Juan Carlos Rocha: “La innovación y el emprendimiento tienen rostro joven”
Entrevista al destacado periodista y consultor en comunicación
Juan Carlos Rocha Chavarría es un destacado periodista. Nacido en Monteagudo, Chuquisaca, ha dedicado su vida profesional a la comunicación y ejerció cargos importantes en periódicos y canales de televisión.
Ha destacado siempre por su firme apoyo a la libertad de expresión y al periodismo independiente. Actualmente, aunque ha hecho una pausa en su carrera periodística en medios tradicionales, continúa contribuyendo como consultor en comunicación y desarrollando proyectos paralelos.
En esta entrevista, Rocha comparte sus reflexiones sobre la conmemoración histórica del Primer del Grito Libertario en América Latina, los desafíos de su carrera, su amor por Chuquisaca y su visión para el futuro de la región.
CORREO DEL SUR (CS). ¿Qué significa para usted la conmemoración del 215 aniversario del grito libertario en América Latina?
Juan Carlos Rocha (JCR). En lo personal, las luchas libertarias del 25 de mayo de 1809 me hacen pensar que las batallas nunca son del todo definitivas; siempre hay más por hacer, por conquistar, en particular cuando se trata de buscar la libertad. La libertad es un valor que incomoda a los que tienen el poder, y siempre tratan de quitársela a los pueblos, pero, al final, estos terminan imponiéndose, como en la guerra de nuestra independencia. Que sea Sucre el gran protagonista histórico de la independencia en el continente es un orgullo particular que sentimos los chuquisaqueños.
CS. ¿Cuáles han sido los mayores desafíos que ha enfrentado en su camino como profesional?
JCR. Soy un profesional de la Comunicación, hice periodismo toda mi vida. En esa ruta, los mayores desafíos que me ha tocado enfrentar en estos años como periodista han sido diversos, entre ellos la lucha -siempre hay luchas- constante por la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo independiente en contextos políticos claramente marcados por presiones gubernamentales de gobiernos liberales o populistas, de derechas o de izquierdas. En esas presiones, los políticos de ambas tendencias son hermanos gemelos, prácticamente no se distinguen. Al mismo tiempo, un desafío que me acompaña como la sombra en este oficio es el de mantener la integridad y la mayor objetividad posible, lo que es particularmente complejo en un país polarizado. Y en el último tiempo, también es desafiante la adaptación a los grandes saltos tecnológicos y la veloz evolución de la comunicación en los entornos digitales. Finalmente, una obsesión personal por hacer las cosas de la mejor manera, pero además de una forma diferenciada, persiguiendo la innovación, ha sido un desafío a veces difícil pero siempre necesario y presente en mi experiencia profesional.
CS. ¿Qué le motivó a mudarse de Sucre / Chuquisaca?
JCR. Yo tuve que dejar Sucre porque en los años en que me tocó ingresar a la Universidad la única que ofrecía la carrera de Comunicación en todo el país era la Universidad Católica de La Paz. Curiosamente yo comencé estudiando Ingeniería Química en la Universidad Mayor de San Francisco Xavier, que era mi segunda opción profesional, pero a la vez la única que tenía a mano en Sucre. Un día desperté con la decisión de no renunciar a lo que yo más quería solamente porque vivía en una ciudad distinta, y dos días después estaba dejando Sucre para estudiar en La Paz. No fue mi primera salida de Chuquisaca. La primera fue aún más triste porque en aquel tiempo yo tenía apenas 12 años y tuve que dejar Monteagudo y a mi madre para estudiar en un colegio de Cochabamba. Y aunque prácticamente toda mi vida fui algo así como un nómada, quizá nunca alcancé esa categoría porque siempre volví a Chuquisaca. Así sea sólo para pasar los 25 de mayo en Sucre o la Navidad en Monteagudo, esta tierra fue el único lugar de mi vida de donde nunca me fui totalmente, y que siempre me esperó en cada retorno.
CS. ¿A qué se dedica actualmente?
JCR. Después de tres décadas de dedicarme de manera ininterrumpida y casi sin vacaciones al periodismo en medios tradicionales, estoy en una pausa en el oficio, y ocupo mi tiempo como consultor de comunicación en empresas e instituciones. No dejé completamente el oficio y tengo proyectos para plataformas digitales.
CS. ¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentó al establecerse en una nueva ciudad?
JCR. Nadie quiere, probablemente, vivir lejos del lugar donde nació, porque eso implica dejar atrás el contacto frecuente con los familiares, las amistades, los seres queridos, y genera un pesar emocional, una ruptura social y afectiva de la red natural con la que se crece. Implica una pérdida de la conexión cultural con la que uno vivió en los primeros años, que terminan siendo los más importantes, los que más se recuerda. Un desarraigo, en definitiva, que genera la necesidad de enfrentar lo desconocido, adaptarse a nuevas personas, lugares y estilos de vida; comenzar de nuevo.
CS. ¿Cómo ha sido su experiencia de vivir y trabajar fuera de Chuquisaca?
JCR. Además de Monteagudo y Sucre, viví en Cochabamba, La Paz y ahora Santa Cruz. La experiencia de cada una de esas ciudades ha tenido una dinámica siempre distinta, cada vez un nuevo aprendizaje, pero a la vez llena de descubrimientos y oportunidades personales y profesionales. Precisamente esto último es quizá lo que lleva a muchos chuquisaqueños a buscar otras ciudades. Por población y tamaño, Sucre no ofrece a toda su gente las suficientes oportunidades para el desarrollo profesional. Y lastimosamente por esa razón, ‘pierde’ a muchos de sus hijos.
CS. ¿Qué aspectos de Sucre extraña más?
JCR. Es curioso, pero el recuerdo que con más frecuencia vuelve a mi mente cuando pienso en Sucre es un olor instalado en forma definitiva en mi memoria: es el olor a periódicos recién llegados del puesto de Plaza 25 de mayo, en la esquina de Aniceto Arce y Arenales. Es un olor embriagante a tinta fresca, inolvidable, que incluso siendo director de La Razón en La Paz lo busqué muchas veces en la rotativa del diario de madrugada y nunca lo encontré. Pertenece sólo a aquel puesto de impresos de la esquina de la plaza 25 de mayo. Cuando residía en Sucre, antes de emprender camino al periodismo, me quedaba allí, en la esquina, junto a la pared de la Alcaldía, únicamente con la intención de entender el porqué de aquella esencia misteriosa que nunca más hallé en ningún otro puesto de periódicos de otras ciudades del país o del exterior. Debo confesar que mientras me quedaba en el lugar, aprovechaba para leer los titulares y lo que alcanzaba a ver de la noticia en letra menuda. En ese orden, primero el olor a tinta fresca con identidad de plaza, y sólo después los titulares. Nunca al revés. Naturalmente, a ese recuerdo entrañable debo sumar tantos otros, como el pan que se vendía en pequeñas tiendas de barrio, las calles siempre limpias de la ciudad, los fantasmas que algunas veces creía ver (o veía, no lo sé) en los teatros Gran Mariscal o 3 de Febrero…
CS. ¿Qué consejos le daría a otros chuquisaqueños que están considerando mudarse a otra ciudad?
JCR. Normalmente el cambio de ciudad no es una elección, llega más por empuje que por voluntad propia. He visto chuquisaqueños muy valiosos con su conocimiento, iniciativa y trabajo contribuyendo y haciendo crecer a otras regiones. Quisiéramos los chuquisaqueños quedarnos todos en nuestra tierra, pero eso no necesariamente depende de quienes salimos. La que tiene que retener a su gente es la región con un liderazgo que promueva cambios y dé fin a ese destino desdichado de las ciudades pequeñas, aquí y en todas partes del mundo, que terminan produciendo talentos que se comen las grandes ciudades.
CS. ¿Qué valores considera esenciales para construir un futuro mejor para nuestra región?
JCR. Sucre y el departamento tienen mucha historia, cultura e identidad. Nada le falta en ese sentido. Donde se debe trabajar es en el crecimiento económico de la región. Los gobiernos departamental y local de la capital caminan casi siempre por veredas distintas y en sentido contrario; algo imperdonable para una ciudad donde casi todos se conocen y que necesita unidad para salir de la postergación.
CS. ¿Qué papel cree que juega el sector privado en el desarrollo de un país?
JCR. En nuestro país el sector privado ahora tiene una responsabilidad más protagónica que en condiciones normales. Si hay alguna estabilidad en la actualidad, pese a los remezones, es por la fuerza de la producción y la actividad empresarial privada. Esa es la dimensión de su protagonismo.
CS. ¿Cómo se puede fomentar la innovación y el emprendimiento en Chuquisaca?
JCR. Sucre es una ciudad universitaria por excelencia. La innovación y el emprendimiento tienen rostro joven. Hay ahí una gran oportunidad; sin embargo, ese potencial creativo de la comunidad académica no nacerá espontáneamente, necesita de motivación, impulso, fomento. Esa tarea requiere del compromiso de sus líderes, porque implica apoyo financiero e institucional para la educación y la capacitación, la creación de centros de innovación y espacios tipo coworking donde docentes, universitarios y emprendedores coincidan para compartir ideas y trabajar en proyectos conjuntos; conectar las iniciativas con la industria y el sector productivo; organizar eventos de innovación y emprendimiento que impulsen la creatividad, el espíritu empresarial.
BREVE BIOGRAFÍA
Juan Carlos Rocha Chavarría nació en Monteagudo, provincia Hernando Siles del departamento de Chuquisaca. Titulado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Católica Boliviana San Pablo de La Paz, inició su carrera en el periodismo como corresponsal internacional de la agencia de noticias Inter Press Service, con sede en Roma, que lo llevó a hacer coberturas en Bolivia y otros países de América Latina, además de Europa. Llegó a ser director de la oficina de IPS en Bolivia durante diez años.
Luego, desarrolló una larga carrera en el diario La Razón de La Paz, del que fue editor, jefe de Redacción, subdirector y, finalmente, director hasta el año 2009, cuando La Razón tenía como accionistas al Grupo Prisa de España, editor del diario El País de Madrid.
Posteriormente, durante diez años fue director nacional de Noticias en la Red Unitel, con sede en Santa Cruz, desde donde llevó la dirección de los noticieros y espacios periodísticos de la red, definición y ejecución de línea noticiosa y editorial equilibrada y creación de productos periodísticos de larga vigencia en la televisión.
Además, fue director de Contenidos del Grupo El Deber, desde donde digirió el diario impreso, la edición digital y sus redes sociales, e impulsó la creación de contenidos digitales en formatos innovadores.