Un hombre mata a su esposa; siete hijos quedan huérfanos
El hijo menor, de casi dos años, fue el que dio la alerta al llegar ensangrentado donde una tía

La violencia que Santos ejercía contra Viviana terminó dejando a sus siete hijos sin padre ni madre. La madrugada de ayer, jueves, el hombre asesinó a la mujer –el segundo feminicidio en Chuquisaca– y después se suicidó colgándose de un árbol.
La historia de Viviana Chirari, de 35 años, es otro ejemplo de que si la violencia no se corta a tiempo, protegiendo a la víctima y alejando al agresor, las cosas pueden terminar muy mal.
Esta madre de siete hijos denunció la violencia de su esposo Santos Chojllu, de 39 años, en la Policía, llevó su caso al centro Juana Azurduy y hasta se cobijó en la Casa Municipal de Acogida para mujeres víctima de violencia. Sin embargo, volvió a convivir con el agresor y nadie hizo seguimiento a su caso, según testimonios de vecinos que CORREO DEL SUR recogió en el barrio Honduras, donde ocurrió la tragedia.
El vicepresidente de la junta vecinal, Sergio Omar Pérez, considera que los servidores públicos debieron visitar la casa de Viviana para conocer en qué condiciones vivía; para saber si las acciones que ellos realizaban con la víctima estaban surtiendo algún tipo de efecto en su vida; para hacer algo…
Nada de aquello ocurrió y su vida siguió sometida a la violencia, sin ninguna protección ante los golpes de su pareja a quien no le importaba la presencia de sus hijos.
Las golpizas que recibía la mujer eran crueles. Varias veces pidió auxilio y en su socorro llegaron su amiga Marina Choque y su tía Filomena Picha, que recordaron cómo el hombre amenazaba a su mujer con un cuchillo.
Viviana intentó separarse de su esposo, pero otras personas le sugirieron que lo mejor sería casarse por lo civil –antes lo habían hecho por lo religioso–. Ella lo intentó, con la esperanza de que las cosas cambiaran. Con esa misma ilusión, la víctima y Santos abrazaron el culto evangélico. Todo fue en vano.
LA FAMILIA
La pareja tenía siete hijos. Tres son mujeres; adolescentes y jóvenes, dos trabajan en el Mercado Campesino vendiendo para otras personas y otra está en su comunidad, enferma, con parálisis. Les sigue un adolescente de 13, que ayudaba a su madre trabajando en una bicicletería; los demás son de ocho, cuatro y casi dos años; los que están en edad escolar son alumnos de la escuela en Horno K’asa.
Viviana además tenía a su cargo a su mamá, paralítica de la cintura para abajo; mientras su papá, que vive en la comunidad de Karpa Chacra del municipio de Poroma, no tiene la mano izquierda, que le fue amputada tras un accidente. En Sucre Viviana y Santos vivían en el barrio Honduras junto a seis hijos y la madre paralítica, en una sola habitación alquilada.
EL CRIMEN
La tía de Viviana, Filomena Picha, contó que al final de la tarde del miércoles compartió con la víctima. La madrugada del jueves quería llevar a su mamá donde un curandero. Ambas eran vecinas, apenas las separaban unos metros.
Todos los hijos de la pareja, a excepción del último, se fueron a Karpa Chacra. La noche del miércoles transcurrió tranquila, pero el drama se desató la madrugada del jueves. En la habitación estaban Viviana, su mamá, su hijo de casi dos años y Santos.
Al parecer el esposo estaba borracho, hubo una pelea y después el hombre atacó a la mujer con cuchillo, le asestó 16 puñaladas en diferentes partes del cuerpo, confirmó más tarde el fiscal de materia Juan Carlos Trigo.
La madre de Viviana no pudo hacer nada, tan solo gritaba para que no la siguiera atacando, según le contó después a la tía Filomena. Viviana quedó boca abajo en la cama y murió desangrada, alrededor de las 5:00.
La tía, vecina suya, no escuchó nada. Fue el niño, un bebé, quien alertó a todos lo que había ocurrido; se presentó en su casa cuando el sol había salido, tenía su ropa manchada de sangre, contó Leonardo Gutiérrez, el dueño de casa que no vive en esa propiedad.
Tras la denuncia a la Policía, el comandante departamental, el coronel Alberto Paniagua, informó en la mañana que estaban buscando al sospechoso, pero cerca de mediodía se confirmó que se había suicidado ahorcándose de un árbol cerca de Horno K’asa. Un vecino le contó al dueño de casa que vio a Santos caminando por la zona alrededor de las 5:30.
Feminicidio
La muerte de Viviana Chirari se constituye en el segundo feminicidio de 2020 en Chuquisaca; el primero ocurrió en la comunidad de Ingavi del municipio de Monteagudo, donde murió una mujer de 73 años por un golpe propinado por un joven, aparentemente su sobrino.
Solidaridad
La situación económica de la familia Chojllu-Chirari es crítica; los siete hermanos y la madre de Viviana quedaron totalmente desamparados. Las personas que quieran solidarizarse con ellos pueden contactarse con Sergio Omar Pérez, vicepresidente del barrio Honduras, al teléfono 73468360.