Banco Unión: Al inicio Pari llegaba en taxis, después en autos de lujo
Una vecina relató que una vez hizo caer una bolsa que se cree era el dinero robado

Era un sábado, inicios de este año. Juan Pari Mamani salió de la agencia del Banco Unión de Batallas, en La Paz, con una bolsa de plástico gruesa y la hizo caer en la acera de la sucursal. Se puso nervioso y un colaborador suyo alzó el bulto -donde se presume llevaba el efectivo hurtado- y lo introdujo rápidamente en un vehículo de lujo. Nadie le dijo nada, el dinero no se había mostrado. El desfalcador llegaba a Batallas, a una hora y media de La Paz, en coches opulentos y lo hacía en compañía de sus colaboradores, una mujer y un varón. Pari no tenía contacto con la gente del pueblo y hacía sus mandados con una señora que realizaba la limpieza de la filial de la entidad estatal.
Llevaba su propia comida y en pocas ocasiones asistía a los restaurantes del lugar. Era callado y nunca levantó sospechas. Los pobladores de Batallas aseguran que Pari no vivía en el pueblo y que al principio de su estadía laboral llegaba a la agencia en taxis, que partían de El Alto.
“Luego ya venía con sus coches bonitos. Primero era uno blanco, luego un plomo y al final con un rojo. Muchas veces venía con dos personas, una pareja”, relató María Calle (el apellido es ficticio por seguridad), dueña de una tienda en Batallas.
Juan Pari Mamani fue jefe de Operaciones de la agencia del Banco Unión en Batallas. Ocupó ese cargo durante un año y desde diciembre de 2016 hasta agosto de esta gestión logró desfalcar a la entidad estatal Bs 37,6 millones. Hoy guarda detención preventiva en el penal de máxima seguridad de Chonchocoro. El acusado, sin embargo, trabajaba desde 2011 en otras agencias de la entidad financiera estatal.
Juana Mendoza (el apellido es ficticio por seguridad) veía en Pari un hombre tranquilo. Dice que no levantaba sospechas porque no hablaba con ningún poblador, es más, no logró amistades con personas de Batallas.
“Lo veía casi siempre salir del banco (en Batallas) para hablar por su (teléfono) celular, se quedaba buen rato hablando y luego volvía a su trabajo”, contó Juana, dueña de una pensión.
El viernes, la Fiscalía inspeccionó las instalaciones de la agencia del Banco Unión en Batallas. Solicitó la nómina del personal acreditado en la época que trabajó Pari y se ejecutó el requerimiento fiscal de las cámaras.
A la fecha, existen 13 detenidos preventivamente y dos guardan detención domiciliaria, uno de ellos es Juan Carlos Gott, con quien, según Pari, tenía un negocio de renta de autos de lujo.
DINERO “CAÍDO”
Filomena Castillo tiene su negocio de abarrotes en un costado de la plaza principal de Batallas. Ella recuerda a Juan Pari como un hombre “muy callado” y que “casi nunca saludaba”. Filomena vio cómo Pari, un sábado, entre enero o febrero de esta gestión, hizo caer una bolsa negra en la acera del banco. Se puso nervioso y de inmediato, dijo la vendedora, la alzó su cómplice, que en esa ocasión era un varón.
“Estoy casi segura de que era el dinero. En esas bolsas traen dinero esos camiones blindados y un sábado la hizo caer ahí en la puerta. Estaba nervioso y miraba a todos, y rápido su amigo la metió a su auto plomo”, relató Filomena.
Pari, en su declaración fiscal, comentó que “fue fácil” retirar el dinero de la sucursal y que comenzó a sustraer inicialmente Bs 20.000, luego 150 mil y 200 mil de manera continua en diferentes fechas.
El ex ejecutivo no intentó tener contacto con el pueblo. Y el pueblo tampoco lo veía como una amenaza. El principal acusado hacía sus mandados con la señora que hacia la limpieza de la sucursal. Todos los días pedía una Coca-Cola, según Filomena.
EMBRUJADOS
En La Paz, el abogado del Banco Unión, Aldo Burgos, en la audiencia cautelar acusó al astrólogo Miguel Antezana de “embrujar” al personal ejecutivo de la entidad para que no se percaten del desfalco, según dijo el jurista Andrés Zúñiga, que defiende a un implicado.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, calificó como una “burla” que Aldo Burgos, abogado del Banco Unión haya declarado que un “brujo” de nombre Miguel Ángel A.S., hechizó al personal de la financiera para que no se dieran cuenta del robo millonario.