Los sucrenses reciben hoy a las almas de sus difuntos

El Cementerio General se abarrotó de familias que visitaron a sus seres queridos

Familiares visitando a sus difuntos en el Cementerio General.

Familiares visitando a sus difuntos en el Cementerio General. Foto: Correo del Sur

SUCRE. El k'anchaku preparado para Alexia

SUCRE. El k'anchaku preparado para Alexia Foto: Correo del Sur

Llegan las almas en Todos Santos

Llegan las almas en Todos Santos Foto: Correo del Sur


    Sucre/CORREO DEL SUR
    Sociedad / 01/11/2023 02:35

    Después de cuatro meses, al mediodía de ayer, martes, Alexia retornó a su hogar, ese lugar donde fue feliz y compartió en vida con sus seres queridos. Los más cercanos levantaron el tradicional altar de Todos los Santos, en la que resalta su fotografía, que fue rodeada de dulces, comidas, frutas, juguetes y todo lo que gustaba esta niña que falleció el 2 de junio con tan solo 3 años y cuatro meses, tras una dura batalla contra la leucemia.

    De acuerdo con la tradición boliviana, los “angelitos” vuelven a sus hogares el 31 de octubre. Al mediodía del 1 de noviembre (Todos los Santos), es el turno de las almas de los mayores, que después de 24 horas se despedirán de los suyos el 2 de noviembre (Día de Difuntos), hasta el próximo año.

    Ayer 31 de octubre, la niña también recibió en su última morada la visita de quienes en vida la arrollaron entre sus brazos con amor.

    Lourdes, su madre, la recuerda con mucho cariño y dice que luchó junto a su pequeña para vencer al mal, aunque un mes después, Alexia Jhazmine no soportó los embates de la enfermedad y falleció.

    “Era tierna, divertida, cariñosa. Una niña inteligente y feliz. Era sociable y le gustaba compartir todo con otros niños”, apunta su progenitora.

    La desconsolada mujer retrocede a aquel fatídico 1 de mayo, cuando su hija fue internada en un nosocomio de la ciudad, donde le diagnosticaron Leucemia.

    Ahí comenzó el calvario para la familia que apeló a todos los medios y desesperadamente buscó donantes de sangre, con la esperanza de salvar a la niña.

    “Busqué sangre por todos los medios y se encuentra muy poco ese tipo de sangre”, dice Lourdes.

    En medio de sus memorias, revive amargos episodios que le tocó pasar por la situación en la que se encontraba su hija, peor aún el desconsuelo que sintió cuando el 2 de junio Alexia Jhazmine finalmente falleció.

    Tal cual manda la tradición, sus padres y hermanos se alegraron por su visita y más allá de que no está con ellos, la pequeña vive en sus corazones.

    TRADICIÓN ARRAIGADA 

    Cada 1 de noviembre las almas de los difuntos bajan a la tierra para disfrutar del altar o mesa preparada por sus familias. Lo principal del k’anchaku es la imagen del alma recordada que se rodea con comidas y bebidas favoritas, panes especiales en forma de animales y escaleras conocidos como “t’antawawas”, masitas, dulces, flores, frutas, refrescos y agua, que recuerdan cómo era la vida del que partió.

    Durante 24 horas, los familiares rezan y se reúnen alrededor de este altar compartiendo chicha y otras bebidas espirituosas y pijchando coca, además de degustar platillos como el inconfundible mondongo chuquisaqueño.

    Después de toda esta ceremonia visitan la tumba donde yacen los cuerpos de los difuntos antes del mediodía del 2 de noviembre, despiden el alma de sus difuntos.

    A decir del historiador Felipe Medina, en estos días se vive un ambiente festivo, pese a que es una fecha para recordar a los muertos.

    Hace notar que va ganando terreno la influencia del exterior con la fiesta de Halloween, actividad que con el transcurrir del tiempo se convirtió en una antesala a la festividad tradicional y popular, “presentando una mixtura muy singular”.

    Medina hace notar que las familias que perdieron a un ser querido, especialmente en los sectores populares tienen la costumbre de realizar los preparativos faltando 15 a 20 días.

    “Las masitas, el maíz blanco, la carne de cerdo todo tiene que estar listo”, afirma.

    Agrega que en el 31 de octubre la gente está afanada en la preparación del frito de chancho, del ají, el ahogado, la cocción del maíz pelado con el cuerillo de cerdo. 

    Por todo ello destaca que Sucre se caracteriza por “los afanes culinarios gastronómicos”, principalmente por la preparación de su plato estrella: el mondongo.

    Este plato tiene como base al maíz pelado con palillo y la carne de cerdo cocinada con ají colorado que no falta en ninguna mesa, ya sea acompañado de la chicha con panala, licores, cerveza o hasta whisky, dependiendo de las posibilidades económicas de las familias dolientes.

    EN SUCRE

    De forma masiva, la población capitalina visitó el Cementerio General desde tempranas horas, con el objetivo de honrar la memoria de sus seres queridos. Cantos, rezos y flores, resaltaron durante la primera jornada de visita a los angelitos, que hasta horas 18:00 tuvieron un encuentro espiritual con sus familiares cercanos.

    La Feria del Mondongo y las Masitas ofertó al público platos tradicionales, además de t'antawawas, panalas, flores, velas, guirnaldas y otros elementos característicos de Todos los Santos.

    Alcaldía proyecta dos nuevos cementerios para la ciudad  

    En lo que va del 2023 se realizaron 900 entierros en el Cementerio General de Sucre, donde todavía quedan 694 espacios libres, según reveló la Alcaldía de Sucre, descartando un colapso a corto plazo, aunque anunció que se proyectan dos nuevas necrópolis para descongestionar el principal camposanto de la Capital.     

    “No estamos colapsados, pero eso no significa que no tengamos que proyectar otros cementerios. Vamos a implementar dos al margen de nuestro cementerio general y los otros cementerios que existen en la ciudad”, reveló el alcalde Enrique Leaño.

    Por su parte, el secretario municipal Administrativo Financiero, Claudio Zurita detalló que se trata de los cementerios de Aruni (Distrito 6) y Orurillo (Distrito 7). 

    “El de Aruni tendrá su muro perimetral hasta febrero de 2024 y dos instituciones: jubilados de la Policía y el  Magisterio acordaron construir sus mausoleos”, dijo. 

    Con relación a Orurillo indicó que es un proyecto a mediano plazo.

    En referencia al Cementerio General, Zurita informó que en 2022 se sepultaron 1.300 cuerpos y en lo que va de este año van 900 entierros, dejando un espacio para 694.

    También explicó que estos cuerpos pueden permanecer en los nichos por cuatro con opción de ampliar a siete. Luego pasarán al osario por dos décadas y finalmente al crematorio y un sarcófago por otros 20 años.

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