LA PENA SE CUMPLIRÁ EN SAN ROQUE
Pasaron siete años desde que una niña fuera agredida sexualmente por primera vez por su padre, para que la justicia lo condenara a cumplir 25 años de privación de libertad sin derecho a indulto.
Pasaron siete años desde que una niña fuera agredida sexualmente por primera vez por su padre, para que la justicia lo condenara a cumplir 25 años de privación de libertad sin derecho a indulto.
El ahora sentenciado empezó a abusar de su hija cuando esta tenía entre siete y ocho años de edad mientras toda la familia radicaba en Argentina. Allí le hacía ver videos pornográficos y le realizaba toques impúdicos, informó el coordinador departamental del Servicio Departamental Plurinacional de Asistencia a la Víctima (Sepdavi) Chuquisaca, Bladimir Bolívar.
Después, la familia regresó a vivir a Bolivia y se asentaron en Sucre donde el padre siguió abusando de la niña hasta que la violó cuando tenía de 11 a 12 años. Las agresiones se extendieron hasta que cumplió 15, manifestó el responsable de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia del Distrito 3 de Sucre, Paolo Romay.
Como resultado de las últimas agresiones, la adolescente cambió de conducta y eso llamó la atención de su maestra que se acercó a la alumna y conoció su dramática situación.
La profesora avisó a la madre y esta denunció a su pareja en agosto de 2017. Casi inmediatamente, el hombre fue aprehendido y enviado a la cárcel de manera preventiva.
El juicio se puso en curso, pero ante la contundencia de las pruebas, el acusado decidió someterse a un juicio abreviado a cambio de recibir una condena de 25 años. El miércoles, el Tribunal de Sentencia Nº 3 de la Capital emitió condena a cumplirse en la cárcel San Roque.