La mujer que denunció a Urquizu exige justicia
La mujer denuncia que intentaron comprarla para que se calle

Lloró de impotencia. La mujer que denunció al gobernador Esteban Urquizu por tocarle las nalgas sin su consentimiento, en un acto con un grupo de sindicatos de comerciantes, recibió con mucha indignación la noticia del rechazo de su demanda contra la autoridad oficialista. “¡Qué más pruebas querían!”, exclamó, en medio de lágrimas.
M. Ch. (son las iniciales del nombre de la denunciante), que había permanecido fuera del foco de las cámaras, ofreció ayer su versión de los hechos ante los medios de comunicación y se mostró bastante decepcionada con la manera en la que operó la justicia en su caso.
"¡Qué más pruebas querían, si ahí están (las pruebas)! ¡Qué más pruebas querían, si hemos presentado todo (...). No me (lo) explico", dijo la mujer, refiriéndose a los fiscales que tuvieron a su cargo el caso.
M. Ch., que dijo que es comerciante minorista, agregó que el rechazo de su denuncia demostró que aunque las víctimas de casos como el suyo presenten la denuncia, con todas las evidencias incluidas, no lograrán castigo para sus agresores.
"Ahí está: es el tipo de justicia que se maneja en Bolivia (...). Tantas leyes que tenemos (a favor de la mujeres). Realmente, no se cumplen, ninguna de esas leyes", protestó. "Me molesta, me indigna que nosotras, teniendo un poco de valentía, denunciamos estos actos... ¿Y para qué? Para que queden en la nada; para queden, más bien, ellos como víctimas", agregó.
M. Ch. cree que los fiscales "hicieron caso" a las declaraciones de los testigos de Urquizu y no a las de sus testigos. "Dicen que yo más bien al Gobernador no le dejaba ni sacarse fotos. O sea, ¡mentiras!", aseguró, impotente.
La mujer, además, contó que sufrió amedrentamiento y amenazas por parte de, supuestamente, gente allegada al Gobernador, luego de que presentó la denuncia. Dijo que recibió llamadas, que la fueron a buscar al mercado, que vio unos vehículos en las afueras de su casa desde donde la vigilaban y que le advirtieron que cuidara a su hijo.
"Incluso me han ofrecido un puesto en el mercado, porque (seguramente) han dicho 'esta comerciante, con un puesto en el mercado, se va a callar", aseguró, al agregar que no salió a vender por casi un mes por el amedrentamiento en su contra.
Ch. dijo que el hecho que motivó su demanda tuvo lugar el 15 de mayo durante el aniversario de una federación de comerciantes al que Urquizu fue invitado. Según su versión, ella presentó al Gobernador a los afiliados de su sindicato en su calidad de vicepresidenta y agregó que, antes de eso, ella no lo conocía personalmente.
"Incluso, después de que me manosea, yo agarro y le digo '¿por qué?', y él dice que no ha sido (él)", recordó.
El caso salió a la luz luego de que se publicara en las redes sociales un video en el que se ve a Urquizu tocar con una de sus manos las nalgas de la denunciante, que, sorprendida, reacciona con un gesto similar, pero de rechazo.
La mujer dijo que insistirá en sus demanda y que recurrirá la resolución de rechazo de los fiscales.
Urquizu se disculpó por su acción el 17 de junio, "sea o no cierto". "Lo importante es reconocer los errores que podemos tener. Somos humanos", dijo en es oportunidad.
Quispe: Meter mano a una mujer ya es legal
El diputado opositor Rafael Quispe criticó la decisión de la Fiscalía de rechazar la demanda contra el gobernador Esteban Urquizu y afirmó que "meter mano" a una mujer ya es "legal" en el país, gracias a esa acción.
"Meter la mano a la kullaka (hermana, en aymara) ya es legal, por jurisprudencia, (la) que han dado esos fiscales. Pero no hay que permitir, hermanos bolivianos. Hay que procesar penalmente a esos fiscales, que han dado ese nefasto antecedente", expresó el legislador, según recogió ANF.
La diputada opositora Yesenia Yarhui, en la misma línea, dijo que "este suceso da carta blanca" para que los funcionarios públicos o autoridades "cometan ese tipo de conductas como algo natural".
El presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, por su lado, se comprometió a pedir un informe a la Fiscalía sobre el caso.
Fiscalía: No se tiene certeza sobre si los toques fueron consentidos
La comisión de fiscales que trató el caso de M. Ch. contra el gobernador Esteban Urquizu defendió ayer su decisión y alegó que tanto las declaraciones de los testigos de cargo como descargo no fueron "uniformes", por lo que "no se tiene certeza" sobre si los toques entre la denunciante y el denunciado fueron "consentidos".
"(Los testigos) refieren que es la denunciante quien reaccionó tocándole al denunciado, por lo que no se tiene certeza (sobre) si los toques mutuos fueron voluntarios, consentidos o prohibidos", se defendió la comisión.
Además, según los fiscales, en el video que presentó la denunciante "se puede establecer la devolución de un toqueteo por parte de la misma y (que) ambos se corresponden entre risas". "(Las) filmaciones del supuesto hecho (...) han sido alteradas y/o cortadas en la secuencia (de los hechos), situación que impide materialmente que los mismos sirvan como base de una posible imputación", agregaron.
La comisión añadió que la denunciante no asistió a las sesiones con el psicólogo forense –M. Ch. aseguró ayer que acudió ante el departamento de psicología de la Fiscalía y que tenía programada una pericia para el 4 de octubre– y que halló una contradicción entre su declaración y el informe psicológico.