Una mujer víctima de golpiza pide que liberen a su esposo agresor
El agresor la golpeó en tres oportunidades y en la última quiso ahorcarla con una soga
Imagen referencial. Foto: Internet Una mujer víctima de violencia familiar que llevó a su esposo hasta la fase de juicio intentó, por varios medios, lograr la libertad de su pareja porque no tiene quién se haga cargo de la manutención familiar.
El caso se ventila en el Juzgado de Sentencia N° 4 de la Capital y está en la fase de preparatoria de juicio. Es posible que se fije fecha de inicio para enero del año siguiente, dijo el juez Martín Echeverría.
La jueza 2° de Instrucción en lo Penal de la Capital, Cinthia Zambrana, que atendió varias denuncias por violencia familiar, explicó que las mujeres desisten de los procesos judiciales, esencialmente por la dependencia económica del hombre.
En el presente caso, según Echeverría, la mujer denunció a su esposo porque la última vez que la agredió físicamente en estado de ebriedad casi la mata. Le puso una soga en su cuello y comenzó a asfixiarla, cuando repentinamente apareció alguien de la familia que impidió que la agresión continuará.
Cuando la víctima prestó su declaración informativa, contó que en dos ocasiones ya había sido agredida violentamente por su marido, también en estado de ebriedad, pero la tercera consideró que era inaguantable y por eso presentó la denuncia.
Hace casi un año, un juez de Instrucción Anticorrupción y de Materia Contra la Violencia hacia la Mujer dispuso la detención preventiva del agresor en la cárcel San Roque, pero después fue la víctima quien en varias ocasiones pidió que se lo liberara, aduciendo que no tiene quién se haga cargo de la manutención de su familia.
En la condición de detenido, el caso pasó al Juzgado de Sentencia, donde la mujer también abogó por la libertad de su esposo, pero por la gravedad de la agresión el juez decidió mantenerlo encerrado y que así enfrente el juicio.
Zambrana dijo que generalmente las víctimas de violencia familiar también desisten de las denuncias porque sienten una “dependencia moral con su familia y sus hijos”. Además, sostuvo la jueza, se sienten abandonadas por el Estado, pues luego de que se activan todos los mecanismos de denuncia ya nadie se ocupa de su caso. Por ejemplo, señaló, necesitan del apoyo de un equipo multidisciplinario y hasta asistencia económica.
