Explosión en Mocoví deja dos muertos y la vinculan al PCC
Una treintena de heridos es parte del saldo de la detonación de una granada, según el Ministerio de Gobierno
El Ministerio de Gobierno confirmó este martes que dos presos murieron en la explosión registrada la noche de ayer, lunes, en la cárcel de Mocoví en Trinidad, donde además se atendieron 26 heridos. La detonación es atribuida a reos de la organización criminal brasileña Primer Comando de la Capital (PCC).
La explosión en el penal de Mocoví se sospecha que fue por una "granada de guerra", declaró este martes a los medios en La Paz, el ministro interino de Gobierno, Arturo Murillo.
Las autoridades investigan si la granada pudo ser enviada desde la cárcel de El Abra en la ciudad central de Cochabamba a la de Mocoví en la amazónica de Trinidad, comentó Murillo.
El ministro manifestó que ocho de los heridos siguen en hospitales, mientras los 18 restantes fueron dados de alta.
"Una investigación rápida" atribuyó la explosión a presos brasileños del PCC, de "alta peligrosidad" y que tratan "de mostrar su poder" en cárceles bolivianas, por lo que se ordenó su aislamiento y se estudia la forma de entregarlos a su país, dijo la autoridad.
"Les vamos a demostrar el poder de la Policía Boliviana", aseveró Murillo sobre estos reclusos, unos nueve repartidos en varias penitenciarias de Bolivia.
La autoridad señaló que se están reforzando los controles en fronteras como la de Brasil en la región boliviana de Beni, donde se encuentra Trinidad, para que de forma coordinada entre Policía e Inmigración se evite la entrada de sospechosos de ser delincuentes.
La Policía Boliviana desarrolló esta madrugada operativos para reforzar la seguridad en cárceles del país, con el despliegue de cientos de policías, tras lo que el Ministerio de Gobierno calificó en redes sociales como un "atentado explosivo" en el penal de Mocoví.
Las prisiones en Bolivia padecen en muchos casos problemas de hacinamiento, con episodios violentos en algunas de ellas.
Un informe parlamentario reveló el año pasado que las cárceles bolivianas tenían unos 19.000 reos, un 330% por encima de su capacidad para unos 5.800 reclusos, la mayoría presos preventivos en espera de condena.