Alerta, Sucre: “Descuidistas” están operando en micros
Distrajeron a sus víctimas derramando monedas al piso para robarles

Un micro. Un hombre supuestamente atento le avisa a una pasajera que su chompa está manchada. De repente, hace caer unas monedas al piso y se roba un teléfono celular. Otro día, otro micro. Casi la misma estrategia. Con ayuda de cómplices, alguien se roba dinero y repuestos de un vehículo. En este último caso, la acción oportuna de la víctima posibilita que uno de los malhechores sea detenido. Ambos hechos ocurrieron en Sucre.
Los ‘descuidistas’, personas que se valen de artimañas para distraer a sus víctimas, están operando en los micros de la ciudad, según confirmó a CORREO DEL SUR la Policía, que llamó a la ciudadanía a tener cuidado y no caer en sus engaños.
LOS CASOS
El fiscal departamental de Chuquisaca, Mauricio Nava Morales, informó que el lunes 1 de febrero, a las 8:00, una mujer tomó un micro de la línea 1 a la altura del mercado Evo Morales y cuando se encontraba en la avenida del Ejército, cerca del Guereo, un hombre le advirtió que su chompa estaba manchada con un líquido pegajoso.
Sorprendida, reaccionó y al ver que evidentemente su ropa estaba manchada se aprestó a limpiarse, pero el mismo hombre le alcanzó un pedazo de papel higiénico. Esa gentileza distrajo a la mujer y, cuando se disponía a limpiar su chompa, el supuesto caballero derramó unas monedas al piso del micro y le pidió a ella que las recogiera.
La mujer se agachó, recogió una moneda y se la alcanzó. Pero él volvió a pedirle que por favor también alcanzara otra moneda que estaba por su lado. Otra vez ella respondió amablemente y sintió que alguien la había empujado, pero aun así cumplió su cometido, según el relato de la víctima en su denuncia.
El recorrido en el micro continuó y el mismo hombre que le había prestado el papel higiénico le avisó que una persona que se había bajado, le había sacado un celular de su cartera. La mujer se percató de que su cartera estaba abierta, hizo parar el micro y bajó en busca del supuesto ladrón.
Corrió por la calle del trayecto del micro, tomó otras arterias, pero no encontró a nadie y definitivamente aceptó que le habían robado su celular de la marca Spark. Luego, se presentó en la Policía para denunciar el ilícito.
OTRO DÍA Y EN OTRO MICRO
El sábado, alrededor de las 10:00, un hombre tomó un micro de la línea 33 cargado de una bolsa en la que llevaba repuestos para su vehículo. Iba sentado, detalló el fiscal Nava Morales.
Según relató la víctima en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), cuando el vehículo de servicio público se encontraba por la avenida Marcelo Quiroga Santa Cruz, lo hizo parar para bajarse.
Tomó la bolsa con los repuestos, se incorporó y cuando se aprestaba a dar los primeros pasos, un hombre vestido con un pantalón azul y una polera negra con flores, que estaba sentado un asiento delante de él, derramó unas monedas. Aun así, el de los repuestos quiso seguir su camino, pero otro joven vestido con un chaleco negro le extendió su mano para impedirle que bajara del micro. Le dijo: “Espera, ¿no vez que estoy ayudando a recoger las monedas?”, y lo empujó. No lo dejó pasar.
En eso intervino una tercera persona, también joven, vestido con una chamarra negra y una polera blanca; él se agachó, lo tomó de una de sus piernas y le jaló la bolsa con los repuestos.
Esto dejó desconcertado al pasajero que, de inmediato, sintió que el primer muchacho que había derramado las monedas, metió la mano a su bolsillo y tomó el dinero que tenía. El hombre reaccionó y le propinó un fuerte codazo en el estómago que lo dejó sin respiración. Incluso hizo que largara el dinero, pero en ese instante uno de los cómplices alzó el fajo de billetes y escapó rápidamente del micro.
La víctima salió por detrás y a los pocos metros se topó con un uniformado, a quien le contó lo ocurrido. La Policía se movilizó y logró atrapar al malhechor con el dinero. El pasajero dijo que tenía Bs 2.000; cuando contó, solo habían 1.600. Mientras todo esto sucedía, un tercer atacante se quedó con la bolsa de repuestos que el pasajero había olvidado por perseguir a quien le robó el dinero. La víctima declaró que tenía rodamientos y engranajes, y que cada uno costaba Bs 400.