El estudio “La situación social de Bolivia”, el último de la Fundación Milenio, revela en su análisis sobre la educación que la mayoría de los niños y adolescentes que asisten a las escuelas no tiene los niveles mínimos de competencia en materias básicas para su formación.
Tomando como referencia las pruebas de medición de aprendizajes del Tercer Estudio Comparativo y Explicativo de la Unesco, el especialista en estadísticas educativas y coautor de la investigación de Milenio, Ernesto Yáñez, afirma que “en lectura el 74% de los estudiantes (bolivianos) de tercer grado de primaria se halla en los niveles de rendimiento más bajos, y muy atrás del promedio latinoamericano”.
“Entre los alumnos de sexto grado de primaria, cerca al 85% no entiende lo que lee y no tiene la capacidad de establecer relaciones ni de interpretar e inferir significados. En matemáticas, ocho de cada diez estudiantes en tercer grado y dos de cada tres en sexto grado, se ubican en los niveles de rendimiento más bajos, lo que significa que nuestros estudiantes carecen de las habilidades necesarias para resolver problemas matemáticos básicos”, agrega un boletín de prensa de Milenio.
El informe concluye que “la mala calidad de la educación, el rezago en aprendizajes básicos y las desigualdades en oportunidades educativas están hipotecando el porvenir de las nuevas generaciones y la deficiente preparación de los estudiantes podría dejarlos en el futuro fuera del mercado laboral o limitados a trabajos precarios y con escasas posibilidades de progresar en sus vidas”.
TRES ESPECIALISTAS
El pedagogo Eduardo Chumacero, consultado por CORREO DEL SUR, opina que “lamentablemente lo que afirma el estudio realizado por Milenio es evidente y ha sido expuesto por estudios internacionales especializados en evaluación sobre tres aspectos: el lenguaje, la matemática y las ciencias naturales”.
Al recordar que en agosto se presentó en Sucre un estudio patrocinado por la Fundación Konrad Adenauer con el nombre de “El estado de la Educación en el Estado”, que implica un análisis del nuestro sistema educativo desde 1825 hasta 2022, Chumacero dice que “en términos generales, hay una coincidencia con lo afirmado por Milenio y eso mismo he ido constatando yo mismo porque el asunto educativo, que es un verdadero problema, es de mi mayor preocupación desde hace bastante tiempo”.
Luego, enfatiza en que “nuestros estudiantes presentan déficits muy marcados y nos encontramos entre los países más atrasados de América Latina”.
Para las también pedagogas Sarela M. Daza Z. y María Teresa Vargas, “la educación en Bolivia se enfrenta a problemas de baja calidad, desigualdades en oportunidades educativas, crisis durante la pandemia y una formación docente deficiente”.
En relación con la baja calidad educativa, sostienen que eso se refleja en una crisis de aprendizaje y en el rezago de los estudiantes en habilidades básicas como lectura y matemáticas. “Los logros de aprendizaje han disminuido significativamente, especialmente entre los estudiantes más vulnerables, lo que implica que los estudiantes de escuelas públicas, áreas rurales e indígenas carecen de competencias fundamentales”, agregan.
Mientras que, en cuanto a la formación docente, afirman que “enfrenta desafíos significativos, como bajo conocimiento, prácticas pedagógicas poco efectivas y problemas de motivación y liderazgo. La calidad de la educación está estrechamente relacionada con la preparación y el desempeño de los docentes”.
¿A qué se debe esta situación?
El pedagogo Eduardo Chumacero responde a esta pregunta de la siguiente manera: “Por cierto que el asunto es complejo pues hay diversas variables, pero, para sintetizar mi punto de vista, yo digo que es porque nuestras escuelas son centros de verborrea: se habla, se habla. La enseñanza no es otra cosa que explicaciones donde se transmite información y los estudiantes tienen que repetir. Esas explicaciones no responden a preguntas, son respuestas en ausencia de preguntas. Los estudiantes leen muy poco y, lamentablemente, los profesores tampoco tienen el hábito de la lectura. La gran mayoría solamente siguen los textos publicados por empresas que lucran con la venta de sus libros. No hay curiosidad ni creatividad ni producción de ningún tipo. Las matemáticas han acabado siendo mecánicas, siguiendo ciertos algoritmos prefijados y no suele haber contacto con los problemas reales que exigen razonamiento matemático”.
Mientras que pedagogas Sarela M. Daza Z. y María Teresa Vargas detallan cuatro posibles razones: Carencia de habilidades básicas, falta de enfoque en la lectura comprensiva, desafíos socioeconómicos y culturales, y falta de materiales educativos adecuados. “Las razones para la falta de comprensión lectora pueden variar desde carencias en habilidades básicas hasta deficiencias en el sistema educativo y los recursos disponibles. Es fundamental abordar estos problemas mediante políticas educativas integrales, mejorar la formación docente, promover el acceso a materiales educativos adecuados y abordar las desigualdades para garantizar una educación de calidad y equitativa en Bolivia”, sostienen ellas.
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