Chuquisaca solo dispone de resonadores privados
Hay dos equipos en el departamento, es decir, uno por cada 330 mil habitantes
Chuquisaca tiene un resonador magnético por cada 330 mil habitantes. La descomposición del único equipo público de este tipo, instalado en el Instituto de Gastroenterología Boliviano Japonés (IGBJ), y la falta de certezas respecto a su pronta rehabilitación perjudica de sobremanera a los pacientes que, por ahora, solo pueden acceder a este servicio en el área privada.
El departamento, de acuerdo a estadísticas de 2022 del Instituto Nacional de Estadística (INE), tiene 661.119 habitantes que en cualquier momento pueden requerir este estudio no invasivo para examinar sus órganos, tejidos o el sistema óseo.
Dado que solo hay tres equipos y uno, del sistema público, que está averiado hace dos años, se encuentra disponibles dos, uno por cada 330 mil habitantes que, además, de requerirlo, deben acudir a clínicas privadas.
Un resonador magnético capta imágenes de alta resolución que permiten diagnosticar anomalías, lesiones, infecciones o tumores.
Las dos clínicas privadas que cuentan con esta tecnología son Diave y Diagnos, que ofertan los estudios a costos que oscilan entre los 1.000 y los 3.000 bolivianos. El resonador público tenía una escala de costos que iban desde los 900 hasta los 2.500 bolivianos.
REHABILITACIÓN
CORREO DEL SUR conoció que el martes se abrirán los sobres de empresas que se presentaron a la licitación para refaccionar el resonador averiado del Gastro. Dada la complejidad de su rehabilitación, una empresa de La Paz se perfila como la única candidata.
El asambleísta departamental Luis Ayllón reveló que el equipo necesitará otro repuesto que tiene un costo superior a los 250 mil bolivianos, pero dijo que ese monto no podrá ser cubierto por la Gobernación el próximo año ya que su compra no ha sido incluida en el Programa Operativo Anual (POA).
“De momento se encuentra paralizado, estamos con la adquisición de nuevos repuestos para su puesta en marcha”, informó el administrador de IGBJ, Vladimir Párraga, la primera semana de septiembre.
“No se ha previsto que estos equipos tienen un periodo de vida y lo que deberían haber hecho es planificar, haber ahorrado para comprar otro equipo (…) En su funcionamiento, el resonador magnético generó recursos muy buenos para el hospital, pero necesitaba el mantenimiento permanente”, reclamó Ayllón.
El equipo, adquirido hace más de 10 años a un costo de alrededor de 26 millones de bolivianos, hace dos que dejó de funcionar debido al desperfecto de un repuesto cuyo precio ronda por los 1,2 millones de bolivianos. La Asamblea Legislativa ya autorizó su compra.
EQUIPO
El resonador magnético es un dispositivo que toma imágenes de alta resolución. Estas permiten diagnosticar anomalías, lesiones, infecciones o tumores.