6 de Agosto: Las historias de “bolivianos de corazón”
Extranjeros que encontraron un “segundo hogar” y hoy se identifican con el país
Llegaron con la intención de trabajar en diferentes áreas o explorar las maravillas naturales y culturales de Bolivia, sin imaginar que quedarían embelesados por su hospitalidad y su gente.
Lo que había comenzado como una aventura temporal se transformó en una historia de amor con el país que hoy los acoge y no parece tener fin.
A propósito de la conmemoración de los 199 años de independencia de Bolivia (6 de agosto de 1825), CORREO DEL SUR conoció los motivos por los que cinco extranjeros decidieron edificar en este territorio su segundo hogar.
En la mayoría de los casos, el amor está de por medio, en algunos descubrieron un campo de oportunidades para hacer realidad sueños y proyectos que habían anhelado.
Otro tanto halló en esta tierra lo que no había encontrado en su país de origen: paz y tranquilidad, motivos suficientes para declararse “bolivianos de corazón”.
Entre los entrevistados se encuentran un argentino, un italiano, un español, un peruano y una japonesa, quienes al igual que el resto de los bolivianos, este 6 de agosto le rindieron homenaje y revalidaron su compromiso de trabajo por días mejores para el país que les permitió alcanzar un techo, un hogar y una familia.
¿Se pierde el civismo?
Cada aniversario patrio se constituye en una oportunidad para demostrar civismo, orgullo y ratificar el compromiso con Bolivia; sin embargo, vecinos en Sucre advierten que conforme pasan los años, el civismo de la ciudadanía ya no es el mismo. Este declive queda demostrado en la disminución de propietarios que enarbolan la enseña patria en sus domicilios, a pesar de las normativas municipales que lo exigen.
“Se está perdiendo el civismo. Antes era mal visto que los dueños de un domicilio hicieran caso omiso al embanderamiento del frontis de su casa", lamenta Rosendo Rivera, un vecino de la zona de Surapata.
Zulma Loayza, por su parte, recuerda que en su niñez era "tradición izar la bandera durante las festividades patrias. "Era una muestra del orgullo y respeto hacia el país", asegura.
En contraparida a lo que sucede en Sucre y otras ciudades, los residentes bolivianos en el extranjero, en medio de la nostalgia y sus deseos de retornar le rinden homenaje al país que los vio nacer.
Así sucedió en Buenos Aires, Argentina, donde un grupo de bolivianos se reunió para desarrolar actividades culturales y cívicas.
En Brasil, personas de diferentes nacionalidades asistieron al estreno de un producto de CORREO DEL SUR y la periodista Alina Cuentas: BIOS Matilde Casazola, en el cine de Botafogo en Río de Janeiro y enviaron saludos para Bolivia en su día.
En Bolivia marcó “el golazo de su vida”
Ezequiel Rodríguez
Futbolista-Argentina
La conexión entre Sucre y Ezequiel fue el fútbol. Allá por el 2009, el nacido en Santiago del Estero (Argentina) aterrizaba en la capital de Bolivia para vincularse con Universitario, club en el que se ganó el cariño de la afición inflando las redes a fuerza de goles, con los que también conquistó el corazón de una sucrense.
Ese fue “el golazo de su vida” y no niega que su permanencia en Bolivia se debe “al amor por mi esposa”, con quien contrajo nupcias y formó un hogar.
“El amor fue el motivo para vivir en Bolivia. Con el tiempo uno se acostumbra a todo lo que le rodea y hoy puedo decir que soy un boliviano”, manifiesta el ahora entrenador de fútbol, al revelar que incluso tiene un plato favorito: el mondongo.
Si bien en su momwnto volvió a su país natal para jugar en otros clubes, el amor hizo que pegara la vuelta para instalarse en su segundo país, donde disfruta el día a día entrenando a nuevos talentos que en un futuro pretenden ser figuras del balompié nacional.
Disfruta del turismo y la tranquilidad de Bolivia
Saeko Kajikawa
Voluntaria-Japón
“Explorar las maravillas naturales”, ese fue el motivo por el que Saeko decidió emprender viaje a Bolivia hace dos décadas, aunque una vez instalada en el país los planes iniciales de esta voluntaria cambiaron drásticamente, por lo que decidió tramitar la residencia permanente.
Con el tema migratorio en orden, la japonesa se dedicó a cooperar en diferentes actividades de manera voluntaria, así como a dictar clases de idiomas y paralelamente exploraba los sitios turísticos del país.
“Amo Bolivia. Me gusta, pero particularmente disfruto de la tranquilidad de Sucre y su gente. Me considero una boliviana”, manifiesta.
Saeko no solo se quedó cautivada por las amplias opciones turísticas, sino también por la gastronomía nacional y local: Ella gusta del ckocko de pollo y el chorizo chuquisaqueño.
Si de música se trata, la asiática es fan de Wayra JaponAndes, agrupación que está conformada por japoneses radicados en Bolivia y fusiona en sus interpretaciones ritmos de ambos países.
Encontró a “sus tres amores” en Sucre-Bolivia
Sergio Gálvez
ING. DE SISTEMAS-ESPAÑA
Llegó a Bolivia de la mano de la Cooperación española, hace 16 años. Sin embargo, este ingeniero de sistemas jamás se imaginó que quedaría cautivado por el país en el que trabaja como gerente de la marca “GAIA Feria Creativa”.
Revela que en la decisión de quedarse pesó de gran manera algo que él denomina sus “tres amores”: su esposa, Sucre y Bolivia.
Mientras cumplía su trabajo, Sergio se enamoró de una chuquisaqueña, también de la arquitectura de la ciudad, su gente, la gastronomía y el clima. Además vio en este país “un campo de oportunidades” para concretar sus proyectos.
“Me siento orgulloso de la diversidad y la cultura. Mi estadía era por un determinado tiempo, pero no pude decirle adiós a este hermoso país”, dice al revelar que ya tramitó la doble nacionalidad.
El español-boliviano, agradece que Bolivia lo haya adoptado “como uno de sus hijos” y disfruta de su trabajo y también de la cazuela de maní y de bailar en la Entrada de la Virgen de Guadalupe con los Zambos Caporales Churuquella.
El amor, uno de los motivos para quedarse
Eddie Cóndor Chuquiruna
Abogado-Perú
Transcurrieron 13 años desde que Eddie se estableció en Sucre con fines laborales. Ahora esa decisión parece no tener vuelta atrás, ya que en esta ciudad “echó raíz” y entre sus planes pendientes de su agenda está tramitar la doble nacional: peruana-boliviana.
Abogado de profesión, se desempeñó en Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile y Perú, hasta que llegó a Sucre y no solo le gustó la ciudad, sino que aquí encontró el amor.
“Mi esposa tiene mucho que ver en mi desición de vivir aquí”, afirma.
Dice sentirse “un boliviano de corazón” y que está embelesado de Sucre y Bolivia, donde quiere seguir cumpliendo metas y degusta de un saice, majadito o el mondongo.
“No me queda la menor duda que Sucre además de ser la capital constitucional, es la capital gastronómica, cultural y turística”, apunta.
Su idilio con Bolivia lo tejió desde niño. Eddie disfrutaba escuchar a los Kharkas, Savia Andina, Proyección, mientras que en Sucre se declaró fan del arte de Bonanza y Matilde Cazasola.
“Mi corazón dice que soy un boliviano más”
Marco Castiglione
Chef-italia
“Mi corazón dice que soy un boliviano más”. Así se identifica Marco, un italiano que decidió emprender y halló el amor en Sucre, donde hoy es el exitoso gerente propietario de AOSTA Ristorante Pizzeria.
Llegó a Bolivia en la década de los 90; luego retornó a Italia para concretar algunos proyectos. Sin embargo, en 1996 decidió probar suerte con comida italiana en Sucre, emprendimiento que tiene muy buena aceptación.
“Después de tantos años uno se identifica con su gente, con la cultura. Este país me dio la oportunidad de crecer como persona y como profesional”, asevera.
Junto a su esposa y sus dos hijos, el Cónsul Honorario de Italia en Bolivia, disfruta de la tranquila ciudad y también de la gastronomía y la música nacional.
Entre sus platos favoritos está la cazuela de maní, ají de palomitas, mondongo, empanadas y humintas a la olla, delicias que consume mientras se deleita con las cuecas interpretadas por el “Maestro del Piano”, el extinto Fidel Torrico.