Se cierra el telón del X Congreso de Estudios Bolivianos
Luego de una semana intensa de mesas redondas, talleres, presentaciones de libros, eventos especiales, con el homenaje al gran Xavier Albó, concluyó la décima versión del Congreso de Estudios Bolivianos.
Tatiana Fernández/ Instituto de Artes. Universidad de Brasilia
La mesa "Pensando Bolivia desde el Arte Contemporáneo y el Arte Contemporáneo desde Bolivia" es la primera mesa sobre arte contemporáneo en un evento que no incluye tradicionalmente el tema. Por ese motivo fue un marco importante en las reflexiones sobre el tema en el país. Contó con la participación de investigadores, críticos, artistas e historiadores del arte en Bolivia, organizado y coordenado por el grupo "Observatorio del Arte Contemporáneo Ojo al Charque". Entre los participantes estuvieron el historiador Pedro Querejazu, los artistas José Arispe y Santiago Contreras, el investigador Jorge Luna y los miembros del Observatorio Narda Alvarado, Denisse Aguilar, Valeria Paz, Eloìsa Paz y Tatiana Fernández.
La mesa trató sobre las tensiones, condiciones, contradicciones e (im) posibilidades planteadas por el arte en la escena local. Hubo una participación importante de público que contó tanto con especialistas del área como público no especializado. Las ponencias fueron presentadas con excelencia y hubo debate intenso sobre temas polémicos. Las reflexiones y el intercambio de ideas fueron muy productivos para todos los participantes. En la perspectiva de los miembros del Observatorio la mesa tuvo un éxito mucho mayor del esperado.
Así, esta mesa exploró las formas en las que el arte contemporáneo “boliviano” interpela categorías como mestizo, cholo, chojcho, identidades, nación(es) y otras empleadas en las últimas décadas por la intelectualidad boliviana, y que se intersectan con aquellas utilizadas en el ámbito internacional. Además, se hicieron reflexiones en torno a la formación de artistas en el contexto actual.
El espacio se llevó a cabo en una sala de la Biblioteca Gunnar Mendoza que proporcionó un ambiente acogedor y muy adecuado para las ponencias y los debates, así como para la comodidad del público participante. La organización del evento fue excelente, con colaboradores que no dejaron que nada faltara para el buen desarrollo del evento. El evento fue extraordinario en la opinión de los participantes de la mesa como lo fue para el público.
El Congreso de la AEB es un espacio de diálogo, reflexión e intercambio nacional e internacional destacado sobre las investigaciones que se realizan en Bolivia. Para investigadores, académicos, estudiantes y profesionales de las áreas humanas es el congreso más importante y hoy tiene una proyección internacional relevante y singular. Esperamos que con esta primera mesa artistas, investigadores, historiadores, críticos y amantes del arte tengan en adelante un espacio de pensamiento para los caminos del arte en Bolivia.
Omar Rocha/ Director Carrera de Literatura de la UMSA
El Congreso de la AEB es un acontecimiento muy importante para los investigadores bolivianos porque damos a conocer nuestros trabajos, compartimos con colegas y dialogamos. Son pocos los espacios en los que los “bolivianistas” se reúnen, es aquí donde se visualizan los temas en boga y las “agendas” que marcarán la investigación futura.
El desafío es ser más interdisciplinarios, interactuar con otros colegas, la endogamia nunca llega a buen puerto. Es una buena oportunidad de conocerse y reconocerse en otros, no siempre existe la disposición, aunque las condiciones están dadas. Podríamos hacer el esfuerzo de cautivar a estudiantes de la Universidad Pedagógica o de San Xavier, estoy extrañando la presencia de más estudiantes.
Participé en dos mesas: una dedicada a Ismael Sotomayor, un escritor enigmático que es conocido solo por sus “Añejerías Paceñas”. Con un grupo de investigación de la Carrera de Literatura de la UMSA, hicimos una recopilación de textos publicados en El Diario, vimos que es un escritor muy complejo que se mueve entre la tradición y otros géneros; que tiene un vínculo especial con el pasado y la historia; que se preocupa por reconstruir un “linaje” de la ciudad de La Paz partiendo de la época colonial, pero también escribe sobre expresiones populares; que intenta reconstruir un castellano del siglo XVI y al mismo tiempo se preocupa por el aymara, etc. La segunda mesa llamada “Mujeres escritoras y subjetividades femeninas en la literatura y cultura bolivianas del siglo XIX”. Una importante e interesante revisita al siglo XIX, se discutió, por ejemplo, acerca de los espacios públicos y los espacios privados en los que se desenvolvían las mujeres, su papel en la prensa de la época y otros temas que se propusieron redimensionar las aproximaciones a este siglo siempre más complejo que solo tildarlo de “romántico”.
Yo hice una ponencia sobre “coquetas y coquetería” en el siglo XIX, me parece que este tema contrasta y complejiza los tópicos como la educación de la mujer, la importancia de la maternidad, el amor en la construcción de las costumbres.
Juan José Toro/ Periodista/Investigador
El evento fue un éxito, tanto en calidad como en cantidad. Fue una cita de las y los mejores investigadores del mundo en temas bolivianistas. Llegaron de diferentes partes del mundo, incluso de lugares como Ucrania y Japón, y la mayoría (porque decir todos sería absolutismo) tenían muy alta calidad.
Fueron decenas de expositores y centenares de participantes. Que se haya llegado a 33 mesas de trabajo tiene que ser un récord, a menos que yo esté muy desinformado. Yo participé en tres mesas con igual número de ponencias. Traje un tema que imagino que es de interés para Sucre como es el de la Virgen de Guadalupe. En torno a ella hay mucha historia y gran parte de esta historia está vinculada a Charcas, hoy Bolivia, fundamentalmente a Potosí y La Plata. Lo que vimos en las mesas al respecto es que fray Diego de Ocaña, el autor de las dos imágenes de la Virgen de Guadalupe, no ha sido estudiado en ninguna de las dos ciudades que involucra su obra; es decir, Potosí y Sucre. Se lo repite pero no se lo estudia cuando debería de haber toda una cátedra destinada a él. En fin... parece que ese tipo de investigación, minuciosa y a largo plazo, no es muy atractiva para algunas autoridades académicas.
El encuentro de la AEB es importante porque motiva a los investigadores a realizar trabajos específicos sobre Bolivia o a presentarlos, si es que ya los tienen escritos o investigaciones en curso. Eso incentiva notoriamente la producción académica sobre el país en diferentes ramos, no solo la historia. Precisamente por eso, debe seguir realizándose y su sede tiene que ser Sucre por su condición de capital de Bolivia. Lamentablemente, y por lo que vi, las autoridades regionales no le dan importancia a tan trascendental evento. La Gobernación de Chuquisaca y la Alcaldía de Sucre por lo menos deberían ser auspiciadoras, cuando no organizadoras de semejante congreso. Su indiferencia es deplorable. Afortunadamente, en Potosí no tenemos autoridades tan indolentes.
Andrea Barrero/Historiadora/Vicepresidenta del AEB
Al finalizar su participación en el conversatorio “Mujeres en acción: experiencia colonial femenina en la intersección entre adscripciones de género, origen y familia”, Eugenia Bridikhina señaló que esta semana, la semana del X Congreso de la AEB, era “nuestro tiempo” y un tiempo de debate, reflexión e intercambio que debíamos disfrutar.
Al concluir una semana de intenso trabajo, todos los que somos parte de la AEB -coordinadores de mesas, moderadores, expositores, equipo de apoyo y logística- quedamos satisfechos con los logros alcanzados en este décimo encuentro.
A pesar del frío, las distancias y el cansancio acumulado por las múltiples actividades desarrolladas cada día, hemos tenido una participación satisfactoria en todas las mesas redondas y ponencias presentadas en el Congreso. Las investigaciones presentadas propusieron nuevos enfoques y metodologías de trabajo; el intercambio de ideas, el diálogo y los debates llevados a cabo en cada uno los conversatorios académicos y otros espacios, un poco menos formales, fueron enriquecedores para todos. La asistencia del público en general refuerza la idea planteada por Paola Revilla, presidenta de la AEB: la academia no tiene que estar desvinculada de la sociedad. Esta semana esta idea ha sido fortalecida y nos abre nuevos horizontes para establecer un diálogo que, más allá de lo académico, enriquezca el conocimiento sobre Bolivia y el devenir del país en varios aspectos.
Sabemos que quedan aspectos que debemos fortalecer, aún queda hacer un balance más profundo para identificar las falencias y aprender de ellas. Esperamos que todos los participantes hayan disfrutado este “nuestro tiempo” y que dentro de dos años volvamos a encontrarnos.
Wim Kamerbeek/Politólogo
He participado en la mesa «Desarrollo, economía, identidad local, y clivajes territoriales en el sur de Bolivia" con una ponencia que tiene el título "Contra los Comités Cívicos", en la que indago sobre el carácter ideológico de los Comités Cívicos y su capacidad transformadora, en oposición al Comité Cívico cruceño que, más efectivo, permea incluso en el sistema de partidos bolivianos, pero articulado con una visión empresarial. En realidad, trato de contraponer lo expuesto por otro colega, Franz Flores, que ha escrito mucho sobre el tema.
En lo personal, me gustó intercambiar criterios con gente del ámbito docente de Sucre, porque en la ciudad hay pocos espacios de reflexión. Me llamó la atención que entre los ponentes se trate de armar cuestiones referidas al sur de Bolivia que es un tema recurrentemente mencionado en Potosí, Sucre y Tarija pero poco analizado en un ámbito académico.
Destaco la organización del evento. Las mesas comenzaron generalmente en hora. También destaco que hay más interés en las presentaciones de libros. Personalmente, fui moderador también de una mesa que discutía la cuestión agraria en Bolivia que, aunque es un tema que no tiene mucho que ver con mi carrera, las ponencias tuvieron un nivel altísimo y los ponentes fueron muy claros e innovadores en metodología de análisis. El Congreso de Estudios Bolivianos tiene también esa característica: que ayuda a contrastar metodologías de análisis propias con otras quizás más actuales, pero también, de poner en evidencia temas que se discuten entre los estudios bolivianos.
Franz Flores Castro/Politólogo
Con una regularidad notable se desarrolla en nuestra ciudad el Congreso internacional de bolivianistas, un evento que agrupa a todos aquellos investigadores cuya referencia o caso de estudio es Bolivia. En este artículo haré, a manera de recuento, la impresión que tuve luego de haber participado en mesas que, de una u otra manera, tienen que ver con ámbitos de mi interés académico como es la política.
Lo primero: los investigadores están virando su interés hacia lo micro, a indagar cómo se desenvuelve la política y la sociedad en pequeños espacios, en la cotidianeidad. Lo que tiene que ver, con una parte, con el hecho de que poco a poco se van dejando de lado las grandes interpretaciones sociales y políticas, para ir hacia lo más pequeño, como interesante y fructífera metodología de explicar la sociedad. De esta manera tenemos estudios que indagan los vestidos, la clase media, los memes, la forma de defenderse de las personas en un contexto de adversidad. Esto no quiere decir, claro, que se haya perdido el interés por lo más general, sino que hay temáticas que emergen, que antes eran una verdadera rareza.
Una segunda cosa es que, por las ponencias que pude escuchar, se puede percibir que estamos ante un cambio de época en lo político. Hay estudios que ya muestran los límites del estado plurinacional, sus dilemas, sus contradicciones, sus polémicas. Se percibe que hay datos que señalan que está naciendo un nuevo tipo de sociedad, en un proceso que implicará cambios en la representación política, en el sistema de mediación, en la forma de darse la política, en los espacios donde se expresa y se hace política. Más que pensar en un retraimiento del individuo a su identidad y por tanto a su aislamiento, hay la sensación de que se presenta un cambio en su forma de socializar y de hacer política. Por ejemplo, la gente ya no asiste ni le interesa los grandes mitines, ahora hace política en la casa, por la web. Empero, con todo, todavía no hay un mega relato que pueda dar cuenta de qué es y cómo es la sociedad que se viene. Se necesita pensar en nuevos horizontes democráticos, como contracara de esta suerte de fatiga democrática que vivimos.
Finalmente, es de relievar la realización de una mesa que trató la problemática del Sur de Bolivia (Tarija, Chuquisaca y Potosí) a cargo del colectivo de investigadores de InvestigaSur, donde se percibe que, pese a los cambios políticos y económicos a nivel nacional, la realidad de pobreza y falta de horizontes de desarrollo permanece en estos departamentos. A vez se nota un renovado interés por estudiar la cultura y la estética del sur como configuradoras de la identidad regional y también el rol que jugaron estas regiones en distintos momentos históricos.
Con una regularidad notable se desarrolla en nuestra ciudad el Congreso internacional de bolivianistas, un evento que agrupa a todos aquellos investigadores cuya referencia o caso de estudio es Bolivia. En este artículo haré, a manera de recuento, la impresión que tuve luego de haber participado en mesas que, de una u otra manera, tienen que ver con ámbitos de mi interés académico como es la política.
Lo primero: los investigadores están virando su interés hacia lo micro, a indagar cómo se desenvuelve la política y la sociedad en pequeños espacios, en la cotidianeidad. Lo que tiene que ver, con una parte, con el hecho de que poco a poco se van dejando de lado las grandes interpretaciones sociales y políticas, para ir hacia lo más pequeño, como interesante y fructífera metodología de explicar la sociedad. De esta manera tenemos estudios que indagan los vestidos, la clase media, los memes, la forma de defenderse de las personas en un contexto de adversidad. Esto no quiere decir, claro, que se haya perdido el interés por lo más general, sino que hay temáticas que emergen, que antes eran una verdadera rareza.
Una segunda cosa es que, por las ponencias que pude escuchar, se puede percibir que estamos ante un cambio de época en lo político. Hay estudios que ya muestran los límites del estado plurinacional, sus dilemas, sus contradicciones, sus polémicas. Se percibe que hay datos que señalan que está naciendo un nuevo tipo de sociedad, en un proceso que implicará cambios en la representación política, en el sistema de mediación, en la forma de darse la política, en los espacios donde se expresa y se hace política. Más que pensar en un retraimiento del individuo a su identidad y por tanto a su aislamiento, hay la sensación de que se presenta un cambio en su forma de socializar y de hacer política. Por ejemplo, la gente ya no asiste ni le interesa los grandes mitines, ahora hace política en la casa, por la web. Empero, con todo, todavía no hay un mega relato que pueda dar cuenta de qué es y cómo es la sociedad que se viene. Se necesita pensar en nuevos horizontes democráticos, como contracara de esta suerte de fatiga democrática que vivimos.
Finalmente, es de relievar la realización de una mesa que trató la problemática del Sur de Bolivia (Tarija, Chuquisaca y Potosí) a cargo del colectivo de investigadores de InvestigaSur, donde se percibe que, pese a los cambios políticos y económicos a nivel nacional, la realidad de pobreza y falta de horizontes de desarrollo permanece en estos departamentos. A vez se nota un renovado interés por estudiar la cultura y la estética del sur como configuradoras de la identidad regional y también el rol que jugaron estas regiones en distintos momentos históricos.
Amaru Villanueva/Investigador Universidad de Essex
Asistí por tercera vez al congreso este año y cada vez quedo más impresionado con la organización, hospitalidad y posibilidades de conexión que ofrece este espacio. Fui co-coordinador, junto a George Komadina, de una mesa que llamamos "Clases, sectores y estratos medios en Bolivia", en la cual Daniel Moreno fue uno de los comentaristas. Fue una posibilidad genial de juntar a investigadores de La Paz, Cochabamba y Sucre quienes investigan o están interesados en temas relacionados, principalmente desde la sociología, economía y ciencias políticas. La asistencia a la mesa fue buena, y las personas que nos acompañaron durante la jornada participaron de manera bastante activa después de cada ponencia.
El día anterior también presenté en una mesa llamada "Sociología de la vida cotidiana contemporánea", organizada por Mario Murillo y Eduardo Paz, donde fui invitado a moderar durante la sesión de la tarde. La asistencia también fue bastante buena, y pudimos generar conexiones con investigadores a quienes no habíamos conocido en persona. Ambas mesas fueron en la Biblioteca Pública, donde el personal y voluntarios nos recibieron con mucha hospitalidad y buena onda. En mi tiempo libre asistí a varias otras mesas y charlas, de temas relacionados al arte, la etnohistoria e investigaciones en perspectiva comunitaria.
En suma, fueron dos días intensos de debate, intercambio de ideas y ocasionales micro-polémicas, generalmente provechosas y entretenidas. En mi caso lo genial del congreso es que es una oportunidad de recibir retroalimentación acerca de investigaciones en curso, conectar con otras personas con intereses afines, y aprender más acerca de lo que investigan personas en otras disciplinas.