Cifras reflejan situación crítica de menores: Sucre
En Sucre, hay más de 36.000 niños y niñas que están a punto de perder el cuidado de sus familias por distintos factores, entre ellos, violencia, consumo de alcohol y pobreza, de acuerdo a una investigación de la Universidad Católica Boliviana (UCB).

En Sucre, hay más de 36.000 niños y niñas que están a punto de perder el cuidado de sus familias por distintos factores, entre ellos, violencia, consumo de alcohol y pobreza, de acuerdo a una investigación de la Universidad Católica Boliviana (UCB).
Juan José García, gerente de Programa de Aldeas Infantiles SOS en Sucre, tomando los datos que arrojó este estudio denominado “Cada Niño y Niña Cuenta”, señaló que existen más de 12.000 niños y niñas de Sucre que viven con otro pariente.
“¿Esto qué significa?”, se le consultó. “Que viven con su familia ampliada: tío, tía, hermano mayor. Por lo general, hermano mayor o el abuelito”, contestó.
Explicó que, en el caso de los abuelos, estos son mayores de 60 años y por esa condición los niños se exponen a situaciones de vulnerabilidad, lo mismo que cuando están al cuidado de los hermanos mayores, que son adolescentes o jóvenes de 18 o más años.
Según García, al margen de los 12.000 niños que viven con otro pariente, hay 5.000 niños viviendo con otra persona, que no es su familiar. Son menores de edad que viven en la comunidad con su padrino cultural o con un vecino a causa de la migración.
“Estas poblaciones, por lo general, son poblaciones invisibilizadas para la sociedad civil, para los planes, programas y políticas públicas”, remarcó.
POLÍTICAS PÚBLICAS
En este contexto, García sostuvo que es importante empezar a pensar políticas públicas que aborden el fortalecimiento familiar, que tengan como foco la prevención de la desintegración familiar y el abandono infantil. “¿Eso qué quiere decir? Vamos a focalizar más hacia las poblaciones en alta vulnerabilidad”, complementó.
Recordó que la mayoría de las familias en situación de alta vulnerabilidad y condiciones de pobreza están sujetas al subempleo o empleo informal, y esto hace que los padres o cuidadores deban salir a buscar recursos económicos cada vez más lejos de sus familias, lo que pone a los niños y niñas en mayor riesgo.