Zudáñez, de prócer primigenio a exportador de la Revolución

Tras abandonar Chuquisaca, participó en los procesos libertarios de tres países

EMANCIPACIÓN. Después del 25 de Mayo, Zudáñez se trasladó a otros territorios del continente. EMANCIPACIÓN. Después del 25 de Mayo, Zudáñez se trasladó a otros territorios del continente. Foto: LILUSTRACIÓN AS ARGENTINA

CORREO DEL SUR con datos de Agencias
Sociedad / 24/07/2022 03:08

Por azares del destino o por circunstancias propias del proceso revolucionario, ninguno de los próceres que dieron inicio a la gesta libertaria entre el 25 de Mayo y el 16 de julio de 1809 pudo ver coronados sus sueños en lo que hoy forma el territorio boliviano. Algunos murieron en el transcurso de la dilatada campaña por la Independencia, mientras otros nunca volvieron a su lugar de origen, aunque sirvieran a la causa libertaria desde otros confines. Ese es el caso de los hermanos Zudáñez (Manuel y Jaime) y de Bernardo Monteagudo, cuya agitada y trágica vida pudimos analizar en una anterior entrega.

Sobre Monteagudo existe todavía una controversia sobre el lugar de su nacimiento. La historiografía lo sitúa en Tucumán (hoy Argentina), mientras que otros historiadores, entre ellos el médico Valentín Abecia, sostiene que nació en Chuquisaca.

Sobre el caso de los hermanos Zudáñez, ambos abogados formados en la Universidad San Francisco Xavier, fueron sin duda las figuras visibles de los sucesos de Mayo de 1809.

Manuel, el hermano mayor, nació en Chuquisaca el 18 de enero de 1765, estudió en el seminario San Cristóbal y obtuvo lauros en la Academia Carolina como un reconocido abogado y gran intelectual. Al igual que todos los insurrectos de mayo, fue hecho prisionero una vez sofocado el levantamiento y luego de que el mariscal realista Vicente Nieto restableciera la autoridad colonial que había quedado en suspenso. No existe mucha documentación sobre la vida de este prócer, salvo que fue sometido a prisión domiciliaria tras ser acusado por haber subvertido el orden.

El 25 de diciembre de 1809 llegó el nuevo presidente de la Audiencia, Vicente Nieto, y así la revolución tuvo su episodio final. Y apenas iniciado 1810, vino el encarcelamiento de los insurrectos.

El Mariscal Nieto procedió a perseguir a los cabecillas del 25 de Mayo, entre los cuales figuraban los hermanos Zudáñez y Bernardo Monteagudo, quienes fueron encarcelados nuevamente en febrero de 1810. Manuel Zudañez murió a los pocos meses cuando se encontraba bajo detención, y Jaime fue remitido al penal del Callao (Perú), de donde logró salir en diciembre del mismo año.

Se afirma que Zudáñez, una vez liberado en el Callao, anduvo un tiempo sin recursos económicos hasta que llegó a Chile, probablemente en agosto de 1811. Allí, según historiadores como Guillermo Francovich, escribió una proclama bajo el pseudónimo de José Amor de la Patria, llamada “Catecismo Político Cristiano”. Gracias a ello, con la insurgencia en pleno auge, se convirtió en secretario de la asamblea que redactó el reglamento constitucional de 1812. Jaime de Zudáñez reaparece siete años más tarde al formar parte del diseño de la Constitución de Argentina y luego participó en la elaboración de la Carta Magna de Uruguay.

EXPORTADOR DE LA REVOLUCIÓN

Se puede afirmar entonces que Jaime de Zudáñez fue un verdadero “exportador” de la Revolución emancipadora. Tras haberse disipado temporalmente el fuego revolucionario en Chuquisaca, no cesó su afán de lucha y se propuso continuar con la lucha por la Independencia.  En Chile integró la Junta de Gobierno como secretario de relaciones exteriores. Desde ese puesto lanzó el “Manifiesto a las Naciones”, que anunciaba públicamente la intención de los chilenos de ser independientes. En parte se debió a ese manifiesto la decisión del virrey del Perú de enviar una expedición a reconquistar Chile. Caída la Junta, fue asesor de los generales Bernardo O'Higgins y Juan MacKenna y trabó amistad con José Miguel Carrera. Desde ese puesto logró el tratado de Lircay, que les dio un respiro a los patriotas ante el incontenible avance de los realistas. Pero pronto llegó la derrota definitiva en el desastre de Rancagua. Zudáñez, como muchos otros, huyó a Mendoza (Argentina).

EN BUENOS AIRES

Se estima que Zudáñez llegó a Buenos Aires a principios de 1815, donde fue considerado un destacado opositor al gobierno de Carlos María de Alvear. Tras la caída de éste, fue nombrado asesor del cabildo de Buenos Aires, puesto desde el cual dirigió la elección de los diputados porteños al Congreso de Tucumán. A principios de 1817 fue elegido diputado por Charcas por el cabildo porteño; era una de las estrategias que aplicaba el gobierno de Buenos Aires para asegurarse la mayoría en el Congreso. Fue dos veces vicepresidente del mismo, y participó en la redacción de la Constitución Argentina de 1819, de carácter unitario y monárquico.

La naciente República Argentina cayó en una anarquía el año 1820. Durante esa época, Zudáñez fue perseguido por los gobernadores Manuel de Sarratea y Manuel Dorrego, por lo que se exilió en Montevideo. La historiografía sostiene que allí se dedicó al comercio y al periodismo y fue diputado del Congreso uruguayo entre los años 1828-1830.

MÉRITOS

Por un decreto de amnistía, Jaime de Zudáñez quedó en libertad. No tuvo cómo ni con que volver a Chuquisaca, apenas pudo dirigirse a Chile, donde conociendo sus méritos lo nombraron Secretario de Relaciones Exteriores y Vocal del Alto Tribunal de Justicia.

Etiquetas:
  • Chuquisaca
  • Zudáñez
  • Revolución
  • Compartir:

    También le puede interesar


    Lo más leido

    1
    2
    3
    4
    5
    1
    2
    3
    4
    5
    Suplementos


      ECOS


      Péndulo Político


      Mi Doctor