Yocalla, la ruta considerada como la “quebrada maldita”

Dos tragedias de 1983 y 2008, dejaron 75 personas muertas: 15 en el primero y 60 en el segundo, en esos 15 kilómetros

LUTO. Así quedó el bus de la empresa San José, al fondo de la quebrada, tras embarrancarse unos 800 metros de profundidad cerca a Yocalla. LUTO. Así quedó el bus de la empresa San José, al fondo de la quebrada, tras embarrancarse unos 800 metros de profundidad cerca a Yocalla. Foto: RRSS

Marbin Valda/El Potosí
Seguridad / 23/02/2025 03:26

La bajada a Yocalla (Potosí), considerada como la “quebrada maldita”, es un trayecto donde la muerte acecha en cada curva. Desde que era un sendero de tierra hasta su pavimentación, esta ruta ha cobrado innumerables vidas, dejando un rastro de tragedia, llanto y desesperación en familias bolivianas. 

El trayecto comienza en Kinsa Cruces (Tres Cruces), en la cima del barranco. Allí, los transportistas, temerosos del destino, realizan rituales para implorar protección: cigarrillos, hojas de coca y alcohol son ofrendas desesperadas para intentar engañar a la muerte. Pero nada detiene el destino fatal que aguarda en sus traicioneras curvas y pendientes.

El descenso de 15 kilómetros culmina en el escalofriante puente “El Diablo”, una estructura envuelta en supersticiones. Según la leyenda potosina, esta obra fue levantada mediante un pacto con Satanás, según una leyenda potosina. Bajo su sombra fluye el Pilcomayo, un testigo mudo de incontables tragedias.

A lo largo de este camino se alzan decenas de apachetas o “capillas de almas”, pequeños altares que narran en silencio la muerte de quienes nunca llegaron a su destino. Cada cruz, cada ofrenda es un grito congelado en el tiempo.

Las peores tragedias quedaron grabadas en la memoria de los sobrevivientes. En 1983, un bus lleno de pasajeros intentó subir la cuesta, pero un fallo mecánico lo hizo retroceder sin control. Se despeñó al abismo, cobrando la vida de 15 personas. Raúl Alcoba, exsecretario ejecutivo de la Federación Sindical de Choferes 1ro de Mayo, recuerda la escena con horror: “Toda Potosí lloró a sus muertos”.

Sin embargo, la peor de todas las tragedias se desató el 9 de julio de 2008. Aquel día, un camión Volvo F-10 con placa 519-ZPY, abarrotado de pasajeros, se precipitó 330 metros al vacío. El impacto fue brutal, y el silencio de la quebrada se rompió con los alaridos desgarradores de quienes quedaron atrapados entre los fierros retorcidos. 60 personas murieron en el peor accidente vial de la historia de Potosí.

Los cuerpos, irreconocibles, fueron alineados en un improvisado velorio común en el campo deportivo de la universidad. Cajas mortuorias donadas por la comunidad contenían los restos de niños, mujeres y ancianos. La escena era dantesca, un retrato de la muerte en su forma más despiadada.

La pesadilla regresó con furia hace apenas unos días. Un bus de la empresa Trans San José cayó al abismo de 800 metros, dejando 28 muertos y una desaparecida. Inicialmente, se habló de 31 fallecidos, pero tras el recuento de cuerpos, la cifra fue ajustada. Otros 20 heridos, muchos de ellos al borde de la muerte, fueron trasladados a hospitales colapsados por la emergencia.

El ómnibus había partido de la Villa Imperial con 24 pasajeros rumbo a Oruro, pero se presume que durante el trayecto subieron al menos 40 más, incluidos niños y ancianos. La tragedia se consumó a las 11:40, cuando el conductor, Navid A. M., de 57 años, perdió el control y con ello la vida en la bajada de la “Quebrada Maldita”. 

SIGUE DESAPARECIDA

María Villalobos, de 27 años, es la única pasajera cuyo cuerpo aún no ha sido encontrado. Viajaba junto a su pareja, cuyo cadáver fue rescatado, pero de ella no hay rastro. La angustia consume a sus familiares, que exigen desesperadamente apoyo de las autoridades para intensificar la búsqueda. Comunarios recorren la zona escarbando entre los escombros, con la esperanza de encontrar su cuerpo y cerrar esta pesadilla. 

El historial sangriento de la “Quebrada Maldita” expone la dejadez de las autoridades. Año tras año, el camino sigue cobrando vidas sin que nadie haga nada. ¿Cuántos muertos más se necesitan para que esta ruta deje de ser una trampa mortal?.

SIN ATENCIÓN

En esa jornada, las oficinas de la empresa San José cerró sus puertas y suspendió los viajes pese a haber vendido pasajes debido al trágico accidente porque los propietarios estaban atendiendo el caso y respondiendo a la investigación del Ministerio Público.

Fiscales alistan imputación a dueño del bus

La comisión de fiscales que investiga el embarrancamiento de un bus en Yocalla, en el que fallecieron 28 personas, imputará al dueño de la Flota San José por la presunta comisión del delito de homicidio en accidente de tránsito.

El fiscal departamental de Potosí, Gonzalo Aparicio, informó que el dueño del bus fue identificado y se presentará la imputación tras evidenciar incumplimiento de normas legales y de tránsito que incidieron en el accidente que conmovió a la población potosina.

El accidente se registró el pasado lunes a la altura del puente del municipio de Yocalla, provincia Tomás Frías, donde el bus cayó a una profundidad de 800 metros luego de intentar doblar una curva.

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