Desde tu ventana los premiados

“Desde tu ventana” es el concurso de fotografía y textos poéticos organizado por “Gratis poesía” y La Mala Educación de CORREO DEL SUR RADIO. En este número, Puño y Letra tiene el placer de publicar a los ganadores de este certamen que, en su primera edición, movilizó la imaginación y el testimonio

Desde tu ventana los premiados

Desde tu ventana los premiados Foto: Gentileza

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Desde tu ventana los premiados Foto: Gentileza

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Desde tu ventana los premiados Foto: Gentileza

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    Redacción Puño y Letra
    Puño y Letra / 23/08/2021 02:52

    Mil y una ventanas

    Llegó la hora de soltar unas palabras,

    echarlas al aprisco,

    resucitar algunos recuerdos

    y hundirse en un falso sosiego,

    en un falso Edén que acurruca nuestros suspiros y deja de lado nuestros anhelos.

    Llegó la hora de soltar unas palabras,

    pero solo me hundo en mil recuerdos.

    En esos recuerdos que juegan a ser hermanos

    escabullándose en los matices que ya no veo.

    Palabras que quieren llegar al horizonte para disfrazarse de poesía,

    esa clase de poesía que se esfuma de mis dedos.

    Y aún mis manos quieren escribir algo,

    tal vez algunos versos,

    pero caen temblorosas contemplando este horizonte incompleto.

     

    No soporto el ruido

    van y vienen pero no saben el porqué

    cabecitas; que solo escapándose

    van y vienen

    veo, al final del largo viaje un pájaro

    sobre un cable eléctrico

    qué tan ecléctica puedo ser

    desde que miré el cielo

    pido ver belleza, a través de (…)

    hoy como ayer

    van apareciendo; colores y sonidos, sensaciones

    composiciones

    de frente, encandilando

    que van, van, voy rumiando.

     

    Búscame en el rincón de tus recuerdos, llámame de madrugada, escríbeme un mensaje y déjame boquiabierta bajo las estrellas. No dudes e invítame a escaparnos, déjame sentir el nerviosismo de no haberte visto en tanto tiempo, para estar nuevamente a dos centímetros cerca. Procuremos excusas para vernos y perdernos huyendo lejos. Necesitamos un reencuentro para recordar lo que la vida nos está quitando y que con impotencia vemos pasar a través de nuestras ventanas. Ambos sabemos que si cruzamos el cristal las estrellas brillan más.

    Sólo yo te extraño en el idioma de la poesía, es mi atajo para volar a través del vidrio y poder abrazarte con cada verso acumulado bajo el insomnio de mis párpados, de esas noches interminables, esas en las que duele lo que nos falta.

    Si supieras que te escribo desde este encierro, que necesito tus abrazos… entenderías, me sentirías y me encontrarías.

     

    Extraño el bullicio, el roce con la gente, los olores que se mezclan en el aire, las maletas que vuelan sobre las cabezas mientras un sujeto apresurado grita: ¨¡Cuidado abajo!¨. La manta de viaje que ahora solo cubre mis pies sobre la cama suele reclamarme algunos cuerpos.

    No me malinterpretes, hice muchos viajes en este tiempo, el último me dejó en este pueblito de casas coloridas, en contraste a lo lejos, como estrellas, bailan las luces de la ciudad.

    De vez en cuando los niños salen invitándome a jugar, la señora de la tienda me acaricia el pelo con dulzura y me regala algunas pastillas si me detengo a conversar.

    Algunas noches mis ojos le han robado su brillo a los faroles, parece que mi ventana tiene algo malo porque miro afuera y lo único que veo es mi intimidad.

     

    ¿Cambió algo?

    Miro por la ventana

    y sigue ahí

    la fila de autos destartalados,

    sus bocinas

    y sus resonantes caños de escape

    siguen ahí

    los caminos de asfalto, que me llevan a

    los bancos, los supermercados, las farmacias

    que ahí permanecen

    sigue ahí

    la muralla

    que divide mi casa del exterior,

    el ambaibo,

    la enredadera que nunca da frutos

    sigue ahí

    el cuarto en el segundo piso,

    mi escritorio, el cuaderno donde escribo

    todo verso que arde en mi mente

    siguen aquí

    mis manos, el tacto,

    la piel tibia

    por qué siento entonces

    que todo, hasta los h ues os que me sos tie ne n

    s e

        d

          e

           r 

             ru

             m

              ban.

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