UN AMOR LLAMADO BOLIVIA

Del 13 al 18 de mayo, en Santa Cruz, Sucre, Potosí y Uyuni, se abrieron las Rutas Poéticas del Bicentenario. En este inédito encuentro, participaron reconocidos poetas internacionales como María Ángeles Pérez López, de España; Xavier Oquendo, de Ecuador; Daniel Calabrese, de Argentina; y Harold Alva, de Perú, quienes compartieron lecturas y conversatorios con sus similares de Sucre, Potosí y Santa Cruz. La idea de los organizadores, era generar un vínculo entre la belleza de la palabra y la belleza de las ciudades y paisajes bolivianos. Puño y Letra publica, desde esta edición, los escritos de los poetas invitados, que han sido difundidos en importantes publicaciones de sus países, así como en la órbita literaria iberoamericana.

Antes de que ingrese en el espacio del mito personal y el inmenso trabajo de cada día arrolle lo tanto vivido, ordeno fotos y palabras (insuficientes) para decir Bolivia: Santa Cruz de la Sierra, Sucre, Potosí y el salar de Uyuni como un prodigio blanco que no cesa de abrir la imaginación inmóvil.

Antes de este presente y su permanencia, dejo un agradecimiento alto como los 4000 metros en que la vida es prodigio y asfixia para Gabriel Chávez Casazola, Valeria Sandi y Álex Aillón, que coordinaron hasta el último detalle las increíbles "Rutas poéticas del Bicentenario". No sé dar cuenta de lo vivido pero las fotos están ahí, las palabras que brotaron están ahí, la convicción de la poesía como un hilo generoso está ahí.

Y sí, necesariamente antes de que las cifras parezcan poder resumirlo todo (tres ciudades, un mar blanco, el Cerro rico de Potosí con su geología mordida por un feroz extractivismo de cinco centurias), queda un temblor admirado como un latido que buscar ser síncrono. Tuve la inmensa alegría de compartir las rutas con el poeta ecuatoriano Xavier Oquendo Troncoso, el argentino-chileno Daniel Calabrese y el peruano Harold Alva Viale, y con los jóvenes poetas bolivianos Melissa Sauma, Felman Ruiz y Rodrigo Tarabillo Velarde. Increíble y qué distinta la experiencia en cada una de las ciudades: la gran Santa Cruz de la Sierra, dinámica, cálida y próspera; Sucre, la ciudad blanca, la capital histórica del país, Ciudad Patrimonio de la Humanidad; Potosí sobrecogedora, con su monumentalidad y peso histórico, tan dura de vivir, tan herida por una larguísima historia de explotación y Uyuni, al lado del Salar que nos esperaba desde aquel mar lejano que ha dejado su larga lengua redonda de sal (10.000 kilómetros cuadrados de un horizonte de sal). 

A las lecturas se sumaron poetas de Santa Cruz, Sucre, Potosí y otros lugares del país. Qué extraordinario poder escuchar voces tan jóvenes, tan diferentes entre sí, tan potentes. Di una conferencia en la Casa de la Moneda. Temblaba, sobrecoge el peso de cada moneda acuñada sobre tanta riqueza y tanto dolor. Debajo se habían movido los tornos metálicos de la esclavitud.

Antes de que cualquier palabra sea (in)suficiente, traigo aquí la lectura más impresionante que realizamos (no, no fue la de la escalera al cielo del salar, aunque su hermosura resulte inverosímil), sino la de Casa de la Gobernación en Potosí con varios colegios. Decir poesía, decir infancia, decir alegría como una corriente que nos atravesó por completo, potrillos todos en su decir de aire.

Dejo unas pocas fotos, otras circulan como circula el aire.

Regresé de Bolivia pero allí sigo.