Grissel salvó su vida gracias a la valentía de don Julio
El pasado sábado 23 de noviembre, la joven Grissel Pacajes vivió la peor experiencia de su vida y por milagro no terminó en una tragedia. Mientras conducía su auto en la zona de Bajo Llojeta, en La Paz, una mazamorra arrastró por varios metros el vehículo que conducía.
El pasado sábado 23 de noviembre, la joven Grissel Pacajes vivió la peor experiencia de su vida y por milagro no terminó en una tragedia. Mientras conducía su auto en la zona de Bajo Llojeta, en La Paz, una mazamorra arrastró por varios metros el vehículo que conducía. En un abrir y cerrar de ojos, la fuerza del agua con el lodo la empujó hasta chocar con una volqueta.
“Salí de la casa, entré al auto y les dije ‘vamos’. No pasaron ni diez segundos cuando la mazamorra me arrastró”, relata Grissel, aún con la voz quebrada. “Había una volqueta, fue un impacto fuerte”, recuerda mientras revive esos momentos de terror.
“Gracias a Dios ese día me cuidó y me mandó ángeles”, dice Grissel, refiriéndose a don Julio, a su hijo y un sobrino. “Me lanzó una soga, me amarré, salí del auto por la ventana, aunque al salir me lastimé el pie. Fue un momento de pesadilla”. Sin embargo, ella valora la valentía de la familia de don Julio que, sin pensarlo dos veces, arriesgó su vida para ayudarla.
Este miércoles, cuatro días después de la tragedia, la joven regresó al lugar del desastre. Presenció el rescate de su vehículo, su mayor inversión, que había quedado atrapado entre el lodo.
El reencuentro con don Julio fue muy emotivo; con un abrazo, Grissel le expresó su agradecimiento eterno.