Francisco de Paula Sanz, el realista que acabó bajo un pelotón en Potosí
Actuó con rigor en la represión de los movimientos por la Independencia del Alto Perú

Francisco de Paula Sanz fue sin duda otro de los protagonistas del proceso de Independencia de los territorios del Alto Perú. Era el gobernador realista de Potosí cuando las tropas del ejército auxiliar argentino llegaron a los territorios de la hoy Bolivia para consolidar el proceso emancipador, el cual, no obstante, sufriría un fuerte revés por parte de la contrarrevolución encabezada por José Manuel de Goyeneche en 1810.
Aparte de sus dotes de eficiente administrador, Sanz era considerado también un hombre equilibrado y hasta caritativo. Su ejecución, ordenada por el general argentino Juan José Castelli, fue considerada injusta en su momento, pues, a pesar de formar parte de la administración colonial, su figura era ampliamente respetada por la sociedad altoperuana. El ejército libertador del sur lo consideró responsable de la represión de la que fue objeto la Revolución del 25 de Mayo de 1809, y en especial de la Junta Tuitiva formada en La Paz el 16 de julio de ese año, donde se ordenaron bajo su mando varias ejecuciones
De Paula Sanz había nacido en Málaga, España, en julio de 1745. Antes de ser enviado para ocupar cargos administrativos en el Virreinato del Río de La Plata y en la Real Audiencia de Charcas ocupó una serie de funciones en España.
Su misión en las provincias americanas comenzó en 1777, cuando fue designado director de la Renta de Tabaco del recién creado Virreinato del Río de La Plata, siendo nombrado director de la Renta del Tabaco. En ejercicio de ese cargo, emprendió sus primeras expediciones a los territorios del Virreinato. En la segunda de ellas, que comenzó el 7 de diciembre de 1779, recorrió a lo largo de un año y medio las provincias de Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Mendoza (hoy Argentina), para luego cruzar la Cordillera de los Andes y visitar Santiago de Chile, Valparaíso y Arica. Luego pasó a las provincias de la Real Audiencia de Charcas, llegando inclusive a explorar “la zona forestal de Santa Cruz de la Sierra”, según las crónicas guardadas en el Archivo de Indias en España. Esa misión concluiría de retorno en Buenos Aires en 1781.
Se afirma que durante sus viajes obtuvo “un conocimiento directo de las Provincias rioplatenses que muy pocos agentes de la Corona tuvieron”. Su labor en la Dirección de la Renta del Tabaco el 23 de abril de 1780 le valió la distinción de caballero supernumerario de la Orden de Carlos III.
GOBERNADOR DE POTOSÍ
Entre 1780 y 1787, Sanz permaneció en Buenos Aires ocupando importantes cargos administrativos de la Corona, pero en ese período mantuvo permanentes diferencias con los virreyes a causa de sus puntos de vista sobre la administración de los territorios coloniales.
Durante 1787 mantuvo un entredicho con el Cabildo de Buenos Aires por la duración del mandato del alcalde de primer voto, que Sanz estimaba debía ser de dos años en vez de uno de acuerdo a la Real Ordenanza de Intendentes. El Cabildo, con el apoyo de la Real Audiencia y del virrey obtuvo finalmente la concesión real de mantener mandatos de un año para un cargo que consideraban en extremo gravoso.
Su nombramiento como Gobernador de la rica provincia minera de Potosí se produjo en 1788, en reemplazo de Juan del Pino Manrique Lara. Las crónicas señalan que se destacó por su decidido apoyo a las obras de caridad y casas de misericordia durante su mandato y sus medidas para favorecer la actividad de las misiones, pero fue la cuestión de las minas y el trabajo de mita lo que caracterizaron su larga gestión en Potosí.
LAS MINAS Y LA MITA
Siendo gobernador de Potosí, Sanz estudió la situación de la minería con la ayuda de mineros con el objetivo de implementar una política tendiente a la modernización de la estructura minera potosina, favoreciendo a los arrendatarios, reformando y revitalizando el sistema de mita y asegurando la adopción de mejoras en la técnica.
Una misión técnica encabezada por el barón Nordenflicht fue enviada a Potosí y al Perú, con objeto de mejorar las técnicas de amalgamación de minerales y aumentar la producción con menor mano de obra, particularmente la plata de Potosí. La misión científica llegó a Potosí en enero de 1789.
Las recomendaciones de Nordenflicht y su equipo hicieron hincapié en, además de las maquinarias de molienda usadas hasta entonces en los ingenios, incorporar hornos para calcinar el material y barriles giratorios en los que la incorporación del mercurio al mineral se vería favorecida y acelerada por el calor.
* Con datos de: Los Levantamientos de Chuquisaca, de Emilio Bidondo; Historia del General Güemes de Bernardo Frías y Wikipedia
CONFLICTOS
De Paula Sanz también tuvo conflictos con el clero. Los abusos que cometía la Iglesia del Alto Perú en la percepción de primicias, oblaciones y limosnas dio lugar a que las autoridades civiles los reprocharan de repartimientos forzosos y que en 1796 Sanz, impulsado también por la oposición del clero a su política para ampliar la mita en Chayanta, propuso diversos medios para abolirlos.
Testigo y actor de los levantamientos revolucionarios de 1809 en el Alto Perú
Francisco de Paula Sanz fue testigo y actor en la represión de la Revolución de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809 y del movimiento que impulsó la Junta Tuitiva de La Paz en julio de ese año.
Su actuación se inició el 25 de mayo cuando ante la conmoción pública, el presidente de la Real Audiencia de Charcas, Ramón García Pizarro, le ordenó movilizar sus tropas a Chuquisaca. Sanz marchó con tropas sobre Chuquisaca en auxilio del presidente, mientras Álvarez de Arenales organizaba la defensa formando las milicias en Yamparáez con nueve compañías de infantería organizadas por los oficios de sus miembros. Sin embargo, la Audiencia de Charcas ordenó a Paula Sanz que retrocediera con sus tropas y éste obedeció.
Sanz actuó con rapidez y decisión: resolvió desconocer el gobierno de la Audiencia de Charcas y preventivamente acuarteló al batallón de milicias. Ordenó entonces las primeras detenciones de los revolucionarios implicados en la asonada, tanto militares como civiles. Se puso a órdenes del Virrey del Perú José Fernando de Abascal, quien había promovido la creación de un ejército contrarrevolucionario encabezado por el general José Manuel de Goyeneche. Al estallar la revolución de 16 de julio en La Paz, Sanz decidió marchar sobre Chuquisaca mientras las tropas del Virreinato se dirigían sobre el territorio paceño. Entretanto, Buenos Aires nombraba a Vicente Nieto como nuevo presidente de la Real Audiencia de Charcas en reemplazo del depuesto García Pizarro.
Pese a no integrar su jurisdicción, Abascal, temeroso de que el movimiento revolucionario que alcanzaba sus fronteras se propagase a las provincias de Puno, Arequipa y Cuzco, resolvió no esperar una definición de Buenos Aires e iniciar de inmediato el levantamiento de un ejército y la represión de la rebelión
Una de las tareas de Sanz fue la de contener el avance de las tropas patriotas enviadas desde Buenos Aires a la cabeza de Juan José Castelli.
Entretanto, la chispa de la Revolución de mayo se había extendido en el Alto Perú a otras provincias.Tras un traspié inicial frente a las posiciones fortificadas realistas en el Combate de Cotagaita, el 7 de noviembre de 1810 las fuerzas patriotas obtuvieron su primera victoria en la batalla de Suipacha. Al llegarle la noticia de la derrota, Nieto destruyó las fortificaciones en Cotagaita y con el párroco de Tupiza y algunos oficiales intentó huir pero fue capturado en Lípez. Una partida salió en búsqueda del prisionero, formada por soldados de las compañías de patricios que Nieto había mandado a trabajar en el socavón de Potosí cuatro meses antes.
FUSILAMIENTO
Sanz demoró su salida de Potosí. El 10 de noviembre llegó a la ciudad un oficio del vocal de la Junta de Buenos Aires Juan José Castelli anunciando su inminente arribo y ordenando al cabildo el apresamiento del gobernador. La noticia cundió rápidamente en Potosí y el pueblo amotinado pidió cabildo abierto.
Vicente Nieto, José de Córdoba y Rojas y Sanz quedaron detenidos en la Casa de la Moneda de Potosí durante un mes. Días después llegó a Potosí Castelli. Juzgados en el Cuartel general de Potosí, el 14 de diciembre de 1810 se condenó “a los referidos Sanz, Nieto y Córdoba, como reos de alta traición, usurpación y perturbación pública hasta con violencia y mano armada, a sufrir la pena de muerte”.
El 15 de diciembre de 1810, a las 10 de la mañana, fueron puestos de rodillas en el atrio de la Iglesia Matriz frente a la Plaza Mayor y fusilados. Sanz recibió una segunda descarga al dar señales de vida. Por algunas horas su cadáver permaneció junto a los otros expuesto a la vista del público hasta que fue reclamado por las Monjas del Monasterio del Carmen, las que le dieron sepultura en el templo del Convento.