Activistas irrumpen en Catedral y reprochan a la Iglesia católica
Un grupo de Mujeres Creando roció con pintura roja el frontis del templo religioso

Integrantes del colectivo feminista Mujeres Creando irrumpieron ayer en la catedral de Santa Cruz, durante la misa dominical celebrada por el arzobispo Sergio Gualberti, para protestar contra la Iglesia católica por su oposición a que una niña de 11 años, que quedó embarazada luego de una violación, interrumpiera su gestación como en principio habían decidido tanto la víctima como su familia.
Las activistas rociaron pintura de agua al frontis de la Basílica Menor de San Lorenzo y, a través de pancartas y arengas, lanzaron críticas a la Iglesia. “Iglesia hipócrita y ruin, obligas a una niña a parir”, rezaba una de las pancartas.
Las activistas protestaron en las puertas de la catedral esta mañana y fueron criticadas por las personas que se dieron cita a la misa. Guardias municipales llegaron hasta el lugar, y luego de forcejeos, desalojaron a las manifestantes.
Desde el Arzobispado de Santa Cruz se informó que fueron “cuatro mujeres las que realizaron un acto vandálico en plena celebración Eucarística presidida por monseñor Sergio Gualberti”. Además, la institución informó que fieles que se encontraban en esos momentos en la catedral evitaron otras acciones y colaboraron a las fuerzas del orden para retirar a las manifestantes del lugar.
“Las mujeres profirieron estribillos contra la Iglesia y dañaron el frontis de la Catedral, manchando la pared de ladrillo con pintura roja, ocasionando un daño innecesario al patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad que fue erigido hace 106 años. La Basílica Menor de San Lorenzo Mártir fue declarada monumento nacional y forma parte del patrimonio histórico y religioso de Santa Cruz y Bolivia”, dice el comunicado de la Iglesia.
Según dijeron responsables del templo, la pintura arrojada al frontis fue limpiada con una limpieza a base de agua y luego se abrieron las puertas para otra celebración.
En la página de Facebook de Mujeres Creando se observó que en días anteriores habían protestado de manera similar en la ciudad de El Alto, La Paz, donde dejaron varios mensajes en las paredes de por los menos tres templos. “Tu Iglesia crucifica niñas cada día, el feminismo las resucita”, dice una de las frases pintadas con pinturas en aerosol.
En pasados días, autoridades de Gobierno se refirieron al tema indicando que el Estado permite el aborto en caso de violaciones y reprocharon el accionar de la Iglesia. Además, la Defensoría del Pueblo inició un proceso penal contra la Iglesia, la Defensoría de la Niñez de Yapacaní y otros.
El director jurídico de la Defensoría del Pueblo, Mauricio Soto, presentó el jueves una denuncia en contra de personeros de la Iglesia Católica y los servidores públicos de la maternidad Percy Boland, y también de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Yapacaní, a quienes señaló por oponerse a la interrupción del embarazo de la víctima.
La denuncia, que fue presentada en la Fiscalía Departamental de Santa Cruz, contempla los delitos de incumplimiento de deberes, desobediencia a resoluciones constituciVonales y trata de personas.
LA VOZ DE LA ONU
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Bolivia considera que someter a una niña a un embarazo forzado “está calificado como tortura” y exhortó, en días pasados, a proteger los derechos de las niñas víctimas de violencia sexual y embarazos forzados.
Sergio Gualberti: “El aborto es un homicidio"
Durante su homilía dominical, el arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti citó las palabras del papa Francisco, quien “ha definido que el aborto es un homicidio y quien hace aborto mata, y que no es justo matar una vida humana para solucionar un problema”.
Mencionó “los mandamientos de Dios” y la necesidad de “amar unos a otros” y recordó las palabras del evangelista San Juan, cuando afirmó con claridad: "quien dice amar a Dios a quien no ve y no ama a su hermano a quien ve, es un mentiroso".
El prelado manifestó que “el origen de los males en el mundo está en que se ha separado el amor a Dios y el amor al prójimo. Amar a Dios y no amar al prójimo es desatender sus necesidades, es practicar una falsa religión y hacerse cómplices de las injusticias y opresiones. Pero también pretender amar a los demás sin amar a Dios es exponerse al peligro de caer en ideologías totalitarias, discriminadoras y excluyentes”.
Gualberti manifestó que la mayor parte de los mandamientos se refieren en general al respeto de la vida y dignidad de la persona humana, el respeto en justicia de los medios de vida y bienes del otro, la práctica de la verdad y la honestidad, rechazo del adulterio, la condena de la envidia, la codicia y la acumulación de bienes.