Familia de Javier Quentasi exige esclarecer su muerte
Atendió un pedido de ladrillo y fue atacado mientras descargaba el producto

Javier Quentasi fue asesinado. El motivo del ataque: robo y no cuentas pendientes. De eso está segura la familia que clama porque el caso se esclarezca.
Quentasi era padre de dos hijos: una adolescente de 15 años y un niño de siete años. Desde hace 18 años se ganaba la vida comprando y vendiendo ladrillo en una volqueta pequeña de su propiedad. Era el mayor de ocho hermanos y vivía en la casa de sus padres junto a su esposa y hermanos.
La familia aseguró que no tenía deudas económicas y que todo lo que consiguió en su vida fue resultado de su esfuerzo, pues desde muy joven, a sus 18 años, empezó a trabajar en este negocio.
Doña Adela Caema es la madre y aún no puede asimilar que ya no tenga a su hijito con ella si estaba sanito. Deshecha por el duro golpe, ahora sólo clama justicia. Los hermanos, envueltos en el mismo estado de ánimo, exigen que la Policía capture a los responsables de tan horrendo crimen; además, piden a las personas que hubiesen visto algo con relación al caso, brinden su cooperación a la Policía.
La tarde del martes, Javier estaba descansando en su casa. Mientras lo hacía, recibió algunas llamadas solicitándole ladrillo. A un principio no quiso atender el requerimiento. Un poco antes de las 16:00, se decidió a cumplir el pedido. Su mamá le sugirió que fuera con dos ayudantes, pero él no quiso. Le contestó que en el lugar había gente para cumplir esa tarea.
Salió solo y con 1.000 ladrillos en la volqueta. Se conoce que iba a la zona de Lajastambo y nada más. En el trayecto, en la avenida 6 de Agosto, saludó a su hermana con un bocinazo y siguió su camino, contó ella. Eran más o menos las 16:00, señaló. De ahí en más nadie lo vio hasta que su cuerpo fue descubierto la mañana del miércoles.
Aunque todavía no hay un informe oficial de la Policía, se presume que Javier fue atacado mientras descargaba el ladrillo, pues 100 piezas del producto quedaron en la volqueta. Los familiares estimaron que la muerte pudo ocurrir cerca de las 17:00, porque descargar 1.000 piezas demanda aproximadamente 30 minutos.
Fue atacado por la espalda. Recibió un golpe fuerte en el cráneo, de eso no tienen dudas. Luego, fue atacado con un cuchillo. Las puñaladas se incrustaron en el lado derecho de su abdomen, glúteo y muslo. La Policía dijo que fueron alrededor de 20 cortes.
Fue un asesinato, aseguraron los familiares. Tras el crimen, también se sabe que lo amarraron de pies y manos con ropa que no era suya y que fue cubierto con dos bolsas de yute: una en la cabeza y otra en los pies. Así lo encontraron en la cabina de su volqueta.
Los asesinos cargaron el cadáver en la cabina y lo cubrieron con un plástico azul. ¿Querían deshacerse del cuerpo? Al parecer sí. Los criminales subieron a la volqueta y se dirigieron a La Barranca donde, según un testigo, dos personas estaban en la cabina con las cortinas corridas. Llamó la atención que no estuviera conduciendo Javier, que era muy conocido en la zona, pues casi todos los días iba a traer ladrillo. Ahí también se percataron que el nuevo chofer tenía algunas dificultades para manejar el motorizado. El paso se registró entre las 17:30 y las 18:00.
Los dos sujetos continuaron la marcha, pero kilómetros más allá, cerca de la comunidad de Álamos, tuvieron un percance. Encunetaron la volqueta en una zanja y no pudieron salir. Ello provocó que abandonaran el vehículo y regresaran a la ciudad, sostuvo la familia.
La familia cree que tuvieron que tomar una o más movilidades para regresar a la ciudad, por lo que pidieron a las personas que pudieron haber transportado a estas dos personas, entre las 18:00 y 20:00 desde esa zona, brindar información a la Policía para que atrape a esos dos sujetos peligrosos.
Un teléfono celular, su billetera, la memoria del equipo de sonido y el control remoto fueron sustraídos por los criminales.
La Policía, por la complejidad del caso, aún no quiere dar ninguna información al respecto, pero aseguró que está trabajando para esclarecer el caso que consternó a la ciudad.