Felipe Delgado(1979/2016) fronteras por dentro y fuera

     En esta oportunidad se presentará la idea de crónica y biografía en Saenz y las nociones de su Felipe Delgado (1979/2016).

Felipe Delgado(1979/2016) fronteras por dentro y fuera

Felipe Delgado(1979/2016) fronteras por dentro y fuera

Felipe Delgado(1979/2016) fronteras por dentro y fuera

Felipe Delgado(1979/2016) fronteras por dentro y fuera


    JOSÉ ANTONIO ORTUZTE ALBA
    Puño y Letra / 22/01/2025 10:17

    11 de enero de 2025

    “All of my friends say I should move on

    She’s just another girl

    Don’t let her stick it to your heart so hard

    And all my friends say

    It wasn’t meant to be

    And it’s a great big world

    She’s just another girl

    Another girl”(The Killers, 2013, “Just another girl”).

         En esta oportunidad se presentará la idea de crónica y biografía en Saenz y las nociones de su Felipe Delgado (1979/2016). Pues, sus fronteras son lugares o tópicas narrativas de una psicología de sus personajes. Por fuera están las ciudades, los otros y hasta un mundo filosófico. Entonces, ¿la psicología de Felipe Delgado en Felipe Delgado (1979/2016) es un motor de la historia? Lo es de una época transitable de una ciudad con ferrocarriles. Lo es de varias generaciones allegadas a la gran urbe. Lo es con estructuras del conocimiento como de la Filosofía.

         Este ensayo se estructura en dos análisis. El primero ‘A modo de Biografía. Texturas interiores’ se acentúa a la obra de Saenz. Se cubre de complementaciones por una bibliografía. Después, con ‘Puzzle literario. Fronteras del leguaje’ se pueden concluir los desbordes de un Felipe Delgado más allá de Saenz. Y termina en las conclusiones de otros.

    1. A modo de biografía. Texturas interiores

         Entre la prosa que atraviesa la crónica a la biografía puede evidenciarse con Vilma Tapia (2011). Pues, se detallan en varios aspectos de una crónica de diario:

    “Conocí a la mamá de Humberto Maturana Romesín

    Recuerdo todavía el tono de su voz […] Llegué a un barrio que me gustó […] era un encuentro de amigas. […] Mi abuelos apellidaba Romesín […] Durante otra de mis visitas […] Otro día […] Humberto es un santo,[…]” (Tapia, 2011, pp. 53, 54, 56, 57, 58, 59).

         La idea de texturas es redundar en la misma obra, en este caso, de Jaime Saenz (1921-1986). Después del “Sesquicentenario” (1975) de Bolivia está su texto. Trata los contextos del canon latinoamericano del Boom. Por este Felipe Delgado (1979) se circunscribiría. Lo haría a autores de talla como Mario Vargas Llosa. O lo haría con Gabriel García Márquez, por desvío con Isabel Allende. Por ese hecho, se la considera en varias selecciones y antologías entre las mejores novelas de Bolivia. Se enumera la producción literaria de Jaime Saenz:

    Poesía

    El escalpelo (1955)

    Cuatro poemas para mi madre (1957)

    Muerte por el tacto (1957)

    Aniversario de una visión (1960)

    Visitante profundo (1969)

    El frío (1967)

    Recorrer esta distancia (1973)

    Bruckner. Las tinieblas (1978)

    Al pasar un cometa (1982)

    La Noche (1984)

    Cuentos

    Los cuartos (1985)

    Vidas y Muertes (1986)

    La piedra imán (1989)

    Novelas

    Felipe Delgado (1979)

    Los papeles de Narciso Lima-Achá (1991)

    Drama

    Obra dramática (2005)

    Miscelánea

    La bodega de Jaime Sáenz (2005)

    Otros

    Imágenes paceñas (1979)

    Tocnolencias (2009)

    Calaveras [30.10.71 en: https://pages.uoregon.edu/lgarcia/Saenz/Dibujos.htm, visitado el 11 de enero de 2025] (Wikipedia, 2025, disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Jaime_S%C3%A1enz, visitado el 11 de enero de 2025).

       También existen referencias sobre la autorrealización personal de Jaime Saenz y su novela de 1979/2013/2016. Pues, la idea anterior parte de puntos u horizontes de Felipe Delgado en Felipe Delgado (1979/2016). Es el leitmotiv y problema que se deduce en este ensayo. Se trata de la ‘raridad’ un extranjerismo de queer. Esta es psíquica y toma el sendero de los lapsus. Pues, se cubre en narraciones del telos ante el extremo lapsus: alcoholismo. Como se dijo, atraviesa tópicas psíquicas sumergidas en este vicio. Hay una descripción del ser que le rodea y es muy sui generis. Se contextualiza en los tiempos de Felipe Delgado (1979/2016) la novela. Son parte de la década de 1930, se narra La Paz con la ‘Generación del Chaco’. Se atisba en la noción del sujeto alterno-principal de Saenz. Es el campesino lumpen ropavejero paceño: el ‘aparapita’. Pues, se distinguen aspectos del ‘aparapita’. Es el empleado por cuenta propia de bultos en los mercados. No vive en la regularidad, pues, atraviesa hacia la muerte. Un ejemplo del trabajo es el testimonio de Damián Tintaya:

    “̶Así cargamos nosotros –afirmó Damián Tintaya–. El peso de los cajones que nosotros cargamos está marcando en las fábricas de los cajones que nosotros cargamos; nosotros cargamos en las aduanas y en los ferrocarriles, y también en las barracas y en los mercados nosotros cargamos” (Saenz, 2016, p. 129). 

    Tiene una pócima, el elíxir de la vida, que es beber. “El aparapita nunca grita ni llora, ni siquiera entre sueños. El aparapita siempre es solo” (2016, p. 133). También, se corrobora sobre el centro del logos saensziano. El personaje de Saenz, Felipe atraviesa la regularidad y decide casi al límite de la vida. Entre en entuertos, intrigas contextuales por el conocimiento. Es la petición de principio, leitmotiv o problema planteado. Los datos de Felipe recorren y se sumergen en la intimidad. Resalta el fallecimiento de sus padres. Los caracteres de la lucha o búsqueda del conocimiento son sinuosos. Parten de iniciaciones en diálogo intimista con él mismo. Demuestran carencias afectivas, luto, y reproches familiares. Se interceptan las perturbaciones psíquicas, el mundo saensziano va a entroncar en el entendimiento. Este es humano, lleno de laberintos prosaicos, consta de lugares húmedos, gélidos con una gran carestía. Se tocan aspectos de la vid de Felipe Delgado. Es conmutado en lugares con el elenco de la obra de Saenz. Las costumbres y el personaje van más allá de su misma persona. Llegan los desenlaces con horizontes íntimos de una paceñidad. Cubre toda la época de transgresiones, refugios o subterfugios en el ocultismo, el mundanismo etcétera. Asimismo, surgen a flote temas de antesala del morir saensziano. Los hacen flotar médiums de la nigromancia par los parroquianos que visitan a ‘Corsino Ordoñez’. En un diálogo con el coronel Peña y Lillo se dice de Ordoñez:

    “Errar es humano y perdonar es divino; pero nadie debe propasarse. Corsino Ordoñez ha tolerado demasiado, y le doy la razón: guay de nosotros si se aburre. Pleitesía no le rindo, pero soy sincero y solidario, y como digo y repito, le doy la razón. Nadie reconoce sus sacrificios. Yo les he dicho toda la vid, y toda la vida es así.

    ̶Toda la vida es así –afirmó Ordoñez–. No comprenden la situación, no consideran a ls distinguidísimas visitas que honran la bodega; uno pasa por alto muchas anomalías y muchos absurdos, y todavía vienen a discutir de política. Ha de ser hasta que yo me caliente” (p. 213).

         Era el horizonte de Felipe Delgado (1979/2016) es del médium y los parroquianos frente a la muerte dulce (Cf. Sangre dulce, Sweet Blood 2006 de Giovanna Rivero). El excursus hace parte exterior de la conclusión. Es el encuentro con la ausencia real o total. Entre creer y sufrir está un médium que prepara e inicia al visitante. La antesala es la bodega de Corsino Ordoñez. Su ocultismo, iniciación están por dentro al final.  

         Leonardo García Pabón (1998) de The University of Oregon concluye la autorrealización de Felipe Delgado (Cf. pp. 59-60). Pues, señala que:

    “[…] Felipe quiere crear su subjetividad personal, realizarse como artista e integrar un orden social, político y nacional. Así, construirse, construir un medio de expresión (un lenguaje), y construir una sociedad, van unidos en la búsqueda de sentido de la vida del joven Felipe. La cita de su novela revela tres direcciones sobresalientes por donde transita su buscar: subjetividad, poética e imaginario social, las que se superponen y definen mutuamente en múltiples configuraciones” (García, 1998, p. 214).

         Y compagina dos personajes crónicas como la del ‘aparapita’ en la vida de Felipe y la bodega de Ordoñez:

    “Notablemente hay dos personajes que definen quién es Felipe en relación al conocimiento: uno es el ‘aparapita’, el indio que en la ciudad se ha convertido en cargador; y el otro es Corsino Ordoñez, el dueño de la bodega. Ambas imágenes se presentan como ejemplares, en una especie de santidad definida por su lealtad al alcohol; lealtad que de diferentes maneras los lleva a la muerte” (1998, p. 220).

    2. Puzzle literario. Fronteras del lenguaje

          Por su parte Mónica Velásquez (2011) amplía la sensorialidad poética y narrativa de Jaime Saenz. Incorpora la figura retórica de la metáfora:

    “Ya se ha señalado desde el psicoanálisis, la filosofía o la literatura la existencia de nudos vitales, hechos de cuerpo, y que constituyen un desafío al lenguaje: el nacimiento, la sexualidad, la creación y la muerte, esos lugares que siendo esencialmente cuerpo y desde él desafían al lenguaje a dar cuenta de ellos como experiencias vitales. La paradoja es tomada por poetas como el citado y como Jaime Saenz, entre otros, para hacer desde ese desencuentro un doble: de uno con su cuerpo y de éste con su lenguaje” (Velásquez, 2011, p. 128).

         La presencia de lo somático encuentra la prosa saensziana de su poesía y novela con el realismo mágico. Se remarca el desborde mágico en Velásquez también sobre Felipe Delgado:

    “Vale la pena hacer acá un paréntesis para recordar la presencia de dos olores en Felipe Delgado: el del alcohol y el ‘olor a nada’. Ambos –según apunta Raquel Alfaro en su tesis– ‘designan aromas extraños […] provenientes de la muerte, o sea, despedidos por el otro’. Ambos ayudan a re-aprender al personaje, ambos lo ayudan a avanzar en el camino de aprender  a aprender el júbilo” (2011, pp. 135-136).

         Por otro, Velásquez ayuda a engarzar las fronteras de Felipe Delgado (1979/2016) con la filosofía. Así engarza con la obra de Blanca Wiethüchter también:

    “Por una parte, Leonardo García Pabón afirma que, en la obra de Saenz, la presencia de ese cuerpo estaría emparentada con cierta filosofía, la de Leibniz, quien habría adelantado el pensamiento sobre ‘lo oscuro’ en el cuerpo […]. Blanca Wiethüchter, en un artículo dedicado a ciertos rasgos románticos en la literatura latinoamericana, retoma justamente a Saenz y a Pizarnik para ver en ellos y desde las palabras de Heine, esa figura del poeta cuya obra y vida se unen bajo una fuerte conciencia crítica y autocrítica. Para la ensayista y poeta, Saenz asume la figura romántica del poeta y resalta el valor de autenticidad y de inauguración de un lenguaje ‘nacido de las vertientes populares y profundas’” (pp. 139-169).

         En el afán de armar nuevas estructuras autobiográficas salidas de crónicas a otra biografía está Vilma Tapia (2013):

    “NOMBRES. En el cuidadoso seguimiento de las historias individuales, toda existencia tiene un nombre. Los nombres son recibidos por Urzagasti con la acuidad de quien sabe que no existía ninguna otra posibilidad de caída para lo que cayó de la manera en que cayó. En los nombres hay gestos finamente representados. Es como si después de mucho conversar con sus personajes, éstos le hubiesen indicado sus nombres propios al autor: ‘Me llamo Fielkho y estoy escribiendo algo que mi cuerpo exige para vivir’ […]. Según Andrés Laguna, en ‘La memoria fiel. Escuchar la voz de Tirinea’ (2009: 66), ese trato meticuloso que Urzagasti da a los nombres se inauguró en la inauguración, con el nombre Fielkho, en Tirinea” (Tapia, 2013, en:  https://ecdotica.com/jesus-urzagasti-un-nombre/, visitado el 11 de enero de 2025).

         El balance general ha tramado aspectos relacionados a la autobiografía de Felipe Delgado, personaje principal. Ha señalado con partes narrativas personajes como crónica al ‘aparapita’ y coyunturalmente a Corsino Ordoñez. La biografía va a querer generar un conocimiento. Por el sentido de la autorrealización propia de Felipe. Termina [re]armándose la bibliografía de la obra de Jaime Saenz. 

    Bibliografía

    GARCÍA PABÓN, Leonardo (1998). “Paradójicos cadáveres nacionales: la poética de Jaime Saenz” en La patria íntima. Alegorías nacionales en la literatura y cine de Bolivia, La Paz, CESU/Plural Ed. 

    SAENZ GUZMÁN, Jaime (1979/2016). Felipe Delgado, La Paz, Difusión/Plural Ed.

    TAPIA ANAYA, Vilma (2011). “Conocí a la mamá de Humberto Maturana Romesín” en Fábulas íntimas y otros atavíos, La Paz, Ed. Gente Común.

    (2013). “Jesús Urzagasti, un nombre” en “Tendencias”, disponible: https://ecdotica.com/jesus-urzagasti-un-nombre/, visitado el 11 de enero de 2025).

    VELÁSQUEZ GUZMÁN, Mónica (2011). “Del olor, la música y el aire de poeta: Algo de lo invisible en la poesía de Jaime Saenz” en La crítica y el poeta: Jaime Saenz, La Paz, Carrera de Literatura/Plural Ed.

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