¿Dónde están los agresores a campesinos de 2008?
En la investigación la Fiscalía dijo que incluiría a otros involucrados pero eso no ocurrió

¿Dónde están los agresores de campesinos del 24 de mayo de 2008? En el juicio que concluyó la madrugada del jueves 3 de marzo, seis ex autoridades miembros del extinto Comité Interinstitucional y ocho universitarios fueron sentenciados a tres y seis años de presidio, respectivamente, como coautores de asociación delictuosa, lesiones graves, coacción agravada y vejaciones y torturas; empero en el transcurso del proceso, en los videos revelados, se vieron a varias personas que agredieron a campesinos y que no fueron investigadas por la Fiscalía y menos enjuiciadas.
En el segundo juicio oral y contradictorio que se inició en septiembre de 2012 y concluyó con una sentencia el 3 de marzo en Padilla, las partes presentaron sus pruebas testificales, escritas y en imágenes, en las que se desvela la participación de muchas personas como principales actores de brutales agresiones contra campesinos en la zona de El Abra en 2008 y el trayecto hacia la plaza 25 de Mayo, donde los semidesnudaron, estas personas nunca se sentaron en la silla de los acusados.
En los videos ofrecidos por el Ministerio Público en el juicio, se identifica a personas que agreden a campesinos, entre ellos al ex alcalde de Mojocoya, Ángel Vallejos, que fue conducido primero desde El Abra hasta la plaza 25 de Mayo por una turba, sus captores tenían el rostro tapado con barbijos y pañoletas para no ser identificados; así como se ve a gente empujándolo y agrediéndolo, también se advierte que quienes lo llevaban a la fuerza tomándolo de los brazos, evitaron que fuera más golpeado. Estas personas no fueron identificadas ni investigadas.
En los videos revisados por este medio de comunicación se identifica a varios golpeadores, entre ellos a dos personas que dirigen la agresión a campesinos. Estas personas guían a la turba enardecida y la conducen a agredir a los campesinos con puñetes y palazos, hasta el extremo de hacerles semidesnudar. Tampoco fueron identificadas ni convocados.
La defensa de los ahora sentenciados sostuvo a lo largo del proceso que los 18 acusados fueron enjuiciados sólo por haber sido parte del extinto Comité Interinstitucional, pero en el juicio no se les demostró su participación directa en los vejámenes a los campesinos. En cambio, la Fiscalía, ante la consulta de los periodistas en la etapa investigativa, respondió que los agresores directos serían citados en su momento pero eso no pasó.
Según los testigos de ese entonces, algunas autoridades intentaron pacificar a la turba, en varios puntos, entre ellos El Abra y la plaza central, cuando el primer grupo fue trasladado.
En el juicio, los acusados llevaron como prueba testimonial al ahora encarcelado ex director de Régimen Interior del Ministerio de Gobierno Boris Villegas que en su declaración en Padilla, ratificó la existencia de un gabinete jurídico que supuestamente organizaba y subvencionaba a personas para que generaran violencia y nombró a Sacha Llorenti como la cabeza de esta misión en Sucre. La Fiscalía le restó importancia a estas declaraciones.
PIDEN UN 24 DE MAYO II
Las agresiones a campesinos registradas el 24 de mayo de 2008 en Sucre dieron la vuelta al mundo como el caso más reprochable de racismo registrado en los últimos años en el país, denunciado por el Gobierno, cuyos actores tildaron a la ciudad como “capital del racismo” e impulsaron la promulgación de la Ley contra el racismo y toda forma de discriminación.
Instituciones como la Defensoría del Pueblo y las Naciones Unidas condenaron y siguieron el caso, y tras la sentencia se pronunciaron indicando que con este juicio se cerraba el lamentable hecho de racismo en Sucre. No obstante, surgió el planteamiento de abrir un nuevo proceso investigativo esta vez para que el Ministerio Público individualice a los agresores y los sancione con la pena correspondiente en el Código Penal. Los agresores tendrían que desvelar si fueron enviados por los miembros del Comité Interinstitucional a quienes sí se condenó.
El ex asesor de la Federación Única de Trabajadores de Pueblos Originarios de Chuquisaca (FUTPOCH) Valerio Llanos adelantó que pedirán un nuevo proceso en contra de otros integrantes del extinto Comité Interinstitucional y de los agresores de campesinos que no fueron investigados.
“Se debe de abrir otro juicio contra los otros miembros del (extinto) Comité Interinstitucional y de los autores materiales (de las agresiones). Ahora hay una sentencia para los autores intelectuales, pero qué de aquellos autores materiales que operaron en su determinado momento, como el señor (Edgar) Arraya y otros, ya debería estar abierta la investigación, por consiguiente acá la justicia debe hacer lo que tiene que hacer en su determinado momento si aún pretende conservar su imagen”, manifestó.
A decir de Valeriano, en el nuevo juicio denominado “24 de Mayo II”, debían ser incluidos en un nuevo proceso Edgar Arraya, Lourdes Millares, Milton Barón, Iván Arciénega, entre otros, además que el Ministerio Público debía identificar a los principales operadores de la golpiza a los campesinos en 2008.
“Aparte de (Edgar) Arraya deberían estarán autoridades que ahora están en función de Gobierno. Sí vamos a exigir una investigación objetiva imparcial en el sentido que siga para todos, una investigación somera, imparcial y absolutamente a todos, y cuando digo a todos son todos los que estuvieron involucrados, no se descarta a nadie, esa tarea corresponde a la Fiscalía para que se siente un precedente bien claro”, acotó.
El ex constituyente y actual viceministro de Seguridad Ciudadana, Carlos Aparicio, coincidió en abrir otro proceso y “sentar en la silla de los acusados” a los demás integrantes del extinto Comité Interinstitucional y operadores de las agresiones a campesinos el 24 de mayo de 2008.
Crónica de los enfrentamientos y agresiones del 23 y 24 de mayo
Habían transcurrido casi cinco meses de los hechos luctuosos de La Calancha, registrados en noviembre de 2007, cuando se anunció la llegada del presidente Evo Morales al estadio Patria para entregar ambulancias a municipios de Chuquisaca en la víspera del aniversario cívico departamental. Ciudadanos, la mayoría jóvenes y estudiantes universitarios, se movilizaron para rechazar su arribo, exigiéndole que pidiera perdón por los tres muertos en los enfrentamientos entre pobladores y policías registrados en noviembre de 2007, cuando las protestas contra la Asamblea Constituyente por excluir del debate la demanda de capitalidad plena para Sucre, alcanzaron su punto más álgido.
La noche anterior al 24 de mayo, hubo vigilias en las cuatro esquinas del estadio Patria y en el raquet Líder, ubicado en la calle Germán Busch, donde se desarrollaba una cena con el candidato prefectural del MAS Walter Valda.
La gente arremetió contra la vivienda, que sufrió daños y fue recién a las 3:00 que cerca de medio centenar de personas pudieron ser evacuadas.
La vigilia duró toda la noche hasta las 8:30 del 24 de mayo, cuando unos 20 policías llegaron al Estadio Patria.
Les siguieron dos contingentes del Regimiento II de Infantería “Sucre” y el Batallón V de Ingeniería “Napoleón Ovando”, que tuvieron que abrirse paso a punta de granadas de gas lacrimógeno.
Momentáneamente dispersados, los militares tuvieron que trepar las paredes de las canchas auxiliares del Estadio para parapetarse dentro y resguardar el lugar.
A partir de ese momento los marchistas provocaron con piedras, petardos y dinamitas y los militares respondieron con gases desde las graderías. Para las 9:00, los movilizados habían aumentado y abarrotado las calles circundantes.
En el centro de la ciudad, las autoridades ediles evaluaban la posibilidad de suspender el desfile escolar. Al final, la directiva del Comité Interinstitucional decidió trasladarse hasta el Estadio para calmar los ánimos de los movilizados y persuadir a los uniformados a replegarse.
A eso de las 9:35, efectivos policiales abandonaron el estadio en medio de una turba enardecida de sucrenses que no paraba de insultar y arrojar piedras.
Algunos gases fueron lanzados para dispersar a la muchedumbre y facilitar su retirada.
Diez minutos más tarde, la comitiva encabezada por el entonces rector Jaime Barrón; el ex presidente del Concejo Municipal, Fidel Herrera; el ex presidente de la Brigada Parlamentaria, Gonzalo Porcel; los ex legisladores Fernando Rodríguez y Lourdes Millares y la ex candidata prefectural en ese momento Savina Cuéllar ingresaron al Estadio por la puerta II de la calle Manuel Vilar y negociaron la evacuación de los militares.
El Rector reunió a los manifestantes y les informó que con la decisión de repliegue de policías y militares se había confirmado que el presidente Evo Morales no llegaría, pidiéndoles que se retiraran. La multitud tardó en dejar de arrojar dinamitas a los militares y acceder a su retirada.
A las 10:00 fue evacuado el portero del Estadio sofocado por los gases y con el brazo lastimado porque le habían llegado piedras.
Cinco minutos más tarde, los militares formaron un solo bloque humano y resguardados por sus escudos tomaron la calle Enrique Finot con dirección a la salida al aeropuerto. Una lluvia de piedras e insultos acompañó su evacuación, varios vehículos estacionados soportaron la furia de la turba, que rompió los parabrisas de los vehículos.
A eso de las 10:35, los militares llegaron a la altura del primer puente en la carretera al aeropuerto, en el trayecto dos compañías nuevamente fueron interceptadas por los manifestantes que se dividieron en dos grupos: quienes querían continuar agrediéndolos y aquellos que formaron un cordón humano para resguardarlos.
Por más de una hora tuvieron que soportar piedras, golpes y toda clase de insultos; sus superiores los abandonaron pese a que algunos periodistas les llamaban pidiendo que socorrieran a sus conscriptos.
Tres conscriptos y un oficial se desvanecieron porque no pudieron soportar más el dolor de las heridas que les provocaron las pedradas y por la cantidad de químicos que habían exhalado.
Una vez que los uniformados fueron rebasados, los movilizados apuntaron a miembros de organizaciones sociales que habían llegado a recibir al presidente Evo Morales.
Un primer enfrentamiento se suscitó cerca de las 10:10 cuando los marchistas se enfrentaron con un medio centenar de campesinos que se habían agrupado en la zona de Patacón y Barrio Lindo.
El enfrentamiento con piedras duró una media hora con un saldo de seis personas heridas que fueron llevadas al Hospital UNI.
Luego la agresión se volcó contra un grupo de unos 40 conscriptos que no pudieron subirse a los buses que transportaron a sus compañeros. La intervención de las cabezas del Comité Interinstitucional evitó mayores agresiones, sin embargo, fueron obligados a portar banderas de la Capitalidad.
El desenlace violento que marcó a la ciudad de Sucre
A las 11:05, los manifestantes se trasladaron a la zona de Santa Bárbara en donde hubo otro enfrentamiento. En la persecución ambos bandos se enfrentaron a golpes, tres campesinos llevaron la peor parte y tuvieron que esconderse en una casa hasta la llegada de las ambulancias del Hospital Universitario.
El enfrentamiento más duro fue en el ingreso al barrio 6 de Agosto sobre la avenida circunvalación Jaime Mendoza o también conocida como la prolongación de la Avenida del Ejército.
Allí se habían parapetado campesinos llegados de Chuquisaca Centro y otros distritos del municipio de Sucre. Tras los hechos, algunos emprendieron retorno a sus lugares de origen pero otros aún esperaban la reunión fijada para las 14:00 citada por el ejecutivo departamental de los campesinos en ese entonces, Esteban Urquizu.
Los primeros manifestantes que llegaron hasta El Abra con el ánimo de enfrentamientos fueron apedreados por campesinos; fue entonces que más estudiantes universitarios y otros movilizados se volcaron hasta esta zona donde estaban concentrados el viceministro Sacha Llorenti, el delegado presidencial José Lambertín, parlamentarios masistas y varios dirigentes campesinos.
Los jóvenes movilizados arrinconaron a los comunarios y los obligaron a trepar hasta el cerro ubicado frente a Rumi Rumi, al lado derecho de la carretera a Tarabuco.
El intercambio de piedras y dinamitas fue duro.
A las 13:00, la turba ya tenía cinco rehenes campesinos que fueron trasladados a pie hasta la plaza central con la intención de que pidieran “perdón” por los muertos de noviembre. Fueron insultados, golpeados y robados, el primero en ser detenido fue el alcalde de Mojocoya, Ángel Vallejos; le siguieron otros dirigentes campesinos.
Media hora más tarde, otra turba retuvo otros 50 rehenes, liberando a mujeres y niños, y también les llevaron hasta la plaza con el dorso desnudo. Los habían cercado. Luego de largas negociaciones, accedieron a “entregarse”, con la promesa de no ser golpeados.
No hubo piedad. Llegaron hasta la plaza central, les hicieron pedir perdón de rodillas, fueron trasladados como un rebaño y luego los llevaron hasta la calle Bolívar en donde algunos manifestantes y otros ciudadanos facilitaron su huida, algunos llegaron al Comando de la Policía. Entre los documentos con los que se quedó la turba quedó un registro de la distribución de dinamitas y alimentos y las capacitaciones sobre el nuevo texto constitucional. Luego fueron entregados a la Policía. Por la tarde, los damnificados presentaron denuncias contra el Comité Interinstitucional en la Fiscalía de Distrito.