Plazuela Manuel Ascencio Padilla requiere seguridad
Los constantes accidentes en una riesgosa intersección alarman a vecinos
Los vecinos de las proximidades a la plazuela Manuel Ascencio Padilla viven alarmados por la conflictividad del tráfico en un sector particularmente crítico de la ciudad: la intersección de las avenidas Jaime y Germán Mendoza.
“No quiero opinar mucho pero me puede dejar su celular para que le envíe fotos de los accidentes que casi a diario ocurren en esta zona”, afirma un vecino que trabaja como dependiente en una tienda de llantas usadas.
La mayoría de estos hechos, algunos de gravedad, ocurren por la falta de previsión de los conductores, principalmente de aquellos que intentan ingresar desde la calle Destacamento 317. Las señalizaciones marcadas en la calzada son poco visibles y muchos conductores las ignoran, provocando así colisiones con otros automóviles y motocicletas.
Hace pocos días, según relatan los vecinos, se produjo un hecho casi anecdótico cuando dos vehículos de transporte de caudales de la misma empresa colisionaron en esa intersección.
Algunos vecinos piden mejorar la señalética e inclusive modificar el tramo de bajada desde la 317 para evitar que el flujo de tráfico confluya en ese triángulo conflictivo.
El drama para los peatones es mucho más grave, puesto que una persona puede estar esperando hasta cinco o incluso diez minutos en su intento de cruzar las dos avenidas en horario pico.
Pero las cuestiones de tráfico no son las únicas que atingen al vecindario, pues también la zona adolece de un problema común en muchas zonas de la Capital: la inseguridad. Pese a que la iluminación fue mejorada en la plazuela, las calles aledañas siguen registrando hechos delictivos preocupantes, según el relato de algunos vecinos.
La proximidad de una importante zona comercial hace que el tema de la seguridad ciudadana sea una de las principales preocupaciones en esta parte de la ciudad.
Otro de los problemas que aquejan a la plazuela Padilla y sus alrededores se produce a raíz de eventos festivos como el que acaba de producirse con la Entrada Folclórica de la Virgen de Guadalupe.
La gran afluencia de bailarines y espectadores convierte al lugar en un verdadero mingitorio público, situación que deja a los habitantes del barrio en una situación de desprotección, pues ellos afirman que sus derechos al descanso y a la tranquilidad se ven vulnerados. Incluso alguno de ellos sugiera la construcción en Sucre de una especie de “sambódromo” en el antiguo aeropuerto "Juana Azurduy" donde se puedan realizar estas actividades sin perjudicar a nadie. Similar situación se vive para el aniversario cívico de Padilla, con la realización de una ruidosa verbena que deja una deplorable secuela de suciedad y desorden.
Pero también hay reclamos por mejorar los centros de esparcimiento. La pequeña cancha denominada curiosamente como “La Bombonera” solamente permite la práctica del fútbol de salón y deja sin opciones a otros vecinos que también gustan de otros deportes, como el básquetbol.
Asimismo, muchos vecinos se quejan de la acumulación de basura en la esquina con la calle 317, lo que genera contaminación y brinda un mal aspecto.