Simeón Roncal y la identidad de la cueca
La cultura de los pueblos induce a hablar de uno de sus elementos importantes: la música, un medio significativo que inscribe en el espíritu de los ciudadanos rasgos de su identidad.
La cultura de los pueblos induce a hablar de uno de sus elementos importantes: la música, un medio significativo que inscribe en el espíritu de los ciudadanos rasgos de su identidad. La música en Bolivia es quizá uno de los pocos elementos que ha superado las distintas trabas existentes, que provocan polaridades, exclusiones y antagonismos; la música está presente a lo largo y ancho de nuestra patria.
Las cuecas se cantan y bailan en toda Bolivia. Los habitantes rurales y los citadinos, en algún momento de su cotidianidad, recuerdan con agrado alguna cueca; para muchos, se convierte en símbolo importante de su vida, porque en ella se retratan pasajes significativos de su historia personal. Las cuecas le cantan a nuestro espíritu de bolivianidad, a las diferentes regiones de nuestra patria; las cuecas mantienen vivos hechos de la historia, describen los sentimientos, visiones y certezas de los bolivianos, transmiten nuestras costumbres y tradiciones, describen la belleza de nuestro territorio y la de sus habitantes, especialmente de las mujeres; las cuecas son la inspiración que levanta el orgullo de sentirse boliviano.
Según los investigadores, en tiempos de la Colonia, los pobladores que vivían en lo que hoy es Bolivia comenzaron a crear las cuecas locales con base en la escucha de formas musicales parecidas, provenientes para algunos del África y para otros de España, que en los primeros años de la República, en el siglo IXX, fueron interpretadas por la población mayoritaria. Don Carlos Vega, estudioso argentino, sobre la cueca dice: “Danza que es una expresión de alegría entusiasta que se transfigura en una querella erótica, en Chile es una danza explosiva, aturdidora y frenética, en el Perú más discreta y con figuras más galanas, y en Bolivia se caracteriza por exaltada y graciosa, con un fondo musical asaz (muy elevado), melancólico, exótico”. Rommel Flores Gutiérrez, investigador: “No se tiene un origen definido de la cueca, más bien, se indaga su procedencia producto del mestizaje cultural en la colonia, mestizaje que se dio entre africanos españoles y pueblos originarios de américa del sur, quienes mediante su asimilación de estos ritmos consolidaron el nacimiento de una nueva especie musical que se llamaría zamacueca en sus inicios, llegando a ser la chilena en Chile, Marinera en Perú, Zamba y cueca cuyana en Argentina y cueca en Bolivia. La cueca se acentó en Bolivia como una especie musical en el siglo XIX y XX en una República naciente donde la burguesía adoptaría a la cueca como música y baile característico de un estrato social minoritario”.
Las investigaciones dicen que la cueca adquiere personalidad propia con las creaciones de don Simeón Tadeo Roncal Gallardo, nacido en Sucre un 20 de abril de 1870. Sus veinte cuecas (en realidad veintiuno), que se difundieron a través de partituras y ejecución por músicos académicos, fueron el punto de partida para hablar de la “cueca boliviana”; entendidos musicales resaltan la calidad de las cuecas de Roncal, que crearon una escuela con varios seguidores, también de excelentes creaciones. Don Armando Alba dice: “…en Roncal no sobresalía, solamente su dominio en el instrumento y la suficiencia técnica, sino que puso en sus piezas, el hondo y admirable cause del sentimiento popular en sus expresiones más sinceras y más recónditas”. Según Alba, el señor Ojeda, del periódico La Prensa, considerado en esos tiempos como la más alta autoridad crítica musical en Bs. As., escribió lo siguiente: “La cuecas del compositor boliviano, tenía alta calidad, por su maestría técnica y por la fidelidad de haber trasladado al piano los ‘leitmotiv’ musicales del folklore, constituyendo verdaderos estudios pianísticos. El maestro Roncal, en opinión del crítico, debía ser tenido como uno de los mejores ‘precursores’ de la música popular boliviana…”.
El músico Pablo Mendieta Paz escribe: “Según los expertos, la expresión más antigua y fielmente preservada de las danzas coloniales de salón es la cueca chuquisaqueña..., de una pureza y sustancias íntimas que hacen de ella un danzado impecable en estructura, surge con absoluta nitidez la figura de Simeón Roncal, músico chuquisaqueño, apercibido de este connatural y profundo patrimonio de música popular, fue uno de los creadores —quizá el más sobresaliente— que dedicó, como fecundo compositor y renombrado pianista, todo su bagaje artístico a la creación y perfección de la cueca”.
Según el pianista e investigador Ernesto Flores Meruvia, “Simeón Tadeo Roncal Gallardo reconocido y considerado ‘Padre de la cueca boliviana’, fue el mentor de Miguel Ángel Valda, que fue en cierta forma continuador del estilo que había inaugurado su maestro…”.
Lo dicho hasta ahora es un respaldo para afirmar que Simeón Tadeo Roncal Gallardo es el “Padre de la Cueca Boliviana” porque, a través de sus veintiún conocidas creaciones, le dio “identidad propia a la cueca boliviana”, definió su estructura, su extensión y su cadencia musical; a partir de las cuecas de Roncal, vinieron una pléyade de grandes compositores que enriquecieron el repertorio nacional de cuecas •
* Es pedagogo y músico.