Cochabamba: El asesino de Kevin admite su culpa, se somete a un proceso especial y recibe seis años de cárcel
El autor del crimen, un adolescente de 16 años y compañero de curso de la víctima, intentó destruir las pruebas que lo incriminaban.
Kevin V.V., el estudiante de quinto de secundaria del municipio de Quillacollo, del departamento de Cochabamba, fue asesinado el lunes a pedradas por uno de sus compañeros de curso, quien este miércoles reconoció su culpabilidad en un proceso especial de “terminación anticipada” y recibió una sentencia de seis años de privación de libertad que deberá cumplir en el Centro de Reintegración Social Cometa.
Este hecho de sangre causó conmoción e indignación en Cochabamba. Ayer, amigos, vecinos, profesores, compañeros y familiares le dieron el último adiós a Kevin en el cementerio de Falsuri.
El autor del crimen, un adolescente de 16 años, identificado por las iniciales F.C.S.Q., intentó eludir la justicia al tratar de destruir todas las pruebas que lo vinculaban. La Policía descubrió prendas de vestir quemadas, las cuales había utilizado en el día fatídico. Finalmente, confesó ser el autor del asesinato, aunque no reveló los móviles detrás del acto, según el diario Opinión.
Eduardo Mérida, abogado de la familia de la víctima, afirmó al mismo medio de prensa que el adolescente culpable actuó con “alevosía y saña”. Solicitó que, una vez que el sentenciado alcance la mayoría de edad, sea trasladado a la prisión de El Abra.
CRIMEN CON SAÑA
El crimen de Kevin, un adolescente de 17 años, tuvo lugar el lunes por la tarde, cuando su cuerpo fue descubierto en un callejón de la zona de Villa Marquina, en Quillacollo. Se suponía que él y sus compañeros debían participar en un desfile en Falsuri, pero un grupo de ellos, incluyendo a F.C.S.Q., no asistieron a la actividad educativa.
La evidencia de cámaras de vigilancia confirmó que estaban juntos. La grabación de una cámara de vigilancia mostró al sospechoso huyendo tras aparentemente atacar a Kevin con una piedra. Sus compañeros de clase, quienes estaban en el velorio la noche del martes, lo identificaron a través de los videos y proporcionaron información a la Policía. Además, F.C.S.Q. había dejado de responder a mensajes y llamadas, faltó a la escuela el día anterior y posterior al crimen y eliminó su cuenta de Facebook.
Con una orden de allanamiento, los investigadores llegaron al domicilio del adolescente, donde encontraron partes del uniforme quemadas y los zapatos que usó el día del crimen. Según el comandante de la Policía de Cochabamba, Jorge René Ríos, el menor de edad admitió que habían consumido bebidas alcohólicas y sustancias controladas, cuyo análisis está en curso. Sin embargo, los móviles detrás del crimen aún no han sido esclarecidos. Según Mérida, F.C.S.Q. le dio a Kevin la droga en unas tabletas.
No se descarta la posibilidad de que otros estudiantes estén relacionados con la muerte del colegial, por lo que los investigadores están trabajando en este caso; realizaron un desfile identificativo y otras diligencias.
LAS PRUEBAS
Las grabaciones de las cámaras de vigilancia resultaron fundamentales para identificar al autor del crimen de Kevin. Además, valiosos testimonios se sumaron a la investigación, incluyendo el de un conductor de trufi, una niña y la propietaria de una tienda.
Kevin y el adolescente detenido por su muerte visitaron una tienda, donde compraron agua. Según la dueña del negocio, Kevin tenía rastros de sangre, lo que sugiere que podría haber habido una pelea previa. Más tarde, una niña observó a los dos compañeros en su camino a casa y esperó a distancia debido a su preocupación por sus acciones bajo los efectos del alcohol. Poco después, vio a uno de ellos retirarse y encontró a Kevin en el suelo con una herida en la cabeza. Aunque inicialmente pensó que estaba dormido, se dio cuenta de la gravedad de la situación y corrió a su hogar para buscar ayuda. Kevin perdió la vida.
DUELO
La familia de Kevin está sumida en un profundo dolor. Sus padres llegaron al cementerio al borde del desmayo. Zacarías y Severina expresan su pesar por la sentencia de tan solo seis años, que se aplica debido a la condición de menor de edad del autor, respaldada por la Ley 548 (Código Niño, Niña o Adolescente). En caso de que un adulto cometiera el mismo delito, la pena sería de 30 años de prisión.
Kevin soñaba con ser policía o militar. No consumía alcohol, por lo que sus padres presumen que fue obligado por el ahora procesado, quien, según sus compañeros de clase, ya había tenido problemas previos.
El adiós de Kevin fue acompañado de peticiones de justicia y se llenó de dolor, con globos blancos que simbolizaban su memoria.