Combate acoso político en su moto

La mujer pide garantías para fiscalizar al alcalde; teme por su seguridad y la de su hijo

La Paz. La concejala Vicencia Apaza. La Paz. La concejala Vicencia Apaza. Foto: EFE

San Pedro de Curahuara, Gina Baldivieso/EFE
Sociedad / 05/05/2019 06:01

El paisaje árido del altiplano es testigo de la cruzada emprendida por la concejala aimara Vicencia Apaza con ayuda de una motocicleta en contra del acoso político y la corrupción en su pequeño municipio.

Vestida con polleras, manta y bombín, la vestimenta tradicional de las aimaras paceñas, Apaza llegó a la entrevista en la capital del municipio de San Pedro de Curahuara a bordo de su moto, tras surcar los caminos ondulados de tierra desde su comunidad originaria o ayllu de Matapiri.

Apaza es concejala en San Pedro de Curahuara, a unos 150 kilómetros de la ciudad de La Paz, con una población que no supera las 9.000 personas.

La concejala estudió Justicia Comunitaria a nivel técnico en la universidad estatal de La Paz y luego hizo carrera en el área municipal, lo que le animó a postularse en las elecciones municipales de 2015.

La mujer resultó electa en representación del Movimiento Por la Soberanía, mientras que los otros cuatro miembros del concejo y el alcalde, Fernando Villca, pertenecen al gubernamental Movimiento Al Socialismo (MAS).

"Para mí no ha sido tan fácil, he tropezado con muchas cosas. A veces decir la verdad, ser sincera, parece que no es tan bueno", lamentó la concejala.

Los problemas comenzaron en 2017, cuando ella y otra concejala del MAS, Zayda Choque, denunciaron a dos concejales por usar una camioneta del municipio para fines particulares.

La justicia dispuso detención domiciliaria para ambos, pero su abogado presentó una "licencia laboral" que les permitió volver a sus funciones y fue en ese momento cuando comenzó la arremetida, sobre todo en contra de Apaza.

Las convocatorias a sesiones del Concejo deberían publicarse al menos con 24 horas de anticipación, pero ninguna de las concejalas recibe oportunamente esa información.

"Es como pagar una venganza de ellos, no avisan (de las sesiones) o te tratan con agresión, con palabras fuertes", manifestó.

"Es un total abuso de autoridad, por querer fiscalizar, por querer hacer cumplir las leyes, nosotras estamos sufriendo este acoso, esta violencia", agregó.

Las concejalas excluidas tenían que contratar vehículos constantemente para desplazarse de un lugar a otro e intentar seguir el paso al resto del Concejo, lo que implicaba un gasto enorme.

"Por eso es que he optado por comprar mi moto y movilizarme. Andaba en bici también, pero cansa, a veces ya no sientes la rodilla tanto pedalear", explicó.

No fue sencillo aprender a manejar la moto, pues Apaza sufrió innumerables accidentes que quedaron patentes en las raspaduras y focos rotos en el vehículo.

Apaza está decidida a continuar, sin ocultar la preocupación por su seguridad y la de su familia, en especial de su hijo de 15 años, del que es "papá y mamá" a la vez. "Pido garantías. Otros hermanos me dicen que me cuide, cuando uno sale en los medios de comunicación todo pasa. Me recomiendan así y por algo es", expresó.

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