Mandan a la cárcel a padre que abusaba de sus dos hijas
Tras un divorcio, el padre intentó recobrar la custodia de su hija menor, esto hizo que la hija mayor hablara
“Mami, no le mandes. Le va a hacer igualito que a mí”. Con esta frase una joven de 20 años destapó un caso de abuso deshonesto y violación del que era víctima. El perpetrador: su padre, quien deberá defenderse detenido en la cárcel San Roque.
Su historia se remonta hace 12 años cuando ella tenía ocho. Soportó ese padecimiento hasta sus 12; después hubo una pausa y la última agresión ocurrió cuando tenía 18 años, contó la abogada de la acusación particular, Giovana Mercado.
Para la víctima fueron muchos años de aguantar callada los vejámenes de su padre por temor a que él matara a su madre, si ella se enteraba, según la amenaza constante del violador.
Pesaban las constantes golpizas que su padre le propinaba a su madre. Era muy violento, cuenta Mercado.
Esta situación, en 2015, derivó en el divorcio de la pareja, que había procreado tres hijos: dos mujeres y un varón en la ciudad de Potosí, donde la pareja residía.
La víctima, por motivos de estudio, se vino a vivir a Sucre a una casa que la familia había comprado. Después, la madre se mudó con sus dos hijos a la Capital del Estado, por temor a ser atacada nuevamente.
Hace dos años, cuando la joven vivía en Sucre, el padre llegó a la casa con la misión de pintar las habitaciones de la vivienda. En esa oportunidad, a las 3:00, nuevamente fue atacada por su padre estando sola. Según la abogada, fue violada. Este testimonio fue narrado por la víctima en la audiencia de ayer.
En los últimos meses, el padre reclamó la custodia legal de su hija menor, lo que puso en alerta a la víctima. Temiendo que su hermana corra la misma desgracia que ella, le contó todo a su mamá. “Mami, no le mandes. Le va a hacer igualito que a mí”, imploró.
A decir de la abogada, el padre no sólo abusó de su hija mayor, también lo hizo de su hija menor. Su modus operandi consistía en preparar un jugo en las noches para invitar a sus hijas, que lo bebían con absoluta confianza; ellas no se daban cuenta de que también echaba una pastilla.
Luego, las víctimas dormían profundamente; en esa condición las tocaba sus partes íntimas. La hija mayor, aún niña, se sorprendía porque amanecía de una manera diferente y empezó a sospechar. Una noche simuló beber el jugo que su padre le había preparado; estando consciente, descubrió lo que su padre hacía con ella. Éste la amenazó para que callara el delito diciéndole que mataría a su madre.
Ayer, en una larga audiencia de medidas cautelares que tuvo tres recesos, el juez 2° de Instrucción en lo Penal de la Capital, Oswaldo Aguilar, determinó la detención preventiva del imputado en la cárcel San Roque por el delito de abuso deshonesto.