La pesadilla de una mujer secuestrada por tres días
Él, de 24 años, se empecinó en mantener una relación sentimental con ella, de 28, que desde un inicio la rechazó. Sin embargo, en 2019, el hombre la empezó a acosar y la mujer se dio modos para deshacerse de él, hasta que lo logró… por casi un año.
Él, de 24 años, se empecinó en mantener una relación sentimental con ella, de 28, que desde un inicio la rechazó. Sin embargo, en 2019, el hombre la empezó a acosar y la mujer se dio modos para deshacerse de él, hasta que lo logró… por casi un año. La casualidad hizo que en agosto pasado se encontraran en un bar, donde empezó una verdadera pesadilla de secuestro, golpes y violaciones durante tres días.
Todo comenzó hace dos años, según refiere la víctima en su declaración a la Policía, como resultado de una reunión casual con amigas. Allí conoció a Marlon (nombre ficticio).
Después de ese primer encuentro, él le propuso que fuera su enamorada y ella se negó. En adelante, insistió y no solo de manera física, también a través de las redes sociales. Pero la joven siempre lo rechazó.
Pese a esto, el hombre nunca dejó de acosarla, al punto de que la obligó a cambiar su número de teléfono celular y su cuenta de Facebook. Marlon llegó a amenazarla por Messenger: “No sabes lo que te va a pasar”.
Después pasó el tiempo y en diez meses no supo más de él. En junio de este año volvió a escuchar su voz. La llamaba de un número desconocido y ella no se explicaba cómo pudo haber conseguido el suyo.
“¿Cuándo nos vemos? ¿Por qué no quieres que nos veamos?”, es lo primero que le dijo, según lo que la joven contó a la Policía. Ella, desesperada, le respondió que tenía novio, lo cual desató la ira de su interlocutor: “te voy a matar, no sabes con quién te metes”. Ella confesó que le provocaba miedo.
El acoso volvió a cesar hasta que llegó el 6 de agosto, cuando se cumplía casi un año desde que no se veían físicamente y dos meses de aquella llamada.
De nuevo la casualidad hizo que se encontraran, esta vez en un bar del barrio Lindo adonde la joven había ido a celebrar el cumpleaños de una amiga. En cuanto entró, vio a Marlon sentado y sin hablar con sus amigas, se retiró. El hombre reaccionó y fue tras ella.
La alcanzó en la calle y la tomó del cabello. La arrastró por el piso y ella no pudo gritar; relató que se puso a llorar y cree que por ahí “había una que otra persona”, pero nadie la socorrió. El hombre, que vivía en El Patacón, la llevó a la fuerza a su casa. Mientras caminaban, le propinó golpes en la espalda, y hasta en la cara, para que apresurara el paso.
Llegaron a la casa y Marlon empezó a golpearla más fuerte por todo el cuerpo hasta dejarla, incluso, sin aire. La amenazó con matarla si trataba de escapar. La introdujo a su habitación y enseguida le dejó un balde para que hiciera sus necesidades biológicas y no saliera al baño. Después, la violó valiéndose de sus golpes, pese a la resistencia que ella mostraba y, mientras la vejaba, el hombre rasguñó el cuerpo de la mujer.
Aquello ocurrió la noche del 6 de agosto y desde entonces, Marlon la violó en reiteradas oportunidades hasta el 9, siempre bajo la amenaza de que la mataría; le decía que si lo denunciaba, se iba a arrepentir. En un determinado momento le propinó un golpe en la mandíbula que la dejó inconsciente; al despertar, la estaba violando de nuevo.
Durante esos tres días no recibió comida; tan solo tenía una botella de agua. Mientras la mañana del lunes 9 su agresor dormía, escapó. Llegó a la casa de su hermano y luego de contarle lo que había padecido, se dirigieron a la Estación Policial Integral (EPI) Villa Armonía para presentar la denuncia en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), pero les dijeron que no había nadie para atender su caso.
En la noche, sus hermanos fueron hasta la casa del agresor a buscarlo, pero no lo encontraron. Cerca de las 22:00, tomaron la decisión de ir a la EPI Patacón a presentar la denuncia y allí una sargento le tomó su declaración. Sin embargo, los policías decidieron llevarla, otra vez, a la EPI Villa Armonía donde nuevamente, en la Felcc, según su declaración, le hicieron otra entrevista y le indicaron que fuera al médico forense.
El examen médico se realizó el martes 10, cerca de las 9:00. Allí le dijeron que enviarían el informe directamente a la Fiscalía y le dieron unas pastillas para se tranquilizara y pudiera dormir. Cuando se conoció el resultado, el médico estableció 12 días de impedimento.