Una brisa

Al Sica-Sica una brisa le envuelve.
En el Churuquella rebota su aliento.
De La Recoleta centenario roble.
Aprieta fuerte el alado cinto.
Excitado, tremola airoso sus ramas.
Remoja su esencia en la gran pileta.
De fundadores iberos de Anzures.
Ya cabalga en picada rumbo abajo.
Ahí lame ya, los rojizos techos.
Burila su forma de tejas musleras.
Años… añejos de roñoso moho.
Contrastan su albura encaladas paredes.
El céfiro Santo Domingo abuñuela.
Acaricia de La Merced su frontis.
Escarcea su fuerza en San Lázaro.
De la Catedral, en su gran torre
Recala entre Los Doce Elegidos.
Besa furtiva de la Libertad la Casa.
De San Francisco la épica Iglesia.
Roba tañidos de su rajado bronce.
Campana que nos nació libertos.
En retirada en franco vuelo levita.
Y en su relente lento transcurre.
Cual Cóndor Real bate las alas.
Trepa hacia las nubes más altas.
Planea buscando lejanas montañas.
Llevando consigo sabores y el olor
De jazmines y rojos claveles de Sucre.