Caso Cafferata: Egüez pide ejecución de pena

El exfiscal acusador y actual magistrado de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Olvis Egüez, que en 2012 hizo sentenciar a 30 años de prisión al peruano Renato Cafferata Centeno, denunció ayer retardación judicial en la ejecución de la sentencia por el asesinato de Rosario Castedo Guaristi, ocurrida en 2011.

En conferencia de prensa, Egüez dijo que, en su condición de fiscal, la base de su acusación fue la producción de prueba testifical de “vecinos” que aprehendieron en flagrancia al supuesto asesino. Este tenía la ropa ensangrentada, algunas escoriaciones en su cuerpo, el cuchillo con el que supuestamente cometió el crimen y era la única persona presente en el lugar.

“Fue aprehendido en flagrancia con la ropa impregnada con sangre por parte de los vecinos en el momento en que él pretendía darse a la fuga”, sostuvo.

Egüez hizo referencia a la anulación por parte del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de cuatro autos supremos que confirmaban la sentencia condenatoria contra Cafferata, alegando supuestas vulneraciones al debido proceso y que ordenaban al tribunal de sentencia la realización de un nuevo juicio tomando en cuenta los reclamos del acusado.

NO HAY PRUEBAS

En criterio del abogado Paul Tolavi, defensa de Cafferata, ningún testigo apuntó a su defendido como el asesino de su novia, solo lo identificaron como sospechoso. Dijo que son dudosas las otras pruebas de peritaje judicial, como la sangre en la ropa del imputado y el cuchillo que se habría utilizado para el crimen.

“Las pruebas de peritaje en el cadáver y la escena del hecho no demuestran que Cafferata haya sido el asesino, lo que sí demuestran es que él estuvo ahí porque fue a visitar a su novia”, agregó.

Tolavi hizo énfasis en el incumplimiento de la sentencia del TCP que anuló la sentencia condenatoria y ordenó un nuevo juicio que permita al acusado presentar pruebas de descargo sobre su inocencia.

El informe pericial del cuchillo no demuestra que Cafferata haya sido el asesino, no tiene la huella de él, remarcó también.

Según Tolavi, la justicia constitucional estableció que a Cafferata no le dieron oportunidad de defenderse, porque no le hicieron caso cuando quería generar prueba, ni el fiscal ni el juez, tampoco en el juicio y en la apelación.