Magalí, la estudiante que ayudó a traer al mundo a un bebé en una flota

Magalí, una estudiante de la carrera de Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Autónoma Tomás Frías de Potosí, vivió la experiencia más conmovedora e inolvidable de su vida. Un día que parecía común para ella, se convirtió en protagonista de un milagro de la vida: ayudó a traer al mundo a un niño entre rectas, curvas y los inevitables barquinazos de un viaje por tierra.

Con valentía, serenidad y la solidaridad de los demás pasajeros de la flota Unificada, Magalí Montecinos Guardia, de 24 años, no solo acompañó al pequeño en sus primeros minutos de vida, sino que lo sostuvo bajo su cuidado, asegurándose de que todo estuviera bien hasta llegar al hospital, en Sucre.

Esta historia comenzó cerca de la una de la madrugada del pasado domingo, cuando Serafina comenzó a sentir los primeros dolores de parto, lo que presagiaba el nacimiento adelantado de su bebé. Sus gritos resonaban en todo el bus y, para su fortuna, Magalí se encontraba allí. Después de haber participado en un curso relacionado con su carrera en Santa Cruz, regresaba a Tupiza, haciendo una parada en Sucre, y llevaba consigo todos los implementos quirúrgicos necesarios. En medio del caos del momento, sin dudarlo, tomó la decisión de ayudar a Serafina.

La estudiante de 24 años –casualmente la misma edad de la madre gestante–relató a CORREO DEL SUR que entre sus implementos tenía guantes quirúrgicos, tijeras y pinzas que facilitaron el trabajo de parto. Luego, los médicos en Sucre  confirmaron que había hecho una buena labor.

Cerca de las 2:00, el bebé había nacido, pero su madre no tenía nada preparado para recibirlo. Entonces se hizo presente la solidaridad de los pasajeros: En un acto empatía, comenzaron a recolectar mantas y frazadas para cobijar tanto a Serafina como al recién nacido. Desde ese momento, Magalí no se separó ni un instante de la joven madre. Se sentó a su lado en un asiento del bus, brindándole apoyo y calma, hasta que llegaron a la ciudad. Al ingresar a Sucre, el propietario de la flota los recibió con un regalo. Y poco después, la Policía gestionó una ambulancia que trasladó hasta el Hospital de la Mujer.

“Ha sido complicado, pero yo no dudé en ningún momento en apoyarla, y me di cuenta que las demás personas ignoraban el tema y ella también trató de mantener la calma, cuestión que fue muy bueno en el momento. Entre llantos y gritos del bebé, pudimos hacer el procedimiento y nació fuerte, y al llegar a Sucre ya estaba bostezando y con hambre”, recuerda Magalí, con alegría, ese emotivo momento.