El arte en tiempos de covid
Sergio Antezana, cantautor boliviano, nos habla sobre el impacto del coronavirus en el mercado del arte.
El coronavirus o covid-19 ha paralizado países en Europa, América, Oceanía y Asia; el continente menos afectado – por el momento – es África, pero la tendencia es clara. El planeta está paralizado y la mejor medida es aislar a la población para que el contagio sea menor.
La economía
Según algunos expertos, la economía global sufrirá un golpe similar al de la “Gran depresión” de 1928, aunque otros mencionan que será algo más leve y similar a lo ocurrido en 2008 o 2001. Tanto el Fondo Monetario Internacional como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (que agrupa a las principales 36 economías del mundo) han reducido la expectativa de crecimiento mundial. En algunos casos las ligas deportivas han optado por jugar sin público afectando las arcas de los clubs, en otros casos han postergado indefinidamente sus campeonatos. El comercio está totalmente parado y aunque marzo no era un mes de alto movimiento, la economía sectorial se verá afectada. El comercio informal y especialmente el de pequeña escala que vive con lo del día, está en la peor situación dentro este sector. Es comprensible que sea el grupo más afectado y menos estricto en el cumplimiento de la cuarentena.
Los servicios y el arte
Si bien en el comercio la venta caerá estrepitosamente, al menos la mercadería –salvo la perecible – no se perderá. Muy diferente es la afectación en el sector de servicios cuyo paro es total e implica perder de manera permanente e irremediable los ingresos de determinada época. Imaginemos un cine que cierra sus puertas dos semanas o dos meses. Cuando las cosas vuelvan a la normalidad, el cine no podrá vender esas entradas, sencillamente ese dinero ya no existe. Similar es el caso de un restaurant, un peluquero o un hotel; lo que no se vendió en su momento, “ya fue”. También entran acá los artistas, en particular los músicos y teatreros que son los que más viven de hacer cosas para el público, aunque no son los únicos.
Ya las fiestas, las funciones de teatro y los prestes previos al Gran Poder se han postergado hasta nuevo aviso; los centros culturales y boliches han cerrado. Ahí también están afectados los dueños de este tipo de lugares que no tendrán ingresos, pero deberán pagar mínimamente alquileres y, en algunos casos, sueldos. Son pérdidas irreparables. Al igual que tantos otros que viven de actividades informales y no cuentan ni con sueldos estables ni beneficios de seguro social, los músicos y teatreros deberán pagar solos y por su cuenta los costos de la crisis. Hay incertidumbre en el sector ya que ni siquiera se sabe cuándo volver a planificar actividades.
Los artistas ante el covid
A nivel global, músicos como Garth Brooks, Camila Cabello o BTS, salieron a anunciar retrasos en sus giras; los festivales Download y Glastonbury de Inglaterra, que recibieron más de 120 mil visitantes cada uno el 2019, ya anunciaron su cancelación para el 2020. Roger Waters, por ejemplo, grabó desde su casa una versión de “El Derecho de Vivir en Paz” de Víctor Jara para anunciar un retraso en su gira por Sudamérica. Ante la imposibilidad de salir a tocar, Metallica está publicando conciertos en vivo a través de su página. Otros artistas como Miley Cyrus o The Lumineers están realizando presentaciones íntimas desde sus páginas de Instagram, bajo el hashtag: #TogetherAtHome.
Jorge Drexler fue el primero en hacer lo propio a nivel regional y cantó en un vacío teatro de Costa Rica donde debía realizar su presentación, misma que había sido cancelada por la cuarentena. El concierto salió por sus redes sociales en vivo. A los pocos días regresó a España y ha estado en cuarentena luego de dar positivo a su test de covid19. Ya hizo una publicación diciendo que él y su esposa han sido dados de alta.
Alejandro Sanz y Pedro Guerra anunciaron –mediante conciertos por redes sociales- que sus giras se postergaban hasta nuevo aviso. Sanz realizó una sesión improvisada junto a la banda con la que debía viajar por USA y México; invitó a Juanes y cantaron durante algo más de una hora. Pedro Guerra, por su parte, hizo un primer concierto el 21 de marzo por su página de Facebook, y desde entonces ha estado realizando breves sesiones de 30 a 40 minutos una vez por semana; siempre con el fin de acompañar a su público en estos días de cuarentena.
En Argentina, Fito Paez fue el primero en dar un concierto desde casa; se sentó en el piano por algo más de una hora y fue visto por 100.000 personas en vivo desde su página de Youtube; el video ya alcanzó más de 370 mil visitas. Pedro Aznar optó por su página oficial de Facebook, y durante casi 2 horas tocó la guitarra y el piano con un repertorio de canciones propias y ajenas. El video ha sido visto por más de 1,5 millones de personas desde su publicación el 25 de marzo.
La más reciente tendencia a nivel mundial es la colaboración de varios artistas, cada uno desde su hogar, para ejecutar una canción. Esther Marisol participó en una colaboración argentino – boliviana haciendo un tema de Nilo Soruco; mientras que Juan Carlos Baglietto ha subido a sus redes sociales un par de colaboraciones haciendo temas de su repertorio. Cada artista se graba en casa haciendo una parte del tema y todo es editado para sonar como un ensamble virtual.
A nivel local, varios músicos se unieron para hacer conciertos desde sus hogares alrededor de una iniciativa de Pato Peters llamada: Música en Cuarentena; se los puede seguir con el hashtag: #QuédateEnCasa, los conciertos salen por Instagram y Facebook. Personalidades como Carla Ortiz, Gonzalo Hermosa, Jaime Moreno y Fabio Zambrana, entre otros, están enviando mensajes a través de sus redes sociales para fomentar que la población se quede en casa. Fabio Zambrana y Saxoman han hecho, cada uno, una canción alusiva con su sello particular.
La perspectiva
Los conciertos en vivo por redes sociales tienen una particularidad: al finalizar el tema, el artista no escucha aplauso alguno a diferencia de lo que ocurre en un teatro, pero también a diferencia del teatro, puede leer los comentarios de quienes lo escuchan y hasta satisfacer los pedidos de canciones o responder “saluditos”. Todos los artistas que han tenido esta experiencia muestran un nerviosismo mayor al usual, lo que es justificable porque el concierto no se da en las condiciones usuales: sonidista, luces, etc. El sonido es el que capta la cámara del celular o en el mejor de los casos una cámara profesional, y el escenario es el propio living o dormitorio del artista. Es una intimidad nunca antes visitada y que quizá abra nuevos caminos para el arte hacia el siglo XXI, más aún considerando que las cuarentenas se alargarán fácilmente hasta mayo, sino junio.
Todavía el norte no ha entrado a su verano, la época de mayor actividad comercial y artística; pero surgen al menos las siguientes interrogantes: ¿Se podrá celebrar este año un festival como el Lollapalooza que el 2019 albergó a más de 400 mil visitantes? ¿Estará suficientemente controlada la pandemia como para soñar siquiera con eventos masivos a partir de junio? Las cancelaciones de los festivales Download y Glastonbury muestran que los empresarios más grandes no quieren arriesgar el prestigio de un evento anual de gran tradición. El Glastonbury, por ejemplo, ya estaba agotado en octubre del 2019 y, sin embargo, ha sido cancelado. Otros festivales todavía no han hecho anuncios, pero parece ser solo cuestión de tiempo para que se anuncien las cancelaciones de los más importantes y masivos. La incertidumbre es total para el sector, como también lo es para el turismo, la industria del cine, la gastronomía y un largo etcétera.
Pese a ello los artistas, uno de los sectores más golpeados por esta pandemia, gente que perderá uno o dos meses de ingresos este año, están sacando fuerzas de donde no hay para darle ánimo a la población, para acompañarla en esta hibernación obligada; así que, por favor, haz tu parte también y quédate en casa.