Desvelan tortura y castigo en celdas de aislamiento
La cárcel San Pedro de La Paz, la segunda con mayor población penitenciaria en Bolivia y donde se registran más muertes por enfermedad, también es referente por sus celdas de aislamiento, castigos y torturas infligidas por policías y delegados, encubiertos por el personal carcelario.
La cárcel San Pedro de La Paz, la segunda con mayor población penitenciaria en Bolivia y donde se registran más muertes por enfermedad, también es referente por sus celdas de aislamiento, castigos y torturas infligidas por policías y delegados, encubiertos por el personal carcelario.
Los internos pueden permanecer de manera indefinida en estos lugares, hecho que va contra la ley, en donde incluso se les priva de salir al sol y al baño por semanas enteras.
Los que llegan a parar a estos lugares son reclusos con problemas de violencia, faltas disciplinarias, alcohólicos, drogadictos y también quienes protestan por los abusos que cometen los delegados: los que reclaman por los cobros la calidad de la comida, entre otros. Muchos están sin resolución de sanción disciplinaria.
El penal San Pedro dispone de sectores de aislamiento conocidos como La Grulla y Muralla. La Grulla está ubicado en la sección la Posta, pegado al muro perimetral que da a la calle Cañada Strongest; su longitud aproximada es de tres metros de ancho por 30 de largo, con siete celdas de 4x2 metros cada una, donde habitan casi 40 internos, "con ambientes en condiciones deplorables y donde el acceso a la luz natural es limitado", según refirió la Defensoría del Pueblo en un informe presentado este año.
Las celdas 2 y 7 de La Grulla constituyen lugares de castigo. Antes de entrar a La Grulla, está el Buzón, otra celda de aproximadamente 2x2 metros, en el que se mantiene hacinado a presos castigados.
El sector Muralla se encuentra ubicada en la parte lateral de la cárcel, sobre la calle General González, enclavada entre el muro perimetral y la pared del edificio. En el lugar no existe ingreso de la luz solar. El callejón cuenta con 12 celdas y una de castigo llamada 14, donde hay unos 43 privados de libertad, de los cuales 26 son permanentes -según la ley solo puedan permanecer máximo 20 días- y 17 cumplen sanción disciplinaria. Las celdas son aproximadamente de 4x2 metros, caracterizadas por mucha humedad en paredes y pisos. Antes de ingresar a Muralla hay otra celda pequeña de castigo llamada Gallinero.
Roberto (nombre ficticio) pasó más de un año en La Grulla. Estuvo dos meses en la celda 7 de castigo, donde no se le permitió salir en todo ese tiempo. Cuenta que tuvo que hacer sus necesidades en bolsas y comer en el mismo lugar durante ese tiempo. Por más que envió cartas al gobernador de la cárcel para salir a tomar sol nunca se le concedió.