“En verdad, ya no quería vivir”

Tras peregrinar, dejó a su esposa e hijos en Culpina para someterse a la diálisis en Sucre

PACIENTE. Elio Durán Méndez realiza trabajos livianos para poder sobrevivir en Sucre. PACIENTE. Elio Durán Méndez realiza trabajos livianos para poder sobrevivir en Sucre. Foto: Archivo

Sucre/CORREO DEL SUR
Sociedad / 07/04/2024 02:11

En febrero de 2018, Elio Durán recibió una terrible noticia, una “bomba de tiempo”: tenía insuficiencia renal crónica. Antes nunca había padecido alguna dolencia que le llevara a pensar que su situación iba camino al desastre. Ahora, cuenta a CORREO DEL SUR su penosa experiencia, cómo es vivir con esta enfermedad.

Esta dolencia se le manifestó con una hinchazón de pies; él pensó que eso se debía a que no se sentaba durante gran parte de la jornada laboral que tenía en Santa Cruz de la Sierra donde residía.

Este cuadro lo llevó a encarar una investigación médica en el Hospital Bajío del Oriente de Santa Cruz, donde le confirmaron el mal que padecía. “Señor, lamentablemente su riñón está mal”, le comunicaron y le aconsejaron comenzar a dializarse lo antes posible.

“No supe qué hacer, no sabía a dónde ir”, cuenta, hasta que dirigió sus pasos al Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz, donde consultó qué requisitos necesitaba para acogerse a la diálisis, pero ahí le dijeron que no había espacio y que lo mejor era hacerse a ese tratamiento en su departamento de origen, Chuquisaca.

EL REGRESO

Elio es oriundo del municipio de Culpina y, pese a su insistencia, no encontró espacio y no le quedó más opción que regresar a su tierra.

“Agarramos nuestras cosas, contratamos un (camión) Volvo, lo cargamos. Yo me fui a Culpina”, dice al precisar que el retorno lo emprendió en compañía de su esposa y sus tres hijos, de 15, 10 y 5 años, después de haber permanecido 14 años en Santa Cruz.

TAMBIÉN SU HERMANO

Fijó su residencia en Culpina y allí permaneció un año sin hacer la diálisis. En ese entonces tenía a su hermano que padecía el mismo mal, pero ya se había sometido a un trasplante de riñón en el Hospital Universitario de Sucre.

“Yo tenía miedo de venir (a Sucre) porque he visto cómo estaba sufriendo mi hermano. Por eso yo dije: ‘Yo me voy a morir a Culpina’”, donde permaneció al lado de su madre y familiares, quienes le ayudaron a calmar sus dolores a base de yerbas.

“En octubre del 2019 ya me puse más mal allá en Culpina. Comencé a vomitar sangre, ya no pude caminar, me fui al Hospital San José de Culpina”.

Relata que en esa institución médica tomaron la decisión de transferirlo a Sucre. Pero ese día no había una ambulancia que lo pudiera trasladar. Tuvo que quedarse un día esperando.

“Llegué aquí a Sucre, en verdad ya no quería vivir. Yo firmé ese papel para no vivir, pero mis hermanos lo han roto y de esa manera entré a dializar”, rememora Elio con la voz entrecortada.

SE DIALIZA EN SUCRE

El ingreso de Elio al servicio de diálisis del Hospital Santa Bárbara no fue fácil. Incluso, por la premura del tiempo tuvo que gastar sus pequeños ahorros familiares cubriendo medicamentos y análisis urgentes, pues no estaba asegurado al Seguro Universal de Salud (SUS). “Sufrimos porque realmente era todo un gasto ese tiempo, yo no estaba asegurado. Todo era pagar y pagar”.

Una vez cumplidos todos los trámites, empezó a recibir la diálisis de manera gratuita.

“Tuve que abandonar a mis hijos. Durante seis a siete meses estuve sin ver a mis hijos, los tuve que dejar allá; yo aquí con la pena de mis hijos. Mis hijos se quedaron allá con sus abuelos”, detalla para luego concluir que “mi vida cambió totalmente”.

“Ya no podemos hacer casi nada con todo ese sufrimiento. Es un caos vivir así con esta enfermedad”, resumen al manifestar que a un principio se dializaba dos veces y ahora lo hace tres, durante cuatro horas por cada sesión.

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