“Micaela”, diez meses después de su rescate de la indigencia
Hace diez meses todavía se encontraba por inmediaciones de la expeatonal, con su blusa desteñida y una pollera desgastada por el tiempo.
Hace diez meses todavía se encontraba por inmediaciones de la expeatonal, con su blusa desteñida y una pollera desgastada por el tiempo. Soplaba su vieja armónica a cambio de unas cuántas monedas que le permitían sobrevivir en medio de la indigencia. Hoy, no solo cambió su semblante, sino también su forma de vida.
CORREO DEL SUR visitó este jueves a Micael Colque, popularmente “Micaela”, en el Albergue de Larga Estadía “Raúl Otero”, lugar que desde el 17 de julio de 2023 se ha convertido en el nuevo hogar de este personaje de la ciudad que ahora tiene 63 años.
“Aquí se le brinda cobijo y alimentación. Tiene su propia cama, se le enseñó a asearse y las funcionarias son las encargadas de su bienestar. No le falta nada”, afirma Ivana Coro Sandoval, responsable de la Unidad de Atención de la Persona con Discapacidad de la Alcaldía de Sucre.
En la visita al albergue, Micaela está de rodillas, aún sobre su catrera, encomendándose a Dios. Recibiemos la recomendación de “no molestarlo, para evitar que reaccione de mala manera”.
Está sobre unas sábanas y cobijas limpias, luciendo un sombrero negro y una enagua lila, nueva, con un semblante totalmente diferente al que presentaba hace diez meses.
La psicóloga de la Unidad de Atención a las Personas con Discapacidad, Shirley Coro, fue la primera en entablar conversación con Micaela, quien tras agarrar confianza pidió un sándwich de pollo “sin cebolla, con poca mayonesa y más llajua”.
LO QUE MÁS LE GUSTA
Rosario Zárate, encargada del albergue, dice a este periódico que junto al pan con plátano son sus comidas favoritas. “Pide de todo un poco, pero lo que más le gusta es el plátano con pan y el sándwich de pollo con café”, se explaya.
También relata que el “cambio en su vida fue total”, ya que el año pasado no le gustaba asearse, no sabía usar el inodoro y tenía problemas de alcoholismo. Nadie sabe precisar cuánto tiempo sobrevivió en esas condiciones.