Sobre la banalidad del trauma en Entiérrate y repite de Juan Carlos Zambrana

Presentamos una nueva colaboración de la Carrera de Literatura de la UMSA. En este ensayo, María Angela Huanca López, se aproxima a la escritura del cruceño, Juan Carlos Zambrana.

Sobre la banalidad del trauma en  Entiérrate y repite  de Juan Carlos Zambrana Sobre la banalidad del trauma en Entiérrate y repite de Juan Carlos Zambrana

María Angela Huanca López
Puño y Letra / 16/10/2023 00:25

El escritor cruceño, Juan Carlos Zambrana, presentó recientemente su primera novela Entiérrate y repite (2023). Al igual que su libro de cuentos Tarántula (2021); estas dos obras fueron publicadas por la Editorial 3600. Zambrana ha escrito artículos de opinión en medios de prensa y, ahora, encaminó su producción literaria al género narrativo. En la actualidad, además, escribe no ficción para la Revista 88 Grados. 

La amenaza de encontrarse a través del otro 

Uno de los mayores temores del ser humano es reconocer su condición a través del otro. Roger, el protagonista de la novela Entiérrate y repite, conoce y experimenta en carne propia lo que significa verse de esa manera. La novela de Zambrana trata de la dualidad del ser humano: las virtudes, los defectos, los vicios, los miedos, etc., son reflejos que enfrentan unos con otros y se convierten en un bucle interminable. 

Pero, enfrentar la condición humana es una constante amenaza porque desafía y transgrede el orden de las cosas, no el orden natural porque lo natural sería volver al estado salvaje, animal, como Roger lo hace. La novela inicia con el relato titulado Tarántula, por demás provocador y que mantiene al lector en suspenso hacia el final. Cómo es posible que Roger, un treintañero de clase media alta, termina convirtiéndose en el Tarántula, aquel indigente y drogadicto a quien golpeó un sábado, en un barrio chino cruceño.  A medida que avanza la lectura, ese embrollo va enredándose peor hasta que de tanto girar ya no se sabe dónde y cuándo uno empieza a ser el otro. 

Banalizar el trauma: el eterno regreso

El trauma es un tema que no pasa desapercibido, de hecho, une a Roger con su pasado, ese presente fragmentado e inevitablemente con su futuro. Así como no pasa desapercibido se convierte en algo banal. La primera experiencia traumática de Roger fue en secundaria, cuando Calderón, un muchacho que tenía un tatuaje de araña y estudiaba en la misma escuela, abusó de la muchacha de quien Roger estaba enamorado. Después de eso nada fue igual; cómo podría ser todo igual después de una violación. No solo se fragmenta la vida de la víctima sino también del entorno familiar, escolar y social. La violencia es estructural y alcanza más allá del cuerpo. 

El siguiente hecho que puede ser considerado traumático es el encuentro con el Tarántula. ¿Qué representa ese sujeto fuera de sí pero que se proyecta en la mirada del otro?  Nuevamente, el relato con que Zambrana inicia la novela, tiene un cambio, si vale el término, que descoloca al lector. Roger se enfrenta, golpea y casi mata a un drogadicto que acosó a Claudia, su pareja. Pero el reflejo de la mirada cala en Roger y, de manera acertada, al final del relato es Roger, convertido en un tarántula, observa como un hombre de aproximadamente 30 años golpea a otro tarántula. Uno siempre está buscando ser el otro. 

La necesidad de priorizar la salud mental, entre otras cosas más 

En la actualidad, aumenta cada vez la necesidad de atender la salud mental, los trastornos mentales, el consumo de drogas y todo aquello que implique sobrellevar los pesares que los personajes en la novela sufren y experimentan. Pero es fácil hablar desde la otra vereda. Lo que es difícil es ocuparse de lo que no es nimio para ciertas personas en una época donde el capitalismo aplasta con más fuerza. 

Después de la crisis sanitaria, el padecimiento de trastornos mentales e incluso de suicidio han ascendido y no existen muchas políticas públicas al respecto. Pocos deben saber que el Sistema Único de Salud en Bolivia cubre las consultas de los pacientes en salud mental. Pero, como siempre, hay que hacer muchas cosas y tener mucha paciencia para acceder. A reflexiones como esta, y otras, nos acerca Entiérrate y repite. 

La novela provoca la necesidad de oír ese grito ahogado. La banalidad del trauma se refleja en el consumo de drogas, en la delincuencia, en la violencia y demás cosas que evidentemente no desaparecerán, pero que lamentablemente se normaliza día a día. Ambientada netamente en el contexto cruceño, la novela invita a cuestionar cómo seguir intentando romper el círculo vicioso a través de Oscarito, el hijo de Roger que no es más que el reflejo de sus traumas iniciando el vicio. 

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