Descartan sacrificio de niño en mina de La Paz
Los comunarios negaron que en la mina Santa Bárbara se realicen sacrificios de niños

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de La Paz descartó que Jhoel Condori, de ocho años de edad, haya sido sacrificado y enterrado en la mina Santa Bárbara, de la provincia paceña Muñecas, informó ayer su director, Johnny Aguilera.
"El trabajo técnico y la recolección de restos que se hizo in situ lograron descartar que haya restos humanos, por lo menos en esa mina", dijo tras recibir el informe del contingente policial que se desplazó a la población de Aucapata.
Aguilera detalló que el trabajo técnico efectuado con la ayuda de canes adiestrados, para establecer la existencia de restos humanos, descartó la hipótesis de los padres del niño, que desapareció en septiembre.
El informe fue corroborado por el personal del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), luego de analizar los indicios encontrados en el interior de esa mina.
El personal policial hizo un rastrillaje por los siete socavones de la mina, donde no se hallaron restos humanos sino de otra índole, agregó Aguilera.
Añadió que una comisión multidisciplinaria integrada por personal de los ministerios de Justicia y de Gobierno, la Fiscalía y el IDIF entabló comunicación con los comunarios y escuchó sus testimonios.
Según el informe de la comisión, los comunarios negaron que en esa mina se realicen sacrificios de niños como ofrendar a la Pachamama para la explotación de minerales y pidió que se restituya su "buen nombre".
Aguilera indicó que continuarán con las investigaciones hasta dar con el paradero del menor de edad. Explicó que en este tipo de casos se tienen varias hipótesis: una primera es que el niño haya sido víctima de trata y tráfico y llevado hacía Perú, que se haya marchado por propia voluntad o que haya muerto.
Mencionó que investigarán todas estas posibilidades y no descartan hallar con vida al menor de edad.
El niño fue identificado como Jhoel Condori Aliaga; desapareció el pasado 14 de septiembre en la localidad Aucapata, donde sus padres participaban de una fiesta. Ellos denunciaron que el menor presuntamente fue raptado y "sacrificado" en un ritual de los trabajadores de dicho centro minero.
El fiscal General del Estado, Juan Lanchipa, corroboró que después de un proceso de verificación y rastrillaje en coordinación interinstitucional, no encontraron rastros de la ubicación del niño y la comisión continuará con las labores de rastrillaje por otros lugares de las minas, recopilando información de personas que podrían coadyuvar con información.