Al fin casa propia para la familia Quino
Alan, el hermano mayor, se puso a la familia al hombro luego de la tragedia
Alan Quino, de 19 años, junto a su familia, siempre vivió en alquiler o cuidando casas. Tener un hogar propio era un sueño casi imposible por la pobreza de sus padres que apenas podían alimentar a sus seis hijos. Tan dramática fue su situación que una de sus integrantes, Eva Quino, de 12 años, murió por desnutrición crónica en marzo.
La muerte de la niña conmovió al país, incluyendo a las autoridades que desde entonces prometieron ayudar a la familia.
A casi cuatro meses de la muerte de Eva, sus padres (Eliseo Vega y Lourdes Quino) y hermanos Alan (19), Antonio (14), Serafina (7), Andrés (8) y Paola (3)) recibieron una casa modelo de parte del Gobierno, cuya construcción fue especialmente diseñada para la familia y consta de tres dormitorios, un baño, una cocina y una sala.
El vicepresidente Álvaro García Linera, que entregó la vivienda, le recomendó a Alan cuidar con esmero a su familia, sobre todo a los más pequeños, y comprometió su apoyo y seguimiento a su caso.
Alan básicamente se responsabilizó de la familia después de que el Gobierno lo contratara como Asistente Administrativo en el Fondo Productivo Social, con un sueldo de 3.420 bolivianos, que con los descuentos se reducen a Bs 2.890.
No renuncia a su sueño de estudiar Ingeniería Civil y, aunque le falta tiempo, afirma que ayuda con las tareas a sus hermanos e incluso invirtió parte de su sueldo para que su mamá adquiera algunos productos y los pueda vender ambulando por las calles. Por ahora está mal de sus pies y por eso no asistió a la entrega.
Este prototipo de vivienda costó 27.000 dólares.