Diarios al filo del colapso y la Presidencia no responde una gestión oficial hace dos semanas

La Asociación Nacional de la Prensa (ANP) alertó, mediante una carta, el serio perjuicio a los periódicos del país tras la asfixia económica impulsada por el anterior gobierno, situación que se agravó con la crisis de octubre y noviembre y, ahora, con la emergencia sanitaria

Marco Antonio Dipp, presidente de la ANP. Marco Antonio Dipp, presidente de la ANP. Foto: Archivo

Sucre/CORREO DEL SUR DIGITAL
Sociedad / 20/04/2020 08:42

Una carta de los diarios bolivianos representados por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), en la que alertan a la presidenta Jeanine Áñez de un colapso financiero en pocas semanas, espera una respuesta oficial desde el pasado 6 de abril.

La misiva, firmada por el presidente de la ANP y director de los periódicos CORREO DEL SUR y El Potosí, Marco Antonio Dipp, describe el estado de fragilidad económica en el que se encuentran los medios de comunicación impresos del país debido a la asfixia financiera generada por el anterior gobierno y agravada por la crisis política de octubre y noviembre y, ahora, aún más, como efecto de la emergencia sanitaria.

Un millar de personas trabaja en los diarios bolivianos que, tras la vigencia de la cuarentena en curso, suspendieron la publicación de sus ediciones impresas cotidianas.

Para las empresas periodísticas agrupadas en la ANP, la venta de periódicos y publicidad representa el 95 por ciento de sus ingresos por lo que, sin los recursos que genera la circulación de las publicaciones impresas, afrontan una situación de inminente quiebra.

El texto de la carta remitida por la ANP es el siguiente:

Como presidente de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), organización que agrupa a los medios  impresos de comunicación de Bolivia, a pedido y en representación de nuestras empresas asociadas, acudo a su dignísima autoridad para poner en conocimiento suyo la extremada gravedad del momento que atravesamos la totalidad de los periódicos del país.  

Logramos sobrevivir, ya en situación de generalizada crisis, a varios años de una sistemática política de asfixia económica desde el Estado hacia los medios de comunicación impresos. Otro duro golpe económico lo recibimos durante los meses de crisis política del pasado año.  

Y hoy, por efecto de la emergencia sanitaria, las empresas periodísticas hemos dispuesto, como nunca antes en nuestra historia, la suspensión de las ediciones impresas, que equivalen a aproximadamente el 95 por ciento de nuestra fuente económica de subsistencia; en resguardo de  más de un millar de trabajadores formales (empleos directos), y de toda la actividad económica indirecta que se genera, en favor de centenares de familias en el país, en torno a la prensa escrita.  

Aun así, y sin importar la adversidad ni los  riesgos de las circunstancias actuales, nuestras empresas continúan trabajando sin pausa, como corresponde a nuestra responsabilidad periodística, produciendo y llevando a los hogares bolivianos la información más  oportuna y responsable; herramienta indispensable que todos necesitamos para enfrentar la pandemia del COVID-19.

Lo seguimos haciendo ahora únicamente a través de nuestras ediciones y plataformas  digitales, en las que tenemos la máxima cobertura y confiabilidad.  

Sin embargo, al haber quedado sin nuestra única fuente de actividad económica (la impresión y  circulación física de nuestras ediciones, y la venta de publicidad impresa)  el colapso de todas nuestras empresas periodísticas es inminente y puede ser irreversible.

Como  bien  podrá  inferir  de  las  consideraciones  anteriores  y  de  las  circunstancias  actuales,  la  paralización total de nuestra actividad (que ya lleva al menos dos semanas y tiende a extenderse  por  un  lapso  todavía  prolongado)  constituye  un  golpe  letal  para  los  periódicos  del  país,  aún  a  pesar  de  los  mejores  esfuerzos  que  venimos  desarrollando  en  los  últimos  años  en  cuanto  a  innovaciones tecnológicas.

Nuestra base de sustentación es, de forma determinante, los tirajes y  circulación de las ediciones impresas.   De  hecho,  cubrir  los  costos  laborales  de  marzo  de  más  de  nuestros  aproximadamente  1.000  funcionarios  en  el  país  ya  está  representando  serias  dificultades  para  la  mayoría  de  nuestros  asociados.

Con ese antecedente, podrá usted fácilmente concluir que ninguna de las empresas  podrá pagar los sueldos de sus trabajadores correspondientes a este mes de abril.     Me veo, pues, en la obligación de solicitar, de manera formal y oficial, acciones urgentes y extraordinarias  de  la  administración  gubernamental  que  preside,  para  salvaguardar  la supervivencia  de  los  medios  de  comunicación  de  impresos  de  Bolivia;  y,  de  manera particular, de los periódicos de circulación diaria, que son los más complejos en cuanto a costos laborales y sistemas de producción, y los que gozan de larga tradición y credibilidad ganada a lo largo de varias décadas de labor continua e ininterrumpida. 

Sobra  señalar  que  nuestros  diarios  son  la  mayor  fuente  de  información  confiable  entre  los  bolivianos,  ahora  circunstancialmente  solo  a  través  de  ediciones  y  plataformas  digitales,  y  el  principal referente periodístico de Bolivia en el resto del mundo.   

Los medios impresos de comunicación, Sra. Presidenta, son empresas atípicas. Son empresas de  responsabilidad social antes que de lucro; eminentemente informativas antes que comerciales. 

Su existencia es fundamental para la vida institucional de este y de cualquier país. No es  por otra razón que varios gobiernos europeos y más de uno de Latinoamérica están, también,  acudiendo en auxilio de sus empresas periodísticas en medio de la actual crisis planetaria por la  pandemia del COVID-19, y es previsible que lo sigan haciendo en los días que están por venir.  

Cumplo  con  informarle  que,  en  las  últimas  semanas,  he  venido  sosteniendo  conversaciones  directas,  aunque  extraoficiales,  con  el  Ministerio  de  Comunicación,  pero  asumo  que  la  particularidad  y  gravedad  de  la  situación  aquí  descrita  rebasa  las  posibilidades  y  atribuciones  específicas de esa cartera de Estado y la predisposición que pueda tener su titular, y requiere la  atención, análisis y conocimiento de todos los niveles de Gobierno; más específicamente de su  gabinete económico.  

Por esas y por otras consideraciones que están expresadas en la presente, e independientemente  de las políticas nacionales y generales que su administración seguramente estudia en favor del  sector privado nacional,  solicito  que  su  autoridad pueda  instruir  el  tratamiento  excepcional,  y  con carácter de urgencia, de la situación aquí expuesta. 

Para tal efecto, me pongo a disposición para analizar y explorar, con la o las autoridades que usted disponga, alternativas inmediatas que salvaguarden las fuentes de trabajo de nuestros funcionarios en todo el país y eviten, en las semanas que vienen, un derrumbe irreversible de empresas emblemáticas de la prensa boliviana.

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