Las desapariciones de Mónica Heinrich: sin inocencia, con paranoia y caos en la cabeza

Una nueva colaboración de la Carrera de Literatura de la UMSA. Esta vez, Abish Escobar Jurado se aproxima al libro de Mónica Hienrich Las desapariciones

Las desapariciones de Mónica Heinrich:  sin inocencia, con paranoia y caos  en la cabeza

Las desapariciones de Mónica Heinrich: sin inocencia, con paranoia y caos en la cabeza

Las desapariciones de Mónica Heinrich:  sin inocencia, con paranoia y caos  en la cabeza

Las desapariciones de Mónica Heinrich: sin inocencia, con paranoia y caos en la cabeza

Las desapariciones de Mónica Heinrich:  sin inocencia, con paranoia y caos  en la cabeza

Las desapariciones de Mónica Heinrich: sin inocencia, con paranoia y caos en la cabeza


    Abish Escobar Jurado
    Puño y Letra / 25/09/2023 01:43

    Las desapariciones, un libro de nueve cuentos de Mónica Heinrich V. ubicados en el oriente boliviano, sigue las historias de distintos y diversos personajes que sufren por eventos sumamente caóticos y perturbadores.

    Si bien Mónica Heinrich V. es graduada en psicología por la Universidad de Santa Cruz de la Sierra, periodista y directora de revistas culturales, además de ser una reconocida promotora cinematográfica, los textos que han escrito han sido sobre crítica cinematográfica hasta que en el presente año publicó este libro, su primer libro de cuentos.

    En el ambiente que plasma Heinrich todos sus personajes viven en un mundo que se encuentra bajo el impero del caos. El perfil de los niños presentados en los cuentos “Happy Ending”, “Bárbaros” y “El niño” no son nada inocentes y no temen demostrarlo, actuando como pequeños seres atormentadores de los adultos que se quedan a la merced de los infantes. Otro perfil parecido es el de las madres; especialmente en “Happy Ending” y “El niño” se puede observar la falta de ese vínculo mágico que se presume en la maternidad, sintiendo más apego por la apariencia o por ellas mismas que por sus hijos. Finalmente, el perfil de las personas supervivientes en “Lucecitas”, “La cosa”, “Las vacas no vuelan”, “Paralelo 33”, “El Entierro” y “Las desapariciones” muestra personajes que no actúan solamente con la razón, o con el corazón, sino que más allá de optar por un punto de equilibrio, se dejan llevar totalmente por uno de los rasgos más primitivos de nosotros los seres humanos, quienes son totalmente llevados por el instinto.

    Sin embargo, el ambiente del libro no solo presiona a sus protagonistas con la búsqueda constante y latente de mantenerse vivos, sino que sumerge al lector en esa lucha por sobrevivir página tras página. No hay paz en ningún momento; en su lugar, la existencia misma parece ser una simulación de guerra, mostrando a la humanidad en su faceta menos humana y mucho más instintiva. Sin embargo, el caos no se limita al plano físico exterior, sino que trasciende al interior, al plano mental y espiritual. El estado constante de todos los personajes es la paranoia.

    “Heinrich, en sus distintas historias, no teme a la hora de difuminar la línea divisora entre lo cotidiano y el absoluto fin”.

    Heinrich, en sus distintas historias, no teme a la hora de difuminar la línea divisora entre lo cotidiano y el absoluto fin, y es en este espacio ambiguo que tenemos el cuento “Lucecitas”. Se narra la historia de un hombre atormentado por la ilusión de una guerra con los animalitos de los ojos brillantes, se refuerza la idea de la paranoia, esa desconfianza total y la certeza de un peligro constante, que ya no radica solamente en su mente, sino que se traspasa al plano físico. El enemigo, el agresor tras los flancos de la guerra, está allá afuera, pero también dentro de sí mismo.

    Otra historia que no teme decir explícitamente (aunque algo avanzada la lectura) que el mundo se fue por la borda es “La Cosa”, una narración que fácilmente se podría considerar como una reelaboración de Bird Box, la película inspirada en el libro de mismo nombre, pero ahora en la ciudad de Santa Cruz. Esta historia es la que deja bien marcada el estilo de vida y pensamiento que tienen los otros personajes: “lo normal se fue al tacho, y puedo irme yo también con él, o seguir adelante”.

    Finalmente, este “infierno” vivo y palpitante en el que viven los personajes de Las desapariciones se hace aún más significativos en las historias o seguimientos a los personajes más “tranquilos” (spoiler: en realidad no tienen nada de tranquilos). En “Happy Ending” seguimos la historia de una madre primeriza ilusionada y emocionada con el nacimiento de su hermoso bebé, sin embargo, en un giro rítmico y marcado (hay que resalar que no es un salto de golpe), esta madre se enfrenta desilusionada y aterrorizada al terrible hecho de que ha parido un bebé horrible ¿Cómo y cuándo se desarrollan esos vínculos especiales entre madre e hijo? ¿Es acaso un villano el que mata una polilla? Preguntas complicadas de responder y que, de hecho, no se responden en el cuento, pero sí que son exprimidas hasta el fondo en la escritura de Mónica Heinrich V.

    Por lo tanto, en estos mundos no existe ese ansiado happy ending, ese final feliz elusivo que no llega. No, en cambio, el libro y todos los mundos en los que se desarrollan las historias son creados en el caos y funcionan a favor de este, mostrando al lector esa parte sombría de la humanidad, que tal vez no todos quieren ver.

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  • Mónica Heinrich
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