Gregorio Pacheco, un filántropo preocupado por la salud mental

Durante su mandato se fundó en Sucre el hospital Psiquiátrico que lleva su nombre

SALUD. Gregorio Pacheco fue un acaudalado empresario minero que llegó a la Presidencia de Bolivia y que realizó una valiosa contribución social.

SALUD. Gregorio Pacheco fue un acaudalado empresario minero que llegó a la Presidencia de Bolivia y que realizó una valiosa contribución social.

SALUD. Gregorio Pacheco fue un acaudalado empresario minero que llegó a la Presidencia de Bolivia y que realizó una valiosa contribución social.

SALUD. Gregorio Pacheco fue un acaudalado empresario minero que llegó a la Presidencia de Bolivia y que realizó una valiosa contribución social.

SALUD. Gregorio Pacheco fue un acaudalado empresario minero que llegó a la Presidencia de Bolivia y que realizó una valiosa contribución social.

SALUD. Gregorio Pacheco fue un acaudalado empresario minero que llegó a la Presidencia de Bolivia y que realizó una valiosa contribución social.


    Sucre/CORREO DEL SUR 
    Sociedad / 29/05/2022 02:18

    La imagen que generalmente se asocia a Gregorio Pacheco Leyes es la de un político conservador que llegó al poder gracias a su gran fortuna personal proveniente de su actividad como empresario minero.

    Sin embargo, Pacheco, que junto con Aniceto Arce y Narciso Campero, fueron protagonistas esenciales de la política boliviana en el último cuarto del siglo XIX, fue un hombre carismático y dotado de una profunda sensibilidad humana y social. Quizá su obra filantrópica más importante fue el impulso para la creación del primer Instituto de Psiquiatría en Bolivia, el mismo que lleva su nombre y se encuentra ubicado en nuestra ciudad. 

    La preocupación por los pacientes psiquiátricos en Bolivia data de los primeros años de la República. 

    PRIMERAS LEYES

    Ya el presidente José Ballivián expidió un decreto en abril de 1846 en el que se reglamentaba la internación de los enfermos mentales, aunque la ciencia psiquiátrica todavía no contaba con los medios suficientes y los pacientes eran tratados con métodos crueles y hasta inhumanos.

    “Los locos furiosos, o dementes, que vagaren por las calles, campos, se recogerán en los hospitales para cuidarlos, siempre que no tengan deudos que puedan asistirlos. Teniéndolos, se les obligará a recluirlos en sus casas”, señalaba el decreto mencionado. Además, los casos más graves eran aislados en celdas y otros sometidos a tormentos más propios de torturas físicas, como las sujeciones con chalecos de fuerza o los baños en agua helada para “calmar” los ataques que muchas personas sufrían a causa de trastornos mentales.

    EL FILÁNTROPO

    Gregorio Pacheco asumió la Presidencia de Bolivia el 3 de septiembre de 1884 con el Partido Demócrata que había el mismo fundado, cuando fue elegido por el Congreso de acuerdo a la Constitución, tras no haber logrado una mayoría absoluta frente a sus dos rivales: Aniceto Arce (Republicano) y Eliodoro Camacho, fundador del Partido Liberal.

    Pacheco tuvo que enfrentar las negociaciones con Chile heredadas de la derrota del Pacífico, firmando los primeros tratados luego de la pérdida del Litoral. Aparte de ese trago amargo, el presidente-empresario llevó adelante un gobierno de concordia interna, organizando las primeras expediciones al Chaco para sentar soberanía y fundando un puerto sobre el río Paraguay, que llevaría su apellido. 

    Con sus propios recursos fundó el “Manicomio” de Sucre. Algunos dicen que un familiar padeció una enfermedad mental, lo que hizo que el político y empresario sufriera de cerca ese tipo de sufrimiento. Los predios en los que actualmente funciona la institución en Sucre fueron donados por  descendientes del expresidente. Además, con su propio dinero honró una abultada deuda al Estado peruano que Bolivia había contraído durante la Guerra del Pacífico.

    Pacheco había nacido en Livilivi, provincia Sur Chichas del departamento de Potosí, el 4 de julio de 1823. Desde muy joven se dedicó a la actividad minera en que hizo rápida y elevada fortuna, que le permitió viajar a la entonces lejana Europa, donde adquirió alguna cultura y mucha experiencia. Antes de dedicarse a la actividad política fijó su residencia en la ciudad de Sucre, donde transcurrió la mayor parte de su vida. Fallecería en el asiento minero de Tatasi el 20 de agosto de 1899 cuando tenía 76 años.

    INSTITUTO DE PSIQUIATRÍA

    El Instituto Nacional de Psiquiatría fue fundado en el año 1884, como se sabe, por iniciativa del Presidente Gregorio Pacheco, en cuyo honor ese centro lleva su nombre.

    Según la historia de ese establecimiento, la infraestructura inicial fue construida en los patios traseros del hospital Santa Bárbara (fundado en la época colonial), con una capacidad para 50 pacientes. Sin embargo, en poco tiempo la capacidad del establecimiento fue superada por la gran demanda de internaciones, lo que provocó un gran hacinamiento, al punto que tuvieron que instalarse colchones en el suelo.

    Esto provocó una movilización de la sociedad chuquisaqueña, tanto autoridades como ciudadanos, que organizó una serie de actividades con el objetivo de recaudar fondos para la construcción de nuevos ambientes, y es así que a principios de siglo se entrega la infraestructura ubicada en los terrenos frente a la plazuela “Aniceto Arce”, trasladándose los pacientes varones, quedándose en el vetusto y original manicomio la sección mujeres (Actual Instituto Oncológico) hasta su traslado varias décadas después.

    ORDEN SAN JUAN DE DIOS

    Un hecho importante en la vida del Instituto fue la llegada de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios. Basándose en un convenio suscrito entre el Gobierno de Bolivia y dicha institución religiosa, llegan en 1950 los primeros sacerdotes cuya especialidad era el cuidado de enfermos mentales para hacerse cargo de la sección varones. Este grupo asumió la responsabilidad de la Dirección General, quedando bajo la tutela del entonces Ministerio de Higiene y Salubridad, actualmente Ministerio de Salud.

    En 1986 se realizaron importantes ampliaciones en las instalaciones del hospital ubicado en la plaza “Aniceto Arce”, construyéndose nuevas unidades para que funcionen ambos Institutos. De esa manera, el Centro pudo contar con un número de 359 camas, 139 para mujeres y 220 para varones. Los sacerdotes juandedianos permanecieron a cargo del Instituto hasta el año 2019, cuando el Estado nacional dio por finalizado el convenio, después de casi siete décadas de vigencia. Actualmente, ese nosocomio acoge a pacientes de los nueve departamentos del país.

    La familiaridad de Sucre con el Psiquiátrico

    Desde hace décadas, la ciudad de Sucre mantiene una relación afectiva muy particular con el Instituto Psiquiátrico. Ser la sede de ese importante centro de salud le ha valido a la Capital el seudónimo de “ciudad de locos”, algo por lo que también gran parte de la ciudadanía no oculta cierto orgullo. De hecho, “la locura” es parte de campañas publicitarias de empresas locales o inclusive se utiliza en la promoción turística de la ciudad. Ser “loco en Sucre” forma ya parte del carácter y hasta de la idiosincrasia citadina.

    A lo largo de los años, muchos pacientes que pasaron por el Instituto se hicieron populares en la ciudad. Aquellos internos con menor grado de gravedad solían salir a las calles para cumplir algunos mandados administrativos; otros formaban parte del grupo que trabajaba en terapia ocupacional en la granja lechera de Aranjuez y alguno que otro solía salir “de franco” a visitar a algún familiar cercano. Muchas veces provocaba tristeza verlos en el antiguo surtidor de gasolina de la exestación Aniceto Arce pidiendo algunos centavos para -decían ellos- comprar “un cigarrito”.

    En la década de 1970 despertaba una gran simpatía el grupo de internos que acudía los domingos a los partidos de fútbol por la primera división del fútbol local (no había liga profesional). Muchos de ellos alcanzaron notoriedad como “El Churchill”; “El Chuenque” (un paciente de gran estatura y tez rubia que vino de Santa Cruz y nunca volvió a su hogar); El “Pantera”; o el distinguido “Vincenti”, en un tiempo el “poeta” del Psiquiátrico, quien en los últimos años de su vida se hizo cargo de una publicación periódica que reflejaba las actividades de los internos y que se titulaba: “Nosotros también pensamos”.  

    GOBIERNO

    A Gregorio Pacheco le correspondió negociar los acuerdos de tregua con Chile en 1884, que establecieron de forma definitiva las fronteras entre ambos países. Bolivia perdió sus provincias litorales, lo que causó una profunda frustración en el país. Esta pérdida fue en parte compensada con el establecimiento de un régimen de franquicias aduaneras con Chile. En 1886, Gregorio Pacheco negoció asimismo un tratado de límites con Perú.

    Etiquetas:
  • Sucre
  • Psiquiátrico
  • Gregorio Pacheco
  • Compartir:

    También le puede interesar


    Lo más leido

    1
    2
    3
    4
    5
    1
    2
    3
    4
    5
    Suplementos


      ECOS


      Péndulo Político


      Mi Doctor