100 años con Ida Vitale

Nacida en Montevideo el 2 de noviembre de 1923, Vitale creció en un Uruguay que se estaba configurando como un país de rica vida intelectual y literaria. La poeta es la última de una gran generación en la que figuran nombres como los de Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti.

Ida Vitale Ida Vitale

Alina Dieste
Puño y Letra / 07/11/2023 10:41

En el mundo literario hispanoamericano, pocos nombres resuenan con la distinción y profundidad de Ida Vitale. Hoy, la venerada poeta uruguaya celebra un siglo de vida, marcando un hito no solo en años sino en aportes significativos a la poesía y la cultura. Vitale, cuya obra se ha distinguido por su claridad lírica y su aguda inteligencia, sigue siendo una figura esencial en la narrativa contemporánea de América Latina.

Nacida en Montevideo el 2 de noviembre de 1923, Vitale creció en un Uruguay que se estaba configurando como un país de rica vida intelectual y literaria. Su poesía emergió de este caldo de cultivo cultural, refinada por una educación que siempre puso énfasis en la literatura y las artes.

Desde sus primeras publicaciones, Vitale se destacó en el panorama literario por su estilo distintivo, que se alejaba de la ornamentación excesiva en favor de una poesía más esencial y depurada. Su obra, parte del canon de la Generación del 45, un grupo literario uruguayo que incluía figuras como Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti, refleja una búsqueda constante de la belleza en la precisión.

Exilio y expansión

La dictadura militar que azotó Uruguay en la década de 1970 forzó a Vitale al exilio, primero en México y luego en Estados Unidos. Este doloroso desarraigo, sin embargo, expandió su voz poética, entrelazándola con diversas tradiciones y paisajes que enriquecieron su escritura.

A lo largo de su vida, Vitle ha sido honrada con innumerables premios, entre ellos el Premio Cervantes en 2018, el más prestigioso reconocimiento a la literatura en español. Cada premio ha sido un reconocimiento a su contribución única a la poesía y al diálogo cultural en el idioma español.

A sus cien años, la obra de Ida Vitale sigue vibrante, un testimonio de su constante indagación intelectual y su compromiso con la poesía como medio de exploración del mundo y de uno mismo. Su poesía no es solo un reflejo de una vida centenaria, sino también de un espíritu eterno que ha sabido renovarse y mantenerse relevante a través de las décadas.

En esta celebración de su centenario, colegas, lectores y admiradores de todo el mundo le rinden homenaje, reconociendo que su voz poética seguirá resonando y siendo descubierta por nuevas generaciones. La figura de Vitale se erige no sólo como un pilar de la literatura uruguaya sino también como un faro universal para los amantes de las letras.

"Gratitud": así celebró sus 100 años Ida Vitale, la gran poeta uruguaya

"Gratitud": esa palabra eligió la poeta uruguaya Ida Vitale para celebrar sus 100 años el jueves en su Montevideo natal, que aplaudió con admiración y cariño a su hija multipremiada, una de las voces literarias más reconocidas de Hispanoamérica.

"Agradecer con todas las letras", dijo esta mujer menuda, de cabellera blanca y voz suave, ante la multitud de personas de todas las edades reunidas para homenajearla. 

"Gracias a los dementes que organizaron esto y a los dementes que vinieron. No lo merezco. Y además, llueve", agregó, mientras afuera soplaba el viento en una noche fría e inhóspita.

La fiesta en la sede de la Cinemateca Uruguaya incluyó obras de Schumann, Strauss y Mozart entonadas por una soprano, flores y chocolates de regalo, palabras de autoridades, brindis y hasta un enorme pastel cuyas velitas la homenajeada sopló mientras todos le cantaban "Que los cumplas feliz".

El festejo también tuvo alcance internacional, con la proyección del documental sobre su vida en varias ciudades iberoamericanas. 

 "Ida Vitale" se exhibió simultánteamente en Madrid, Ciudad de México, Guadalajara, Buenos Aires, y en el pueblo español de Juzbado, provincia de Salamanca, donde Vitale es especialmente querida, según contó la directora María Arrillaga a la AFP.

En Montevideo hubo una función especial y se presentaron la banda sonora del film, con música original de Sylvia Meyer, así como el libro "Palabra por palabra, el mundo se hace mundo", en una edición que repasa su obra a modo de antología, con correspondencia personal, artículos, discursos y conferencias.

Vitale, que durante la última dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985) se exilió en México, tuvo palabras de profundo amor hacia ese país luego de que el embajador mexicano en Uruguay, Victor Manuel Barceló, pidiera la palabra para destacar "la mente lúcida" y el "corazón enorme" de la poeta uruguaya.

"Tu humildad es lo que más amamos y lo que más admiramos", dijo Barceló. "En México siempre tendrás un lugar".

- "Estrella de rock" -

Nacida el 2 de noviembre de 1923, Vitale es la última referente de la Generación del '45, el movimiento intelectual uruguayo del que surgieron escritores de la talla de Juan Carlos Onetti, Idea Vilariño y Mario Benedetti.

Poeta de obra prolífica, además de traductora del francés y del italiano, ensayista, profesora y crítica literaria, a Vitale la fama le llegó en la vejez. 

 En los últimos años ganó, entre otros, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2015), el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2016), el Premio Max Jacob (2017), y el Premio Cervantes (2018), el máximo reconocimiento literario en lengua española.

Durante la celebración del jueves, la alquimista del lenguaje, como la han definido por su poesía esencialista, abrió al azar su libro "Tiempo sin claves" y leyó algunos de sus poemas, siempre tan vital como lo indica su apellido y sin perder nunca su agudo sentido del humor. 

"Esta fue una cosa muy inesperada y que me hace muy feliz", afirmó. "Si en el otro lado nos piden un recuerdo, este será uno", añadió, frente a un enjambre de fotógrafos y camarógrafos.

Estaba radiante, cautivando "como una estrella de rock", al decir del ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, despertando risas y sonrisas entre quienes la rodeaban para pedirle un autógrafo.

"Me enteré por el noticiero y vine porque sentí que tenía que estar. Mujeres como ella me inspiran para seguir luchando en la vida", señaló a la AFP Agustín Candia, un argentino de 23 años que vive en Uruguay y trabaja en el área de limpieza.

A su lado, Graciela Espino, una socióloga de 81 años, fundadora de la editorial Ediciones de la Plaza, siguió todo el festejo en primera fila. "La poesía de ella es tan intimista que llega profundamente", resumió.

"Gratitud": esa palabra eligió la poeta uruguaya Ida Vitale para celebrar sus 100 años el jueves en su Montevideo natal".

Cinco poemas esenciales de Ida Vitale

1. Fortuna

En este poema, Vitale repasa los fueros de la existencia de la mujer, transida por los hilos de una historia que abre una libertad incipiente para que la mujer sea, simplemente, humana.

Por años, disfrutar del error

y de su enmienda,

haber podido hablar, caminar libre,

no existir mutilada,

no entrar o sí en iglesias,

leer, oír la música querida,

ser en la noche un ser como en el día.

No ser casada en un negocio,

medida en cabras,

sufrir gobierno de parientes

o legal lapidación.

No desfilar ya nunca

y no admitir palabras

que pongan en la sangre

limaduras de hierro.

Descubrir por ti misma

otro ser no previsto

en el puente de la mirada.

Ser humano y mujer, ni más ni menos.

2. Misterios

Para la poeta, el amor se presenta no como un fuego arrasador, sino como una gracia, una luz que se enciende para ser testigo de lo que se comparte, de lo que se espera.

Alguien abre una puerta

y recibe el amor en carne viva.

Alguien dormido a ciegas,

a sordas, a sabiendas,

encuentra entre su sueño,

centelleante, un signo rastreado en vano

en la vigilia.

Entre desconocidas calles iba,

bajo cielos de luz inesperada.

Miró, vio el mar

y tuvo a quién mostrarlo.

Esperábamos algo:

y bajó la alegría,

como una escala prevenida.

3. Exilios

Romper la raíz, transitar el camino sin espejo retrovisor, sentir el vértigo, temer la soledad... ese es el destino de quien sufre el exilio, del que es empujado a la noche del desabrigo, de la extrañeza.

…tras tanto acá y allá yendo y viniendo.

Francisco de Aldana

Están aquí y allá: de paso,

en ningún lado.

Cada horizonte: donde un ascua atrae.

Podrían ir hacia cualquier fisura.

No hay brújula ni voces.

Cruzan desiertos que el bravo sol

o que la helada queman

y campos infinitos sin el límite

que los vuelve reales,

que los haría de solidez y pasto.

La mirada se acuesta como un perro,

sin siquiera el recurso de mover una cola.

La mirada se acuesta o retrocede,

se pulveriza por el aire

si nadie la devuelve.

No regresa a la sangre ni alcanza

a quien debiera.

Se disuelve, tan solo.

4. Este mundo

Símbolos de un espacio propio, de la construcción del ser, de su habitación interna, de la pertenencia a sí misma como acto de libertad, son los que nos ofrece en este poema Ida Vitale. Dejemos que su voz nos invite a conocer su mundo.

Sólo acepto este mundo iluminado

cierto, inconstante, mío.

Sólo exalto su eterno laberinto

y su segura luz, aunque se esconda.

Despierta o entre sueños,

su grave tierra piso

y es su paciencia en mí

la que florece.

Tiene un círculo sordo,

limbo acaso,

donde a ciegas aguardo

la lluvia, el fuego

desencadenados.

A veces su luz cambia,

es el infierno; a veces, rara vez,

el paraíso.

Alguien podrá quizás

entreabrir puertas,

ver más allá

promesas, sucesiones.

Yo sólo en él habito,

de él espero,

y hay suficiente asombro.

En él estoy,

me quede,

renaciera.

 

5. Accidentes nocturnos

En el silencio de la noche hacen su entrada las palabras, traductoras de la consciencia, de los miedos, de la propia hondura del alma. Ese espacio de la noche en que todo se calla es la oportunidad para la visita de la palabra rumiante de nuestro interior, que solo se silencia ante la música.

Palabras minuciosas, si te acuestas

te comunican sus preocupaciones.

Los árboles y el viento te argumentan

juntos diciéndote lo irrefutable

y hasta es posible que aparezca un grillo

que en medio del desvelo de tu noche

cante para indicarte tus errores.

Si cae un aguacero, va a decirte

cosas finas, que punzan y te dejan

el alma, ay, como un alfiletero.

Sólo abrirte a la música te salva:

ella, la necesaria, te remite

un poco menos árida a la almohada,

suave delfín dispuesto a acompañarte,

lejos de agobios y reconvenciones,

entre los raros mapas de la noche.

Juega a acertar las sílabas precisas

que suenen como notas, como gloria,

que acepte ella para que te acunen,

y suplan los destrozos de los días.

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