Una historia de amor que acaba en delito de estupro

La pareja convivía, sin el consentimiento de los padres de la menor de edad

DETERMINACIÓN. El Ministerio Público imputó al joven de 19 años por el delito de estupro. DETERMINACIÓN. El Ministerio Público imputó al joven de 19 años por el delito de estupro.

Luis Alberto Guevara López
Seguridad / 23/09/2017 05:33

Esta es una historia de amor que acabó con una condena por estupro. El enamorado terminó sentenciado a tres años de cárcel y la novia aguarda para ser devuelta a la Argentina, aunque ella no quiere separarse del amor de su vida.

El muchacho tiene 19 años, pero aún aparenta ser un adolescente; ella, 16. El joven es de Yamparáez y hasta fines de agosto estuvo trabajando en Chilecito (Argentina); la adolescente es argentina de padres de bolivianos. Conoció a su enamorado en redes sociales.

La relación de amistad comenzó por Facebook, pero en junio decidieron conocerse personalmente. Sólo sabían que estaban cerca uno del otro y que para verse necesitaban recorrer unos kilómetros. Lo hizo la adolescente, que vivía en la misma zona, convencida de que podría formalizar su relación amorosa. Su aventura la compartió con su madre y también avisó al padre.

En pocos días ambos encarrilaron una relación seria. El 21 de julio la muchacha comunicó a su padre que estaba enamorando formalmente con un chico que trabajaba en el campo. Aquello no gustó al progenitor que castigó a su hija y la golpeó. Ella tuvo que ir al hospital para curar sus dolencias, según reza el cuaderno de investigaciones del caso.

En esas circunstancias, el joven le comunicó que tenía previsto regresar a su tierra, a Yamparáez, y ella le propuso acompañarlo. Ambos acordaron salir de Chilecito y lo hicieron el 30 de julio. Un día después, aún en territorio argentino, la novia comunicó a sus padres que estaba de viaje a Bolivia, a la casa de su enamorado.

Cuando llegaron la jovencita fue acogida en la casa de la familia del chico. Compartían habitación y tenían una relación normal de una pareja que vive en el campo: ella en los quehaceres de la casa y él trabajando la tierra.

La relación amorosa prosperó al punto de prometerse matrimonio. Sin embargo, el sueño de estar unidos para siempre duró apenas un mes y 19 días, hasta que la madre efectivizó una denuncia y el joven fue aprehendido bajo la figura de un presunto caso de estupro.

El Ministerio Público lo imputó y la Defensoría de la Niñez y Adolescencia se adhirió al tipo penal buscando su detención preventiva en la cárcel San Roque. Para que aquello no ocurra, las partes acordaron un proceso abreviado con la condición de que el joven acepte una condena de tres años con la suspensión condicional de la pena.

En el juicio, la jueza 5° de Instrucción en lo Penal de la Capital en suplencia legal del Juzgado 4°, Odalys Serrano, confirmó el acuerdo pero con algunas condicionantes, como el no acercarse a la “víctima”.

La insistencia de los enamorados de que esta relación fue libre y sin presiones no valió de mucho a la hora de la sentencia. La adolescente quedó bajo tutela temporal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia a la espera que la madre llegue de Argentina y la recoja.

 

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