Ocupantes de un avioneta caída relatan cómo lograron salvarse
Estuvieron dos días comiendo chivé y chocolates y acechados por lagartos enormes
Los cinco ocupantes de la avioneta que cayó el miércoles a un pantano en medio de la selva beniana vivieron dos noches y dos días con el agua debajo de las rodillas, el temor de ataques de fieras y lagartos enormes que se encontraban por el lugar, y comiendo chocolate y chivé, según el testimonio de los sobrevivientes. Este sábado tres personas salieron con alta médica.
Se trata del piloto Pablo Andrés Velarde y de sus pasajeros Roberta Robertina Velarde Aulo, Patricia Coria Guary, Mirta Fuentes Cardozo y el menor identificado con las iniciales I.T.C.
“Al momento de pisar el pantano, capotó la avioneta y choqué al parabrisas con mi cabeza; no salí disparado porque estaba puesto el cinturón de seguridad. Al momento del impacto había mucha agua y cuando me di cuenta, mis pasajeras ya estaban afuera de la aeronave llorando; fui el último en salir”, relató el piloto Pablo Andrés Velarde, que salió con alta médica del hospital Germán Busch de la ciudad de Trinidad.
Según Velarde, que conversó con La Palabra del Beni, tras salir se percató que la aeronave se hundía, por lo que no había tiempo para dar paso a las emociones, sino que era momento de pensar rápido. “Les dije: ‘Subamos rápido, todos en la panza de la avioneta (el único lugar seguro)’”, señaló al indicar que ahí permanecieron hasta que los rescataron.
Después de algunas horas, “cuando ya pasó el susto, tuvimos que reconocer que el rescate iba a demorar. Yo notifiqué que el avión me falló y que me estaba yendo 60 millas a la izquierda. Lo único que hice fue buscar pampa, porque si llegábamos a Baures (zona boscosa), la historia sería otra”, apuntó.
Una vez cayó la noche, sin lugar a dudas fueron “horas de angustia y miedo; pero intenté estar lo más tranquilo posible. Había unos lagartos enormes, pero el olor de la gasolina de la misma avioneta, no permitió que se acerquen a nosotros”, contó, citado por El Deber.
PRIMER ACCIDENTE
Con el rostro relajado y esbozando una sonrisa, el piloto confiesa que es el primer accidente que le ocurre. “Horas después veíamos las avionetas pasar, les hacíamos señas con las poleras, unas sábanas y nada. Ahí nos comenzamos a desesperar. No fue hasta que en la madrugada (de este viernes) vimos unas luces y saqué mi teléfono; estuve ahorrando batería porque era el único celular que servía, e hice señas y comencé a gritar. Fue entonces cuando nos escucharon. Pero aún así demoraron varias horas, porque estábamos lejos”, afirmó el piloto.
Según Pablo lo que más temía era que los dieran por muertos y dejaran de buscarlos; sin embargo, "lo primero en lo que uno piensa es en la familia. Estoy muy agradecido con mi familia, mis amigos y todos los que trabajaron para rescatarnos", concluyó. Permanecieron las dos jornadas sobre la avioneta que se hundió a poco de precipitarse cuando hacía el vuelo Baures-Trinidad.
“Estábamos, prácticamente, con el agua bajo de la rodilla y era hondo, no podíamos nadar. Por las fieras que había no podíamos desplazarnos a un terreno duro porque es puro yoyomal, pantano. Nos mantuvimos con mis pasajeros orando entre nosotros para pedir que nos rescaten lo más pronto posible”, relató Velarde a Bolivia Tv.
LLEVABA CHOCOLATES
Estaban conscientes que iba a tomar tiempo su rescate, y Fuentes recordó que llevaba en el avión chocolates y chivé. Lograron sacar de dentro del avión y les sirvió de alimento durante los dos largos días de espera. El chivé es una bebida tradicional del oriente elaborada a base de yuca.
“Yo llevé bastante chivé y chocolates porque, como voy a viajar a España, me llevé una maleta llena de chocolates y chivé, y me acordé y le dije: ‘Hay chivé para darle al niño’. Sacamos y gracias a Dios estaba intacto, todo bien sellado, cerrado”, contó Fuentes y relató que comieron de a poco.
DADOS DE ALTA
Pablo Andrés Velarde, piloto; Mirtha Fuentes y Roberta Velarde, pasajeras de la avioneta que se precipitó a tierra el pasado miércoles; recibieron el alta médica este sábado.
El testimonio de los ocupantes del avión siniestrado
Roberta, una de las pasajeras de la avioneta que se precipitó a tierra el miércoles, iba en busca de atención médica, puesto que padece una enfermedad renal.
Su tía, la senadora Neila Velarde, confesó que les preocupa el estado clínico de la mujer dado que ya tenía una enfermedad y estuvo por varias horas en el agua, debido al accidente aéreo. Roberta fue trasladada a un centro médico, al igual que los otros ocupantes de la aernonave.
Patricia Coria, una de las pasajeras de la avioneta accidentada, narró con voz temblorosa los angustiosos momentos que vivió junto a su hijo de cinco años, Iker, antes, durante y después de la caída de la aeronave.
“Cuando escuché al piloto decir que la avioneta estaba fallando, agarré mi celular y le escribí a mi hermano: ‘El avión está fallando’. Estábamos a 60 millas de Baures hacia Trinidad”, relató Coria, en una entrevista con TriniPlay.
Coria reveló que era la primera vez que viajaba en avioneta. En medio del nerviosismo, intentó mantenerse serena por su hijo, lo abrazó, lo besó y se persignaron juntos. “Dije: ‘que sea lo que Dios quiera’”.
Desde la cama de un hospital Mirtha Fuentes dio gracias a Dios tras sobrevivir a un incidente aéreo y pasar más de 48 horas en medio de agua y pasto, en una zona inhóspita de Beni.
“Todos lloramos de felicidad porque estábamos vivos, con golpes, pero vivos con mucha suerte, gracias a Dios y la rapidez e inteligencia del piloto que lo supo hacer muy bien”, relató este viernes Fuentes.