UN PUÑADO DE 15 BARDOS BOLIVIANOS EN LA REVISTA AÉREA DE CHILE
Una antología reducida (una suerte de pantallazo o fogonazo) sobre la poesía escrita en determinado país debería crear situaciones adversas, cierto repudio o hasta desazón más que entusiasmo.
Una antología reducida (una suerte de pantallazo o fogonazo) sobre la poesía escrita en determinado país debería crear situaciones adversas, cierto repudio o hasta desazón más que entusiasmo. Luego se irá reforzando esta idea a medida que surjan o emerjan los ejemplos poéticos más nítidos a través de observaciones vivaces y sustanciosas.
Jamás debería detenerse en las evidentes megalomanías literarias y hasta especulaciones del autor sobre tal o cuál metodología ha seguido para reunir el puñado de autores y sus poesías, porque al fin y al cabo “esas dudas o hesitaciones intelectuales” no importan o no vienen al caso.
Lo más importante del autor de una antología tal es el riesgo intelectual que asume al intuir o dilucidar tal o cual poema dentro de un cúmulo de escritos del autor o la autora, elegido y seleccionado.
Hace tiempo que no veo esto en las antologías de poesías recientes sobre Bolivia que aparecen en revistas literarias de algunos países del exterior como México, Argentina y ahora Chile. Las pocas que he podido leer son concebidas por el gusto y arbitrariedad de los mismos bardos que fueron invitados a sumarse al proyecto de difundir sus trabajos verbales en conjunto. En este tipo de sumatorias de poesías, el autor pasa a ser solo un recolector frío, calculador y distante que no aporta nada, salvo el ser un anfitrión. Es más, alguien que se lava las manos, anticipadamente, si la selección va en contra o en picada o en desprestigio suyo.
Una muestra de joven poesía boliviana de Fabrizio Callapa Ramirez (AErea Revista Hispanoamericana de Poesía. Número 18, Año XVIII, Segunda Época, Santiago de Chile, 2024) resulta otro pelambre, un cambio de timón y un sismo poético en el país porque en realidad presenta a nuevos bardos como Giovanni Bello, Daniela Lu Gonzáles, Rodrigo Figueroa, Camilo Barriga Dávalos, Valeria Sandi, Marcia Mendieta Estenssoro, Joan Villanueva, José Villanueva Criales, Juan Pablo Vargas, Anahí Maya Garvizú, Lucía Carvalho, Inti Villasante, Alcira Angelo, Erwin Fher Masi Pérez, y Elizabeth Astete. Pero Fabricio no se atreve a valorarlos y se difumina en el corrillo de sus pensamientos. Y los poemas elegidos se zafan o revientan como pipocas de aquí para acullá.
Esta generación “joven” evita o salta la página blanca a la velocidad de las redes sociales y de las nuevas tecnologías de la información, de la comunicación y del arte audiovisual para no saber qué siempre es la poesía, qué cosa siempre es pues la poesía. Aunque sus días parecen eternos y no se miden por 24 horas. Son los nuevos animales domesticados, salvajemente solitarios, a punto de prosperar en todo o de perderlo todo ya. Son zombies en 3d (cholos) que convocan a la muerte y proclaman que los blancos no existen. Hasta podrían “llauk’ar” (hacer el amor) en un minibús y cortejar a cholitas borrachas en la calle. Y sólo guardan sus memorias mutiladas en la web. Elaboran poemas en laboratorios multi y transdisciplinarios. Los prueban en otros ámbitos. Y descreen que la poesía sea merecedora de alguna dignidad. O de ninguna efervescencia social. Inclusive han creado un “agujero negro” para que se escurran por ahí todas las palabras y los 11 principios que anticipa la muestra de Fabricio. Todos los poemas recolectados ahí salen victoriosos, vivos, afanosos, como si hubieran ganado la final de un partido mundial de fútbol o atravesado de un parpadeo la Vía Láctea. Uks.
He leído antologías fascinantes como Poesía en movimiento (México, Siglo XXI Editores, primera edición 1966), estrictamente para autores nacidos en México, con selecciones y notas de Octavio Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis, y con prólogo clarificador de Octavio Paz. Los autores de esta antología, ya de culto actual, estuvieron involucrados, totalmente, en lo que seleccionaron, y arriesgaron su mirada literaria para elegir, criticar y relievar las poesías de los bardos mexicanos.
En Bolivia, hubo tres tipos de colectores que siguieron este método de elegir, clarificar y otorgar una reflexión sobre las poesías escritas por autores bolivianos. Una inicial, a mediados de la década de los 90, fue Poetas jóvenes de La Paz, de Blanca Wiethüchter, que fue una separata de la Revista Municipal Khana Nº 45 (La Paz, Artes y letras, 1996). Una forma cronológica muy sencilla de dar lugar a la poesía escrita en la ciudad de La Paz y en el país. Entre los bardos seleccionados figuran Carlos Mendizábal (que luego adoptará el nombre de Cé Mendizábal), Marcia Mogro, María Soledad Quiroga, Rubén Vargas, Juan Ignacio Siles del Valle, Juan Carlos Ramiro Quiroga, Diana Kuljis (que ahora se llama Sara Kuljis), Ludwig Valverde, y Mónica Velásquez. Algo sugestivo de esta antología es que cada autor seleccionado lleva una apreciación sobre su quehacer poético.
Casi en la misma vertiente, sale Cinco poetas bolivianos contemporáneos en la sección Poesía Sudamericana Hoy, Bolivia (Revista de Poesía Barataria. 2da. Época, Año 6 / Número doble 12 -13 / diciembre de 2004, Buenos Aires, Argentina), con la selección y notas de Rodolfo Ortiz O. La brevedad que destila esta selección es un síntoma, quizás temerario, de querer exhibir el timbre “desafinado” o “más afinado” de “una coral de puro solistas”: Cé Mendizábal R., Juan Cristóbal Mac Lean, Rubén Vargas, Juan Carlos Ramiro Quiroga y Benjamín Chávez.
Luego emerge Poesía boliviana de Mónica Velásquez Guzmán, que fue publicada en la Revista de Poesía Alforja (43, invierno 2007. Universidad Autónoma de Sinaloa. Nueva Época. México), con una introducción vivaz y precisa de la misma autora. Entre los bardos compilados están Eduardo Mitre, Blanca Wiethüchter, Aníbal Crespo Ross, Álvaro Diez Astete, Humberto Quino, Juan Carlos Orihuela, Jorge Ortiz Sánchez, Cé Mendizábal, Marcia Mogro, María Soledad Quiroga, Juan Cristóbal Mac Lean, Ruben Vargas, Clemente Mamani Laruta, Vilma Tapia, Juan Carlos Ramiro Quiroga, Claudia Peña Claros, Benjamín Chávez, Gabriel Chávez Casazola, Mónica Velásquez Guzmán, Paura Rodríguez Leytón, Ada Zapata Arriarán, Jessica Freudenthal, Janina Camacho Camargo, y Rodny Kevin Montoya Rojas.
La Paz, miércoles 15 de mayo de 2024