Las costumbres se van perdiendo por el comercio
En el oriente y el sector andino boliviano el festejo de Navidad se extiende hasta el Día de Reyes
En el oriente y el sector andino boliviano el festejo de Navidad se extiende hasta el Día de Reyes, con una serie de actividades de acuerdo con la tradición de cada sector; sin embargo, las costumbres se van perdiendo de a poco por la comercialización de la fiesta.
En la población Santos Reyes, de la provincia Ballivián del departamento de Beni, se mantiene la fiesta tradicional de fin de año con una fuerte influencia católica y jesuita. Allí son típicas las peleas de gallos, corrida de caballos y el juego del palo encebado. La fiesta se extiende desde la Navidad hasta el 6 de enero cuando se celebra el Día de Reyes.
Muchas costumbres navideñas del área rural se van quedando en el olvido, sin embargo, existen lugares donde aún se preserva la Navidad tradicional, como un momento de encuentro y regocijo, más que una fiesta comercial.
La socióloga Elizabeth Andia Fagalde comentó que en el área rural del occidente del país, la Natividad “es un sincretismo con la religión católica cristiana, donde siempre se pide abundancia”. “Antes en las comunidades se hacían animalitos de barro, como en alasitas para tener ganado, ahora la gente se va a la ciudad para comprar juguetes para los niños, es decir que la modernidad y el consumismo llegó como pulpo al área rural", lamenta.
Por su parte, la trabajadora social Lourdes Kelca, conocedora de la cultura andina de Bolivia, recordó que “en el campo la tradición era que en la noche del 24, todos los integrantes de las familias buscaban barro para elaborar con sus manos los objetos o animales que anhelaban tener”.
Kelca señaló que esta tradición representaba la unión entre la tierra y los sueños. “Ahora con la migración las cosas cambiaron, pocas familias respetan la costumbre, ahora llegó la lógica de los regalos, de los juguetes de plástico”.
“Esta costumbre unía a las familias, tenía otro significado del que ahora se da a la Navidad. Es el ‘resimbolismo’ del nacimiento de Jesús con el nacimiento de anhelos y de sueños”, explicó.