mostrar nuestra música, ambos nos han brindado un primer impulso, Sucre es uno de los lugares más difíciles para emprender nuevas cosas.
Sin apoyo conjunto desde lo público y lo privado proyectos así son difíciles de mantener en el tiempo. Hace falta que el trabajo cultural sea reconocido a través de la dimensión que genera, es decir, con este tipo de proyectos evitamos que muchos jóvenes dediquen su tiempo a actividades negativas, alejamos a jóvenes de las drogas, el alcohol o la delincuencia, al contrario, generamos actividades sanas y productivas.
La presentación que se realizó de la Big Band, pretende buscar personas o instituciones que se sumen al apoyo y sostenibilidad de estos proyectos, ya que se ha estado trabajando de una manera voluntaria y gratuita. Ciudades como La Paz, Cochabamba, Santa Cruz cuentan con big bands entre ellas varias buscan también este tipo de apoyo para su sostenibilidad, el apoyo tiene que partir de la generación de políticas culturales favorables a los artistas y gestores, somos una ciudad cultural y el apoyo a este sector debería ser visible con un presupuesto acorde a sus potencialidades.