Encomio de Coco Manto

Finalmente se dio: le dieron el Premio Nacional de Culturas 2019 a Jorge Mansilla Torres, Coco Manto, a petición de cientos de artistas encabezados por Zulma Yugar, Estela Rivera y el Premio más reciente: Ernesto Cavour.

Encomio de Coco Manto Encomio de Coco Manto

Ramón Rocha Monroy
Puño y Letra / 02/09/2019 00:39

Finalmente se dio: le dieron el Premio Nacional de Culturas 2019 a Jorge Mansilla Torres, Coco Manto, a petición de cientos de artistas encabezados por Zulma Yugar, Estela Rivera y el Premio más reciente: Ernesto Cavour.

El regocijo es inenarrable, único, pues no debe haber en Bolivia y otras latitudes gente que no haya disfrutado de la poesía, la prosa y el ingenio de este gran humorista nacido en las minas y de una trayectoria chispeante donde pisó.

Pude intimar con él desde 1990, en México, donde los periodistas no son intelectuales de café sino de cantina. México sigue siendo tan pueblo que los periódicos de renombre se amontonan en la Bucareli, donde hay una cantina famosa que reunía entonces a las mejores plumas del país, entre ellos a Coco. Yo asistí a esas ceremonias que cuento en mi novela Ando volando bajo como Agregado de Prensa de nuestra embajada.

Coco era una referencia muy respetada en el periódico Excélsior, donde era jefe de noticias extranjeras en las dos ediciones, matutina y vespertina. Siempre conté sobre la generosidad de Coco con Campos Díaz y Sánchez, un anciano redactor cuya misión era escribir una cuarteta humorística sobre la noticia más destacada. Con el tiempo, el cuartetista pasaba cada vez más tiempo en el hospital, pero su cuarteta seguía saliendo, escrita por Coco, quien, por supuesto, no le cobraba nada. Por eso el anciano redactor lo saludaba con respeto y humor. Qué pasó, mi cocolega. Coco le contestaba: Pos nada, mi cuatedrático.

Coco fue premio nacional de poesía en México y editó varios libros en los diarios de México: en especial sus Breverías, en La Jornada.

No sé si aquí o en México se alegrarán más por este reconocimiento a medio siglo de humor crítico y apuesta por el movimiento popular. Hubo otros humoristas en Bolivia que militaron con los acaparadores del ingreso; pero Coco, desde las emisoras mineras, desde Radio Illimani, desde Cascabel del Humor Político, desde Olla de Grillos, desde sus jugosas columnas en La Razón, desde su oficio de embajador, siempre defendió la causa del movimiento popular, del proceso de cambio, de los humildes.

Por eso darle esa máxima distinción es reconocer a millones de bolivianas y bolivianos en quienes Coco se reconoce y se siente parte de ellos.

Una última: el humor de Coco es tan inagotable y constante, que un día le digo: Tons ¿te recojo? Y me contesta: Si me redejo. Es común escuchar esto en México, pero es poco común incorporar al vocabulario personal este y otros dichos populares.

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